El plenario de comisiones del Senado comenzará a discutir hoy por la mañana la media sanción de la reforma política con la intención de convertirla en ley antes del recambio legislativo. Pero esta vez no habrá invitados ni está previsto que el ministro de Interior, Florencio Randazzo, defienda ante los senadores el proyecto del Gobierno que implementa las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que dirima las candidaturas presidenciales para 2011. El radicalismo dará debate, pero se manifestó en contra de “un trámite exprés” con una advertencia: “si el oficialismo rompe todos los códigos, iremos por todo”, sentenció Ernesto Sanz, el futuro presidente de la UCR, en referencia a la disputa por las comisiones y hasta por la presidencia provisional del Senado, uno de los lugares estratégicos en la línea sucesoria presidencial.

Con la convocatoria al plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto para hoy a las once de la mañana, el bloque K puso en marcha todos los mecanismos para arrancar la discusión. El debate arrancará como un round de estudio entre senadores oficialistas y opositores, donde no habrá lugar para invitados. Los K afirman que esto es sólo el comienzo del debate, y niegan “una orden” presidencial para apurar los tiempos, pero tampoco descartan que llegue en “algún momento”. Entre los legisladores de la oposición, en cambio, existe el convencimiento de que el kirchnerismo intentará emitir dictamen hoy para llevar la reforma al recinto lo más rápido posible.

Pero los tiempos no juegan a favor del oficialismo. Necesita al menos siete días, tras la firma del dictamen, para llevarlo al recinto y tampoco cuenta con los dos tercios necesarios de los senadores para imponer el debate sobre tablas en la sesión de este miércoles. También tiene un escollo extra que superar: el lunes 30 terminan las sesiones ordinarias y tendrá que recurrir a su prórroga o a que el Ejecutivo convoque a sesiones extraordinarias para este único tema y aprobarlo antes del diez de diciembre. Después del recambio legislativo, el bloque K ya no contará con las manos necesarias para aprobarlo.

El radicalismo ya salió al cruce de la posible “arremetida” oficialista. “Esta ley no se puede sacar a los empujones. No se puede hacer una reforma política sacada por un solo partido”, dijo Sanz a Página/12. Aunque –ya está casi dedicado tiempo completo a su futura función como presidente partidario–, el senador mendocino coordina un grupo de trabajo sobre la reforma política. Los senadores no quieren primarias abiertas, consideran que los afiliados deben elegir a sus representantes y candidatos y no están dispuestos a convalidar “internas sin padrones partidarios y que los afiliados de un partido puedan intervenir en la disputa de otra fuerza política”. También reclaman la implementación de la boleta única, que haya una declaración jurada previa para “terminar con las candidaturas testimoniales” y que las bancas pertenezcan a los partidos y no a los candidatos.

Pero mucho más allá del debate por la reforma, Sanz lanzó una advertencia al oficialismo: “Vamos a ir por todo”, repitió el mendocino. El futuro presidente de la UCR cree que si el oficialismo avanza con la reforma antes del 10 de diciembre romperá “todos los códigos institucionales”. Entonces, los radicales, con la nueva composición parlamentaria, buscarán arrebatarle al oficialismo la mayoría en todas las comisiones legislativas y hasta la presidencia provisional del Senado. Un cargo que ahora ostenta el kirchnerista José Pampuro y es el segundo en jerarquía, detrás del vicepresidente, en la línea sucesoria presidencial.