EL PAíS › ASPERO ENCUENTRO ENTRE MACRI Y LEGISLADORES DE CENTROIZQUIERDA
En el marco de la ronda de diálogo porteño, el jefe de Gobierno recibió ayer a legisladores de centroizquierda que le cuestionaron la designación del jefe de la Policía Metropolitana, las obras proyectadas y el déficit fiscal.
› Por Werner Pertot
Mauricio Macri tuvo otra ronda de diálogo con la oposición porteña. Si la primera fue apacible, la segunda se le volvió bien áspera. El jefe de Gobierno discutió con los legisladores opositores sobre la designación de Jorge “Fino” Palacios frente a la Policía Metropolitana –argumentó que era una atribución del Ejecutivo–, sobre las megaobras que están proyectadas y el déficit fiscal. También discutió con el legislador de la CTA Martín Hourest sobre el respeto a la Constitución porteña. “Es una utopía, una expresión de deseos”, definió.
El segundo encuentro fue con los jefes de bloque Eduardo Epszteyn (Diálogo por Buenos Aires), Hourest (Igualdad Social), Alejandro Rabinovich (Autonomía con Igualdad), Silvina Pedreira (PJ) y los unipersonales Gonzalo Ruanova, Patricia Walsh y Gabriela Cerruti. Al jefe de Gobierno lo acompañaron una vez más el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, el secretario general, Marcos Peña, y el vicepresidente primero de la Legislatura, Diego Santilli.
La reunión empezó con un Macri algo señudo porque estaba esperando desde las 10.30. Ellos advirtieron que los habían convocado a las 11. Hourest llegó un poco más tarde y bromearon con que tendría que pagar cien pesos (Macri instauró esa regla para los ministros que llegan tarde). El líder de PRO les explicó el diseño de su “ciudad soñada” para el 2020, para la que –dijo– necesitaría 60 mil millones de pesos para invertir en infraestructura. Larreta luego les dio algunos detalles del bono de endeudamiento y mencionó el déficit de 700 millones de pesos.
“Tenemos el dilema de la primera cita. Ella le habla de las estrellas y el cielo y él quiere ir a los bifes”, graficó Hourest. Mientras explicaba la reforma fiscal que proponía, Macri se arrimó a Santilli.
–¿Vos entendés de qué está hablando? –le susurró.
–Sí...
–Bah, ¿qué vas a entender?
Hourest les presentó una agenda de diálogo con ocho puntos: les reclamó un ingreso ciudadano para la niñez y el cumplimiento de las garantías de salud, educación, vivienda y equilibrio entre norte y sur que prevé la Constitución porteña. Macri le contraargumentó que no existía el dinero para cumplir con sus planteos. “Es una utopía, una expresión de deseos”, afirmó. “Las fuerzas políticas que hicieron esa Constitución ya no existen o no tienen representatividad”, argumentó Peña. “La Constitución no es un listado de sueños, es una obligación del Estado”, le insistió Hourest, que reclamó la creación de un sistema estadístico porteño. “Pero eso significa contratar a más gente”, se quejó Macri. “A los trabajadores les pagan con los índices de Moreno y a los empresarios les dan redeterminaciones de precios extraordinarias”, le enrostró Hourest.
Epszteyn tuvo otra discusión cuando planteó que deberían parar las megaobras del centro cívico, los túneles de la 9 de Julio y el “Central Park”. Cerruti y Walsh sacaron a relucir otro tema que tiene el rechazo de toda la oposición, además de los familiares de las víctimas de la AMIA, de la represión del 20 de diciembre y los organismos de derechos humanos: la designación de Palacios. Tanto Macri como Santilli contestaron que es una atribución del jefe de Gobierno. Cerruti le planteó que estaba empecinado en conservarlo “como el gobierno nacional con Moreno”. “No es así, porque dialogamos igual aunque no echen a Moreno”, sostuvo Macri.
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