EL PAíS › CARLOS FAYT ESTUDIA CóMO CAMBIAR SU POSTURA SOBRE LA TENENCIA DE ESTUPEFACIENTES
El decano de la Corte Suprema dijo que “es un acto de inhumanidad” castigar judicialmente al consumidor de drogas. En dos fallos previos se inclinó por penalizar la tenencia, pero ahora acompañaría la decisión de sus pares.
› Por Irina Hauser
Desde hace algunos años, Carlos Fayt, juez de la Corte Suprema, practica un ritual: casi todos los martes, cuando sale de su casa, dice alguna frase sobre el tema del momento ante un enjambre de movileros. Para no faltar a su costumbre, ayer aseguró que sería “un acto de inhumanidad” castigar penalmente a una persona por tener y consumir drogas. Aunque ya se sabe que es la postura compartida por una mayoría suprema, esta vez la afirmación de Su Señoría debería leerse como toda una novedad. Fayt podría cambiar la postura que ya tuvo en dos fallos previos, donde se inclinó por castigar la tenencia de estupefacientes para consumo personal. Si así ocurre, no sólo habría en unos días un fallo del alto tribunal para descriminalizar el consumo de drogas, sino que podría salir por unanimidad.
Mientras Fayt delibera con su conciencia sobre qué hacer, sus colegas están trenzados en una discusión sobre los alcances que debería tener el fallo. Hasta ayer a última hora no tenían ciento por ciento definido en qué expediente basarán su pronunciamiento. Tienen varios para elegir, pero algunos jueces entienden que no es lo mismo, por ejemplo, un caso que involucre cocaína que uno que hable de una mínima cantidad de marihuana. Tampoco es lo mismo hablar de un cigarrillo, insisten, que de varios gramos. En un sector supremo reina el pánico sobre el mensaje social que pueda dejar la sentencia (ver aparte).
“El asunto tiene aristas delicadas –comentó Fayt–. Buscamos los límites de la racionalidad. ¿Cuál es la solución, la de Holanda? –dijo como quien piensa en voz alta–. ¿La de Suecia, que prohíbe absolutamente todo?” Allegados al juez supremo señalaron más tarde a Página/12 que no tiene resuelto cómo va a votar, pero que analiza seriamente modificar su antigua posición. Por ahora, al parecer, tiene más preguntas que respuestas. “¿Qué hacemos con los traficantes? ¿Qué hacemos en un país que no tiene estrategias de salud para el manejo de las adicciones? Si no castigamos el consumo, que es injusto, ¿cuál es la salida? ¿Cómo evitamos que todos los jóvenes quieran ser como Charly García, que es un enfermo?”, cuentan que bombardeó con estas preguntas a sus colegas, amigos y conocidos en los últimos días.
En su historia de los últimos veintitrés años, la Corte falló dos veces sobre la tenencia de droga. En 1986, una famosa sentencia suprema conocida como “Bazterrica” declaró la inconstitucionalidad del artículo de la ley de estupefacientes que castigaba a los consumidores con el argumento de que ningún juez puede entrometerse con “las acciones privadas de los hombres” que no ofendan a terceros. En aquella oportunidad, Fayt votó en disidencia junto con José Severo Caballero. En 1990 la Corte de Carlos Menem dio vuelta aquel fallo alegando que despenalizar hacía peligrar los “valores morales, de la familia, de la sociedad, de la juventud, de la niñez y, en última instancia, la subsistencia misma de la Nación y hasta de la humanidad toda”. Fayt apoyó esos fundamentos.
Si el plan de Fayt es cambiar el voto, tiene dos argumentos servidos para intentarlo: en tantos años de vigencia la criminalización de la tenencia ha fracasado como pretendida solución al problema de la drogadicción –en tanto asunto de salud pública– y no ha servido para mitigar la comercialización y el narcotráfico.
En el plenario de la Corte de ayer, uno de los jueces intentó propiciar una postergación del fallo, que ya tenía asignada como fecha para su firma el próximo martes 25. Algunos de sus colegas se enfadaron y le pidieron no alterar los planes, según pudo saber Página/12. De hecho, en lo más elemental todos concuerdan: declarar la inconstitucionalidad del artículo de la ley de estupefacientes que pena la tenencia para consumo. En un reportaje publicado el último domingo por este diario, el juez Raúl Zaffaroni dijo que “hay una decisión que tomar y no se puede actuar como el avestruz en este momento”. Advirtió que hay “maniobras distractivas” que centran el problema en el consumidor y dijo que “en la medida que se siga criminalizando lo que se hace es distraer esfuerzos para combatir el tráfico”.
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