EL PAíS › MAURICIO MACRI Y FRANCISCO DE NARVáEZ FESTEJARON CON MIRTHA LEGRAND Y YA PIENSAN EN UN ARMADO NACIONAL
El jefe de Gobierno apunta a la Presidencia. Tratará de mostrar gestión y seducir al peronismo. No descarta buscar una alianza con Carlos Reutemann. El empresario colombiano va por la gobernación y ya estableció contactos con algunos intendentes.
› Por Werner Pertot
Tras la fiesta, los dos líderes de Unión-PRO Mauricio Macri y Francisco de Narváez brindaron con Felipe Solá y Gabriela Michetti en el living de una exultante Mirtha Legrand. La celebración de la derrota del Gobierno dará lugar ahora a los planes. En el corto plazo, pasarán a la ofensiva en el Congreso (ver aparte). En el mediano plazo, intentarán tejer un armado provincial y nacional que les permita llegar a la gobernación y a la presidencia. Con el resultado de la elección en Santa Fe, tienen un interlocutor ineludible: Carlos Reutemann.
El primer paso del espacio Unión-PRO tras la doble victoria en Capital y en provincia es posicionarse frente al Gobierno. En un reportaje on line con el diario La Nación, De Narváez invitó amablemente a Kirchner a “retirarse prontamente y dejar a su señora que sea presidenta”. Cerca de Macri, la traducción es más cruda: “Kirchner se tiene que ir rápidamente de la política. Y si va preso, mejor”, apuntó un dirigente de confianza del jefe de Gobierno, que se mostró sorprendido con el discurso de la Presidenta. “Hablan como si hubieran ganado. Estos deben querer que los echen”, interpretó.
En público, los dos dirigentes juraron que quieren ayudar al oficialismo a mantener la gobernabilidad y ser “una oposición constructiva”. “Igual, no es fácil. Estos tipos no levantan un teléfono”, decían por lo bajo en Bolívar 1. En estas semanas, Macri apostará ante todo a mostrarse gestionando: de hecho, tras la farra del domingo, encabezó una reunión de gabinete el lunes a las ocho de la mañana. A sus ministros les dijo que “sólo Gaby está exceptuada, porque trabajó mucho en la campaña”.
El principal problema de PRO sigue siendo que su fuerza está centrada en la Capital y se expandió ahora a la provincia, pero no logran tener un alcance en el resto del país. Las alianzas con partidos provinciales no le dieron resultado. “Tenemos que fortalecer nuestra construcción para asociarnos al peronismo no kirchnerista”, insiste un dirigente que talla en el armado nacional. La estrategia será, entonces, seducir al peronismo y convencerlo de que Macri es su mejor opción. El líder de PRO dio un paso algo brusco en su discurso de la victoria, cuando habló de “un Perón sabio”. Debe haber sido la primera vez que usa una cita de Perón.
El principal escollo es la victoria de Reutemann, que le dio al peronismo disidente otro presidenciable. Una opción sería intentar una alianza con el ex conductor de Fórmula Uno. Macri tiene mucha afinidad con Reutemann, aunque existe un obstáculo un tanto insalvable: los dos quieren ser presidente y ninguno aceptaría ir como vice.
De Narváez, en tanto, parece haber desechado la idea de ir por la presidencia en 2011 (esto no quiere decir que no lo intente en 2015).
El empresario lo respaldó a Macri para esa candidatura en el festejo, aunque tampoco le cerró la puerta a Reutemann o incluso al chubutense Mario Das Neves. La victoria embellece: algunos lo imaginan a De Narváez como líder de un panperonismo de los gobernadores disidentes; otros lo ven armando algo nuevo, más al estilo PRO. Su rechazo al convite de Scioli no es una decisión definitiva a no incursionar en el PJ, sino un intento de evitar quedar pegado a la denuncia del “pacto” que hizo el Acuerdo Cívico.
El Colorado, por ahora, mantendrá su rol de gran elector, mientras se prepara para la gobernación. “Le falta sólo elegir a los ministros”, exageran en su espacio. O no tanto: ya empezó a recibir llamados de intendentes que lo saludan, pero que también están pensando en su futuro. Solá trabaja activamente para esa emigración. Piensa hablar con varios gobernadores, como Gildo Insfrán, José Luis Gioja y Jorge Alperovich. Ayer lo llamó el radical Arturo Colombi, de Corrientes, y Enrique Thomas, a través del que se intercambiaron felicitaciones con Julio Cobos. En el entorno de Solá observan un panorama lúgubre para el Gobierno: “Al cementerio los acompañaron todos. Pero, aparte de Scioli, no hay muchos que vayan a entrar con ellos.”
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