Después de la campaña vino la veda, pero al día siguiente de los comicios los afiches volvieron a tomar las calles. Ya sea para comenzar a posicionarse en el nuevo y turbulento mapa político nacional de cara a 2011 o bien para pasar factura a antiguos aliados por errores y problemas, o para, simplemente, regodearse en la derrota del adversario, los carteles callejeros fueron protagonistas del día después. Uno que ya había anticipado sus ambiciones presidenciales era el gobernador chubutense Mario Das Neves. El domingo por la noche, antes incluso de que Néstor Kirchner reconociera la derrota, ya había comenzado a empapelar la ciudad con carteles que lo proponen para el 2011. Sin embargo, la premura del patagónico le valió también enemigos, ya que en pocas horas se desató una contracampaña, en donde señalan que “Das Neves gobierna, Bulgheroni manda”, en referencia al empresario petrolero con intereses en Chubut. Otro que se lanzó, o fue lanzado, a la arena electoral, es el líder de la CGT, Hugo Moyano, con carteles que anuncian, simplemente, “Moyano 2011”. No hace mucho al camionero le preguntaron si se veía como presidente y, con cierto tono de broma, no lo descartó. El microcentro, en cambio, fue el escenario de una venganza contra Daniel Filmus, repudiado por más de un sector del peronismo porteño que se sintió desplazado por la alianza con Heller. Con un ojo morado y traje militar, Filmus es “el mariscal de la derrota”, según los carteles. Más crueles aún son los que atacan a Lilita: “Los argentinos terminamos con la gripe porcina. Chau Carrió”.