Lun 29.06.2009

EL PAíS  › MACRI-MICHETTI-DE NARVáEZ-SOLá CELEBRARON LOS TRIUNFOS MIRANDO AL 2011

La derecha tuvo su noche de fiesta

Exultante, el líder de PRO se dirigió a la Presidenta y pidió que “convoque a la pacificación y la unificación de los argentinos”. De Narváez se ufanaba entre sus íntimos de la “traición” de los punteros bonaerenses que le permitió ganar.

› Por Werner Pertot

De Narváez lo hizo. El candidato de Unión-PRO logró imponerse sobre la fórmula del ex presidente Néstor Kirchner y el gobernador Daniel Scioli. Gabriela Michetti, en tanto, ganó en la Capital, por lo que el espacio tiene dos victorias que mostrar y una sobre el líder del oficialismo. Un escenario sin precedentes se abre con este éxito de los empresarios de derecha, que catapulta a Mauricio Macri a una candidatura a presidente; a Francisco de Narváez a gobernador y a Michetti a jefa de Gobierno en 2011. “Los convoco a hacer una nueva Argentina”, afirmó la ex vicejefa, en medio del jolgorio de remeras amarillas que volaban y de música tecno. “A nuestra Presidenta le sirve y espero que haya escuchado el mensaje de los argentinos y que convoque a la pacificación y la unificación de los argentinos”, reclamó Macri flanqueado por De Narváez. La derecha está de fiesta y brinda con coca light.

Colorado el 28

La doble victoria consolida los tres proyectos de la derecha: el presidencial de Macri, la carrera para gobernador de De Narváez y el de jefa de Gobierno de Michetti. Pero a la vez el éxito conjunto de los dos empresarios implica una nueva lucha de poder.

Para De Narváez, la victoria sobre Kirchner lo coloca en un nuevo nivel al frente de la oposición, con el declive (quizás no definitivo) de figuras opositoras como la de Elisa Carrió. Desde hoy, De Narváez es el gran elector: en su entorno, sostienen que piensa “condicionar positivamente” a los presidenciables. De los que emergen beneficiados por esta elección, el Colorado habló de dos: Macri y Carlos Reutemann. Hasta ayer, sus seguidores insistían en que primero irá por la gobernación bonaerense, antes de lanzarse a la presidencia.

En tanto, Macri puede mostrarse como quien armó Unión-PRO –fue quien convocó a sus dos socios– y exhibir su crecimiento en los dos distritos en los que PRO tiene incidencia y que representan casi la mitad del padrón electoral. Más allá de Buenos Aires, el líder de PRO deberá tejer alianzas que superen las pobres relaciones que tiene con partidos provinciales minoritarios en el resto del país. La posible victoria de Carlos Reutemann en Santa Fe, sin embargo, ponía en alerta a los macristas que consideran que su líder debe ser el candidato del peronismo disidente sin candidato. Otro sector, leyendo ese resultado, considera que Macri debe reelegir en la ciudad. Ciudad o Nación, otra vez, como en 2007. Habrá que ver cuál se impone.

Para Michetti, la victoria es una carta para ocupar la candidatura de PRO en la ciudad –siempre y cuando Macri no dé marcha atrás y busque reelegir– con la que le saca varias cabezas a su adversario interno, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta. “Ganamos por primera vez sin Macri en la boleta. Somos el primer partido nuevo que gana sin su líder compitiendo y manteniendo la elección de 2005”, analizaba el secretario general Marcos Peña ante Página/12.

Las tres candidaturas de Macri, De Narváez y Michetti parecen aglutinarse en un proyecto común, salvo que el empresario nacido en Colombia vuelva a escuchar los cantos de sirena que dicen que él sería un mejor candidato a presidente que su socio porteño. En esta semana, los habrá a montones, en especial del peronismo, que se mueve como imantado hacia el que tiene éxito. “Esta noche es la noche del traidor”, le decía De Narváez a sus íntimos mientras comentaba la multitud de punteros bonaerenses que jugaron a dos puntas y lo catapultaron al triunfo.

En el ranking del espacio victorioso, a Solá le toca bailar con la más fea: “La victoria no es de él”, se apresuran a aclarar los consiglieri de sus socios. Ni los macristas ni en el entorno del Colorado le auguran un futuro muy promisorio en el espacio. A lo sumo, la jefatura del bloque de Diputados. No mucho más ¿Se irá Solá? En su entorno, juran que no y ya preparan la discusión que se viene: si tendrán un bloque único. El éxito le corta las alas a Solá para quejarse por la “desperonización” de la campaña y por la forma en que fue ninguneado. La foto de Perón en la cabecera de la mesa de Unión-PRO empieza a tener a la par otra del gurú ecuatoriano, Jaime Durán Barba.

Rojo y amarillo

El pabellón de Costa Salguero estaba ambientado como una disco. Las luces amarillas rebotaban contra las paredes. Y los protagonistas PRO se sucedían alentando un triunfo. Después de la segunda salida de Rodríguez Larreta a las 19.53 en la que dijo básicamente lo mismo (“estamos ganando”), pasó de la música electrónica a Nino Bravo: “Dejaré mis campos por ti”, decía la canción cuando, con una inmensa sonrisa, apareció el ex titular de la Sociedad Rural Luciano Miguens, ahora secretario de Agricultura de PRO. El ruralista se entretuvo con los imitadores del “Gran Cuñado” de Macri, Michetti y De Narváez. Luego le dijo a Página/12: “Este gobierno tiene aislado al campo. A partir de mañana (por hoy), tiene que haber una política agropecuaria en serio, sin el Congreso hegemónico que hubo hasta ahora”. Su plataforma es la eliminación de las retenciones.

–¿Ese quién es? ¿El De Narváez verdadero o el falso?– se confundió una militante PRO cuando De Narváez hizo su primera salida, solo y sonriente. “Todo el país sabe que es una elección muy pareja. Pero estamos ganando en la provincia de Buenos Aires”, anunció el candidato de Unión-PRO, y recogió, ahora sí, una catarata de aplausos.

La verdadera euforia empezó cuando TN mostró las placas con De Narváez arriba de Kirchner. La imagen se transmitió a todas las pantallas y luego apareció la leyenda “Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, con la Casa Rosada en el centro. Macri y Michetti salieron juntos, tomados de la mano. “Los resultados en el país son a favor del cambio”, dijo Macri, quien volvió sobre los principales puntos de su gestión para plantear que se había revalidado. El líder de PRO no se detuvo a leer el resultado del segundo detrás de Michetti, Pino Solanas, que obtuvo un porcentaje considerable que podría implicar un alerta para las políticas que viene implementando.

Luego pasaron al segmento emotivo: “Le quiero decir gracias a Gaby”, anunció Macri y le dio un beso. “Yo quiero agradecer a Mauricio, porque me deja trabajar en libertad”, contestó Michetti, de blanco radiante. Otro beso. Michetti recordó que, en el Gobierno porteño, se van a ocupar del proyecto Bicentenario. Y señaló que es “la oportunidad para un nuevo país”. De fondo, ya sonaba el reggaeton de De Narváez, que dice que es “el único que piensa en la gente”. Una neblina de discoteca lo inundaba todo.

“Hemos sido cautos con los pronósticos. Este triunfo extraordinario implica un cambio profundo en la Argentina”, sostuvo más tarde Solá, que primero salió solo y luego se abrazó con De Narváez y bailaron juntos debajo del escenario, con los jóvenes PRO. Entre la multitud, que cantaba “es para Kirchner que lo mira por tevé”, los peronistas PRO Cristian Ritondo y Daniel Amoroso ya repartían remeras rojas que dicen “faltan 895 días para que Francisco sea gobernador” y amarillas con la leyenda de “Mauricio presidente”.

“Dale, dale PRO”, cantaba la multitud cuando salieron Solá, Macri y De Narváez. El ex gobernador llamó a la “unión nacional” y el candidato de Unión-PRO advirtió que “un día vamos a cambiar la historia y ese día es hoy”. Llamó a defender al agro y a bajar los precios, aunque no dijo cómo lo hará desde una banca de diputado. “Fue Mauricio en 2001 el que me invitó a soñar y a desafiar a la mala política que hoy derrotamos”, le dio un espaldarazo a Macri, de quien dijo que “tiene la responsabilidad de liderar este espacio”. El jefe de Gobierno señaló que “los argentinos no quieren volver a los noventa, pero tampoco estos siete años de maltrato. Los dos empresarios jugaron a calmar a la tribuna que cantaba “el que no salta no es de PRO” o “se siente, se siente, Mauricio presidente”. De fondo sonaba, “el mono relojero”, una canción de Kapanga dedicada a Eduardo Duhalde. “Se te nota fascistoide, con olor a represión”, decía el tema y el PRO bailaba a su ritmo.

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