El tema apareció con una frase protocolar de Ricardo Lorenzetti: “Fortalecer la independencia” de la Justicia, señaló, era uno de los objetivos del evento. El titular de la OEA, José Miguel Insulza, le dijo a Página/12 que para gozar de independencia “lo obvio es que el Poder Judicial debería manejar su plata”. Cerca del final del día, en un panel sobre “gestión” judicial, una jueza de Bolivia, que se quejaba de que con el gobierno de Evo Morales la Corte pende de un hilo, desató una catarsis grupal. En México, contó un juez, probaron distintos métodos para elegir jueces y siempre hay injerencia política. Su colega chileno se plantó en que los jueces, una vez nombrados, deberían regirse –ironizó– por el “principio de ingratitud”. Lorenzetti, realista, sugirió que ésa era una expresión de deseos y que la mejor garantía es transparentar el proceso de designación. Insulza le dijo a este diario que “los mejores sistemas son los que incluyen la participación judicial en los nombramientos”, además de la del Ejecutivo y la parlamentaria. “Siempre el Ejecutivo quiere imponer jueces”, afirmó.