EL PAíS › EL CONTRAALMIRANTE QUE REPRESENTA A LA ARMADA EN EL CENTRO DE ESTUDIOS ESTRATEGICOS
Es un “retirado en actividad” nombrado por su fuerza en el centro conjunto que preside la ministra Garré, y vicepresidente del foro de retirados. Y uno de los firmantes de la solicitada a favor de los detenidos.
› Por Nora Veiras
“Existe una total identificación con los integrantes de la Armada condenados o sometidos a proceso por las responsabilidades de las funciones que circunstancialmente les tocó ejercer; lesionará los principios de disciplina y subordinación una eventual condena a jefes, oficiales y suboficiales por haber cumplido órdenes militares en situación de guerra, ya que las acciones de las Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales que condujeron a la derrota del terrorismo subversivo posibilitaron el pleno funcionamiento de las instituciones de la República.” El Foro de Almirantes Retirados expresó así su pensamiento el año pasado al cumplir diez años de existencia. La línea argumental no deja dudas. Sí genera desazón saber que, en ese momento, el vicepresidente de ese reducto era el contraalmirante retirado en servicio Edgardo Campiantico, quien, a propuesta del jefe de la Armada Jorge Godoy, fue designado como uno de los directores del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Manuel Belgrano, que preside la ministra Nilda Garré.
En mayo del año pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, junto con Garré, presentó en sociedad el nuevo centro de investigaciones que nuclearía el trabajo de las Fuerzas Armadas y las integraría con investigadores de siete universidades nacionales. La orden implicó que “en treinta días” el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea tendrían que disolver sus centros de estudios. Más allá de la idea estratégica de “conjuntez”, el objetivo de la cartera de Defensa fue remozar las investigaciones y sacar de circulación a los retirados que habían sido recontratados y recalaban en esos centros con ideas, por lo menos, perimidas. El detonante del replanteo fue la revelación de Página/12, en enero del año pasado, sobre la participación del contraalmirante Roberto Pertusio, detenido por delitos de lesa humanidad en su casa y miembro del Centro de Estudios Estratégicos que presidía el propio Godoy.
La reaparición de Campiantico pone en evidencia la resistencia de parte de las huestes de Godoy al recambio y la consiguiente tolerancia institucional. Campiantico pasó a retiro efectivo en septiembre del 2003 –en marzo había iniciado el trámite–. Pertenece a la promoción ’96, es decir es un año más antiguo que Godoy. Según su legajo, navegó poco más de 30 mil millas, una marca poco destacable para un almirante. Por lo menos desde el 2006 reviste como “retirado artículo 62”, es decir recontratado con el sueldo en actividad bajo las órdenes del secretario general naval. Entre 2006 y 2008, Campiantico se desempeñó simultáneamente como vicepresidente del Foro de Almirantes Retirados, un cargo que viola normas expresas que impiden al personal en actividad y/o retirado en servicio formar parte de organismos de carácter político o empresario. En la Armada, la grilla de altos oficiales recontratados por el artículo 62 asciende a 116.
En marzo de este año, la Armada propuso a Campiantico como director en representación de la fuerza para el Centro de Estudios Manuel Belgrano. El contraalmirante había precedido a Godoy en la comandancia de la fragata Libertad. Los conocedores de los lobbies de la Marina aseguran que el impulsor de la postulación fue el almirante Enrique Salvador Olmedo, director general de Personal Naval, para muchos el verdadero jefe de la fuerza. Ante la propuesta, Defensa chequea los antecedentes de los postulantes con el área de Derechos Humanos, aseguran que en la foja de Campiantico no aparecen indicios de su participación directa durante el terrorismo de Estado. Admiten que desconocían la gestión del contraalmirante en el Foro de Almirantes Retirados y sus premisas reivindicatorias de la dictadura.
A fines de noviembre del 2007, cuando Campiantico se desempeñaba como vicepresidente del foro, el organismo emitió una declaración para establecer su posición ante el avance de los juicios a los represores por delitos de lesa humanidad. Los principales puntos son los siguientes:
- “Que en nuestro país hubo una guerra interna, la guerra revolucionaria, iniciada por las organizaciones terroristas e instigada por actores extranjeros –estatales y no estatales– contra las instituciones de la República Argentina y contra los más diversos estratos de la población.”
- “Que el gobierno nacional estimó que los organismos policiales y de seguridad resultaban insuficientes para prevenir tal situación.”
- “Que, por ello, las Fuerzas Armadas fueron empeñadas por el gobierno constitucional a partir de febrero de 1975, para ejecutar las operaciones de neutralización y aniquilamiento del terrorismo, mediante decretos específicos, actuando por tanto institucionalmente de acuerdo con las directivas y pautas impartidas por las máximas autoridades políticas del Estado.”
- “Que sus cuadros actuaron cumpliendo órdenes expresas, siguiendo la cadena de mandos a cuya cabeza estuvieron en todo momento las más altas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, no existiendo grupos militares que actuaran en forma independiente.”
- “Que el encarcelamiento de nuestros camaradas nos mueve a expresarles nuestra más firme solidaridad ante la injusta situación que padecen.”
Al cumplirse los diez años del foro, los almirantes recordaron como germen de su organización una solicitada publicada en La Nación el 20 de marzo de 1987, firmada por 89 oficiales, en la que reivindicaban “la guerra legítima contra el terrorismo subversivo”. Al detallar la evolución de la organización explican que “el número de asociados es de 148 sobre un total de 235 almirantes retirados” y anuncian que “a partir del 2003 se asumió con prioridad el apoyo y la contención de los camaradas detenidos, en virtud de las acciones desarrolladas en el marco de la guerra contra el terrorismo subversivo liberado por nuestro país, de manera institucional y respondiendo a directivas emanadas de gobiernos constitucionales, las que se mantuvieron vigentes durante el Proceso de Reorganización Nacional”.
Campiantico, el hombre elegido por la Armada para coordinar los equipos de investigación que tributan al Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa, quedó preso de ese pensamiento. En el Edificio Libertador se analizaba este fin de semana qué hacer ante la persistencia de un sector del almirantazgo en promover a esos personajes. A Campiantico, el pasado lo condena.
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