Con un toque de tango y otro de fútbol, Mauricio Macri buscó entibiar el frío de la formalidad al entrar al despacho de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la reunión inaugural de la ronda de diálogo con los gobernadores. Y los dos salieron conformes: tanto el propio jefe de Gobierno porteño como el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, calificaron al encuentro como “positivo”. Además, acordaron comenzar a trabajar en forma conjunta en algunos de los temas que se plantearon y volver a reunirse dentro de un mes para ver en cuáles puede haber consenso y transformarlos en hechos concretos.

Macri planteó, como lo había anticipado, la delegación de algunas facultades que tiene hoy la Secretaría de Transporte de la Nación, apoyo financiero para avanzar con la extensión de los subterráneos y trabajar coordinadamente en el combate de la pobreza. “Ambos queremos lo mismo: que la gente viva mejor”, dijo Macri en una conferencia de prensa que dio luego en la sede del gobierno porteño.

“Este encuentro fue un paso adelante, positivo. Estamos contentos. Encontré una Presidenta muy bien predispuesta, con ganas de debatir y encontrar consensos”, afirmó Macri. Aníbal Fernández, también en conferencia de prensa, consideró que “la reunión significó avanzar sobre propuestas concretas y fue muy positiva”.

El jefe de Gobierno de la Ciudad llegó a las 18, pero tuvo que esperar un poco porque la Presidenta estaba reunida con el ministro de Economía, Amado Boudou, antes de que anunciara los cambios en el Indec (ver aparte). Pero después fue compensado porque a los 60 minutos previstos para la reunión la Presidenta le adicionó media hora más.

Mientras sus tres acompañantes (el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el secretario de Gobierno, Marcos Peña; y el secretario de Seguridad, Guillermo Montenegro) quedaron esperando en la antesala del despacho presidencial, Macri entró solo llevando una caja envuelta en papel azul. En el saludo hubo un segundo de dudas, porque la Presidenta le extendió la mano y Macri se acercó para saludarla con un beso. Al final fue apretón de manos y beso simultáneos.

Después de saludar a Aníbal Fernández –con quien había tenido varios cruces mediáticos– y al ministro del Interior, Florencio Randazzo, Macri le entregó a Cristina el regalo del envoltorio azul. Cristina rompió el papel abrió la caja y se encontró con un original portacedé que simulaba ser un bandoneón repleto de discos de tango. La Presidenta celebró lo ingenioso del regalo y la charla comenzó con total distensión.

Antes de entrar de lleno en los temas políticos y de gestión, el jefe de Gobierno de la Ciudad quiso seguir aportando al buen clima y la felicitó porque Gimnasia y Esgrima La Plata, el equipo del cual es simpatizante la Presidenta, se había salvado del descenso. Pero después tuvo un pequeño resbalón al suponer equivocadamente que Cristina manejaba ciertos códigos futboleros.

–¿Supongo que no estará muy contenta con que Estudiantes haya salido campeón de América?

–¿Por qué no? Me puso muy contenta. Es un equipo argentino y es de La Plata, mi ciudad.

–No digo, siendo usted fanática de Gimnasia...

–No, no, no. Yo no soy fanática de nadie.

La charla giró hacia lo venturoso del diálogo abierto. La Presidenta comenzó exponiendo su visión de la economía mundial, el cuadro que vive Europa y Estados Unidos con el desempleo y las medidas que entienden las potencias irán tomando para salir de la crisis. También habló sobre el rol vetusto del FMI para luego pasar a la economía argentina.

En este ítem destacó la capacidad de endeudamiento que tiene el país por las variables macroeconómicas favorables y el objetivo de hacerle frente a la caída de las exportaciones suplantando importaciones con producción nacional para seguir manteniendo una balanza comercial favorable.

A su turno, Macri se refirió al traspaso de la Policía Federal a la Ciudad con el presupuesto nacional correspondiente. La Presidenta le contestó que en ese tema había una fuerte oposición de las provincias. “Todas las provincias financian solas a su propia policía. Si hiciéramos una excepción con la Capital Federal, habría un fuerte rechazo porque a la única que estaríamos subsidiando para que tenga su policía es a la Ciudad de Buenos Aires, que además tiene ingresos más importantes que el resto de las provincias”, le dijo Cristina.

El jefe de Gobierno porteño también planteó los problemas que le ocasiona a la Ciudad tener un sistema de transporte público que en gran parte es controlado por la Nación. La Presidenta le detalló, planillas en mano, los subsidios que reciben de la Nación las empresas de transporte que operan en la Ciudad.

También hubo un pedido de Macri para que el gobierno nacional apoye el financiamiento de las obras en el subte. “Ellos nos dijeron que algunos préstamos para obras estaban siendo destinados a otras provincias que tenían sus necesidades. Si ese dinero sirve para la extensión de una red eléctrica de un lugar que lo necesita, lo entiendo. Nosotros llevamos nuestras propuestas”, contó luego Macri.

El jefe de Gobierno dijo también que hablaron con la Presidenta sobre cómo avanzar en forma conjunta sobre “el combate de la pobreza, las consecuencias de la gripe A en términos de empleo y turismo y un plan de informatización masivo de las escuelas porteñas”.

Sobre el turismo y la gripe A, la Presidenta le propuso trabajar en una campaña conjunta para “mostrar al mundo” que la Argentina y la Ciudad son lugares seguros. Sobre el tema de la exclusión social, acordaron que los ministerios de Desarrollo Social de ambas jurisdicciones comenzarán a articular políticas al igual que en salud y otras áreas.

Los equipos técnicos de Nación y Ciudad comenzarán a trabajar en cada uno de los temas y, según dijo Macri, “la prioridad será la defensa de los puestos de trabajo”.