Al cumplirse un año del debate sobre las retenciones móviles en el Parlamento, el vicepresidente Julio Cobos apareció ayer por demás verborrágico y, entre otros recuerdos, mencionó que durante aquella sesión hubo un senador que pidió ingresar armado en la Cámara alta. La afirmación no pasó inadvertida para el presidente del bloque de senadores oficialistas, Miguel Pichetto, que le exigió que dé el nombre de quien tuvo esa intención, porque lo consideró como un hecho de “extrema gravedad institucional”, que mantuvo en secreto desde aquella madrugada del 17 de julio.

“Si no lo hace ahora estaremos indudablemente ante una nueva e irresponsable especulación de un vicepresidente que no parece tener el cuidado de las instituciones como uno de los valores máximos que debe defender”, afirmó el legislador rionegrino por el Frente para la Victoria.

El vicepresidente afirmó que poco antes de votar en contra de la resolución 125 recibió la sugerencia del oficialismo de “no asistir” a la votación y una advertencia en el sentido de que, si no votaba con el Gobierno, se tenía que ir. Cobos relató que por esas horas “era una situación bastante complicada. Mandé custodias del Congreso a casas de senadores y senadoras que me pedían reforzar la vigilancia. Hasta hubo uno que me pidió entrar armado (al Congreso)... La presión que se vivía era tremenda”. En el primer aniversario de su frase “mi voto es no positivo”, Cobos accedió a contar detalles decisivos de su protagonismo en la sesión en que se debatió el proyecto oficial de retenciones móviles al agro, que determinó una significativa derrota legislativa del gobierno de Cristina Kirchner, quien llevaba siete meses en el poder. “Durante la sesión del 16, 17 de julio nunca hablé con Cristina (Fernández), ni con Néstor Kirchner. Sólo me comuniqué con (el jefe de Gabinete) Alberto Fernández, a las 4 y media de la madrugada, unos momentos antes de hablar ante la Cámara. Sé que algunos me estuvieron llamando una horas antes, pero no atendí a nadie”, reseñó. Días después de su voto “no positivo”, mantuvo un tenso diálogo con la presidenta Cristina Fernández, que sería el último. “No me convidaron ni un vaso con agua”, dijo de aquel encuentro.

Según recordó Cobos, en esa reunión estuvieron el ahora ex jefe de Gabinete Sergio Massa y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. “Yo me senté al lado de ella y le dije, ‘mirá podemos evaluar lo que pasó y mirar para adelante, porque esto ya nos ha desgastado mucho’. Pero no, ella insistió en el asunto del ‘modelo’, y dijo que la relación ya se había roto, que iban a preservar nada más que lo institucional, porque ‘hasta acá llegamos’.”

En un comunicado, Pichetto expresó que “la noche en la que se votó en el Senado el proyecto de retenciones móviles, y durante los diez días anteriores en los que se debatió el proyecto en el Salón Azul, se diseñó un sistema de seguridad que funcionó a la perfección, que contó con el concurso del personal de seguridad del Senado y también de la Policía Federal”. Según explicó, el debate de las retenciones móviles “fue una sesión, igual que la discusión en comisiones, en la que no se dejó entrar a nadie que fuera ajeno al Senado o a los medios de comunicación que cubrieron el desarrollo del debate en el Senado”. Pichetto agregó que el operativo fue elogiado por los “hombres y mujeres de prensa como un ejemplo de cómo una situación clave en términos informativos pudo llevarse adelante de manera ordenada y el hecho de que haya existido hace más antojadiza la versión que ahora plantea el vicepresidente en la agenda pública”. Y recalcó que “en todo este tiempo nunca se mencionó en el bloque, ni en ningún otro ámbito en el que yo haya participado, una versión como la que ahora echa a rodar Cobos”.