EL PAíS › LOS ESTUDIANTES TERMINARON LA PROTESTA LUEGO DE QUE AMENAZARAN CON EXPULSIONES
La mesa directiva del centro de estudiantes resolvió levantar la toma luego de que el Consejo Superior amenazara con expulsarlos. Pedían la quita de sanciones a los alumnos que asistieron a una marcha por la Noche de los Lápices.
La amenaza de expulsión de la mesa directiva del centro de estudiantes disuadió ayer a los alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, que luego de ocho días decidieron en asamblea levantar la toma de la institución. La medida se había originado para exigir la quita de faltas y sanciones impuestas por asistir el 16 de septiembre a una marcha por el aniversario de la Noche de los Lápices.
“Les explicamos que fue inadmisible la medida que tomaron y que habrá sanciones acordes con la falta cometida”, informó la secretaria académica Edith Litwin luego de recibir a un grupo de alumnos en el rectorado de la Universidad de Buenos Aires. Desde el centro de estudiantes manifestaron su “desilusión” por la “falta de palabra” de la rectora Virginia González Gass y anticiparon que “vamos a seguir la lucha por otras vías”. Como consecuencia de la toma y para recuperar días de clase, el ciclo lectivo se extenderá hasta el 10 de diciembre, en tanto se reprogramarán los exámenes regulares y previos. “Los chicos levantaron la medida de fuerza sin condiciones”, remarcó González Gass, y aclaró que recién “una vez entregado el colegio” se sentará a dialogar con los alumnos los puntos que habían acordado días atrás.
La asamblea comenzó pasado el mediodía y duró casi tres horas. “Mientras discutíamos qué íbamos a hacer la semana próxima, porque hay viajes de estudios y de egresados, nos llegó la información de que el Consejo Superior amenazaba con expulsar a toda la mesa directiva del centro. Eso repercutió y concluimos en levantar la toma, porque se nos estaba yendo de las manos”, explicó Lautaro Ferrada, miembro de la mesa directiva.
Un grupo de alumnos comenzó entonces a limpiar el edificio para permitir la normalización de las actividades, mientras una delegación se dirigía al rectorado de la UBA para verificar la versión de las expulsiones. “Sugirieron que no están de acuerdo con esa medida, que todavía no se sentaron a discutir qué sanción podrían aplicar y que son partidarios de resolver el tema a partir del diálogo”, explicó Ferrada a Página/12.
La secretaria académica Edith Litwin aclaró que “no hubo reunión del Consejo Superior y no voy a responder rumores”, al tiempo que instó a los alumnos a que “asuman las responsabilidades por sus actos”. Explicó que “aquí evidentemente hay que reconstruir el vínculo de las autoridades con los padres y de los alumnos con sus docentes. Este episodio tiene que ser un punto de inflexión para dialogar y para que cada uno asuma su responsabilidad”. Litwin precisó que “la semana que viene habrá reuniones de la rectora con grupos de padres”, mientras que las sanciones “se tratarán en el ámbito del Consejo Consultivo”, instancia que la rectora González Gass sólo habilitaba si se levantaba la protesta.
La sanción que desató la decisión de tomar el colegio consistió en diez amonestaciones para once alumnos y cinco amonestaciones para otro que volvió al colegio, en tanto se consideró ausentes a otros noventa que participaron de la marcha por la Noche de los Lápices sin autorización de sus padres. La estudiante Ana Schvarsberg, vocal del centro estudiantil, aseguró que “conseguimos el compromiso de rebajar la cantidad de amonestaciones” y advirtió que “la lucha por las sanciones seguirá”.
Ferrada manifestó que “estamos muy desilusionados” con la rectora González Gass. “Nosotros planteamos una serie de reivindicaciones y la rectora nos hizo una contrapropuesta, que consistía en dos jornadas estudiantiles anuales de discusión, garantizar la autorización para las marchas cada 16 de septiembre, y las sesiones del consejo resolutivo y del consejo de convivencia con asambleas posteriores. Cuando fuimos a comunicarle que la asamblea había aceptado la propuesta, sugirió que las circunstancias habían cambiado y se desentendió de su propia palabra”, explicó “Si se levantó la toma es por la amenaza de expulsión”, aclaró.
El Rectorado confirmó ayer mediante un comunicado que la próxima semana no habrá clases y anunció que González Gass “se encontrará en el colegio realizando reuniones informativas con los padres de las distintas divisiones”. El coordinador Gustavo Zorzoli, en tanto, informó que “por razones de higiene” el dictado del curso de ingreso se desplazará sólo por hoy a la Escuela Normal Superior 1, en Córdoba 1951.
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