EL PAíS › CONCLUYó EL ENCUENTRO NACIONAL HACIA LA CONSTITUYENTE SOCIAL
Más de cuatro mil militantes de organizaciones sociales, sindicatos y partidos de todo el país acordaron construir una alternativa electoral para 2011. Durante el año que viene habrá asambleas en cada localidad y luego un gran encuentro nacional.
La Constituyente Social intentará que 2010 sea su año: el movimiento que hasta ahora lleva un “hacia” en el comienzo del nombre está dispuesto a dar el paso y apuntar a construir una alternativa electoral para las próximas elecciones presidenciales. A lo largo de todo el año que viene, en cada localidad del país, se llevarán a cabo asambleas locales que desembocarán en una gran asamblea nacional, con 40 mil representantes de todo el país, en la que buscarán cristalizar las intenciones vertidas este fin de semana en el Encuentro que se llevó a cabo en Neuquén: en palabras del dirigente de la CTA Víctor De Gennaro, referente ineludible del movimiento, “basta de pensar en que el pueblo sólo gobierna y delibera a través de sus representantes, ya estamos maduros para deliberar y gobernarnos nosotros mismos.”
El estadio Ruca Che, en las afueras de la ciudad de Neuquén, es una de las tantas obras que se realizaron en esa provincia gracias a las regalías petroleras: el horizonte neuquino es una mezcla despareja de construcciones faraónicas y casillas con techo de chapa. Inaugurado en 1995, el Ruca Che es un auditorio cubierto que se utiliza mayormente para partidos de voley y actividades del Movimiento Popular Neuquino. Ayer, sin embargo, fue la sede del acto con el que se cerró el Encuentro Nacional hacia la Constituyente Social, con más de cuatro mil militantes de todo el país, con la presencia de más de ochocientas organizaciones sociales, sindicatos y partidos políticos.
De Gennaro ofició de maestro de ceremonias, un rol en que se mostró más cómodo que en el de presidenciable (tal como quieren verlo varios de sus compañeros, según confiesan off the record). Arrancó el acto saludando a cada una de las delegaciones provinciales, que daban el presente agitando sus banderas. Sobre el escenario había una veintena de los personajes más representativos del movimiento: Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, figuras de la CTA como el diputado nacional Claudio Lozano y el legislador electo Fabio Basteiro, los locales Mariano Mansilla (secretario general de la intendencia de Neuquén) y Julio Fuentes (secretario adjunto de ATE nacional), representantes de las comunidades mapuches originarias, y también Sandra Rodríguez, la viuda del maestro Carlos Fuentealba, asesinado por la represión policial en 2007, que fue la encargada de abrir la ceremonia con un llamado a “ponerle un cerco político a la desigualdad”.
Después se leyeron las conclusiones a las que arribaron las 24 comisiones que habían debatido durante el fin de semana alrededor de cuatro ejes: las asambleas locales y la asamblea nacional; las campañas públicas que se llevarán a cabo a lo largo del año que viene (y que se lanzarán en diciembre con una jornada que podría incluir un paro nacional y movilizaciones); la estrategia institucional y el pensamiento emancipatorio para la unidad popular. Los presentes festejaron con aplausos, cantos y bombos cada una de las consignas, y hasta hubo tiempo para agregar, por aclamación, una sobre las represas misioneras que había quedado afuera del borrador inicial.
Hubo un fuerte componente político-electoral a lo largo de todo el acto, y parecía claro que en la mente de todos estaba el horizonte de 2011. También, aunque estaba anunciado ya desde el nombre, se hizo explícito el contenido constituyente, en el sentido literal, de la iniciativa: “Nadie que quiera replantear en serio la estrategia de construcción de este país puede salvarse de un replanteo constituyente”, explicó a Página/12 el diputado Lozano. “No hablo sólo de la creación de instituciones que promuevan la democratización de la sociedad y mayor capacidad de intervención de la sociedad en la decisión –se explayó– sino además porque el ‘94 fue brutal en el proceso de fragmentación de decisión sobre sus propias riquezas. Hoy, el Estado nacional no tiene facultades formales para poder replantear la estrategia en el tema de hidrocarburos, en el tema de bosques, en el tema de minería.”
El acto concluyó con palabras de varios invitados, como las Madres, y también enviados de los gobiernos de Bolivia y Ecuador, que contaron sus propias experiencias constituyentes. Teresa Morales Olivera, del MAS boliviano, sostuvo: “La Argentina está más cerca de una nueva Constitución de lo que ustedes mismos creen”. Julio Fuentes, que como anfitrión tuvo reservado el último lugar en la lista de oradores, terminó sintetizando en una frase el espíritu que impregnó el fin de semana: “Hay que contagiar a miles, a millones, y así podremos alcanzar el objetivo”.
Informe: Nicolás Lantos.
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