EL PAíS › EL OFICIALISMO CONSIGUIó LA APROBACIóN DE LA REFORMA POLíTICA EN COMISIóN
El kirchnerismo consiguió la firma para el dictamen a favor del proyecto como se aprobó en Diputados. El Ejecutivo prorrogó las sesiones para que pueda tratarse en el Senado el 2 de diciembre, una semana antes del recambio.
› Por Miguel Jorquera
Después de un traumático plenario de comisiones, donde los senadores opositores abandonaron el debate, el kirchnerismo consiguió las firmas para el dictamen de la reforma política que intentará convertir en ley el miércoles 2 de diciembre y que implementa el sistema de “primarias abiertas, obligatorias y simultáneas” para dirimir las candidaturas presidenciales de 2011. Antes, el Gobierno había despejado el camino a través del decreto 1802, publicado ayer en el Boletín Oficial, que prorroga las sesiones ordinarias del Congreso –que terminan el 30 de este mes– hasta el próximo 10 de diciembre. De esta manera, el Ejecutivo habilitó el tratamiento del proyecto en el Senado una semana antes del recambio legislativo, después del cual el oficialismo ya no contará con las manos necesarias para aprobarla. Los radicales, y un puñado de opositores, pegaron el portazo ante la negativa del oficialismo a introducir cambios a la media sanción que llegó desde Diputados. Los peronistas disidentes ni siquiera asistieron al plenario.
“Nos vemos en el recinto. Estamos de más en este debate”, dijo ya de pie el radical Gerardo Morales y encabezó el éxodo opositor del Salón de Lectura del Senado Arturo Illia, donde se realizó el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto. El todavía presidente de la UCR miró a los senadores oficialistas y lanzó la chicana: “Ustedes están de acuerdo con que se trate después, pero recibieron la orden del señor de Olivos y cambiaron de opinión. Por lo menos es bueno que ese señor tenga pronto trabajo en qué ocuparse”.
“Pertenecemos al partido de gobierno. La Presidenta hizo el pedido y es lógico que así sea. No es ofensivo”, replicó el jefe de la bancada K, Miguel Angel Pichetto. Pero el rionegrino también se dirigió a Morales: “Tenemos un profundo sentido de pertenencia partidaria, como usted, que tuvo una actitud digna en la UCR, cuando por distintas razones muchos se iban”.
Tampoco perdió la oportunidad para apuntarle a Julio Cobos. “La Presidenta asumió con un vice que seis meses después votó en contra de su mismo gobierno y hoy es el líder de la oposición”, sostuvo Pichetto para salirle al cruce del “transfuguismo político” que Morales intentó asociar, sin nombrarlo, a la cooptación que el oficialismo ejercería sobre los legisladores opositores.
“No quiero escuchar a quienes tampoco nos quieren escuchar”, respondió otro radical, el catamarqueño Oscar Castillo, al posterior intento de Pichetto de apaciguar los ánimos e invitarlos a escuchar a los funcionarios “para despejar dudas”. Junto a la presidencia del plenario esperaban el secretario de la Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina; el subsecretario de Asuntos Políticos y Electorales, Norberto García; el subsecretario de Interior, Eduardo Di Rocco, y el titular de la Dirección Nacional Electoral, Alejandro Tullio. El Gobierno decidió que los funcionarios dieran explicaciones sobre la reforma política ante los senadores. Una alternativa que no estaba en los planes de los legisladores oficialistas para ayer.
Finalmente, el radicalismo arrastró a los otros pocos opositores presentes en el plenario. “El Gobierno equivoca el camino, no es razonable. La reforma con el respaldo de un solo partido nace muerta”, dijo el socialista Rubén Giustiniani antes de retirarse.
“Esto es aberrante. Si tenemos otro 2001 alguna vez, ustedes serán los responsables”, lanzó Samuel Cabanchik, el senador que rompió con la fuerza que lidera Elisa Carrió, que se aleja cada vez más del Acuerdo Cívico y al que ahora el peronismo anti K considera como un “aliado propio”. En tanto, ninguno de los peronistas disidentes se acercó al Salón Illia, aunque varios de ellos estaban en el Palacio Legislativo.
Ya sin la oposición en el debate, el oficialismo hizo las preguntas de rigor a los funcionarios, descartó la presencia del ministro de Interior, Florencio Randazzo –quien iba a sumarse de apuro al debate por la tarde– y recolectó las firmas del dictamen que llevará el miércoles de la semana próxima al recinto. El 2 de diciembre, el kirchnerismo podría convertir en ley el proyecto que incorpora –entre otras cosas– a la vida de los partidos políticos la realización de “primarias abiertas, simultáneas y obligatorias” para que partidos y alianzas electorales diriman sus candidatos presidenciales para 2011.
Cerca del mediodía, la reunión de Labor Parlamentaria en el despacho de Julio Cobos fue el preanuncio de una jornada complicada en el Senado. Allí, los presidentes de los bloques opositores intercambiaron críticas, acusaciones y chicanas con Pichetto. “Fue una reunión caliente”, graficó a Página/12 uno de los senadores presentes.
El rionegrino había anticipado la agenda oficialista: los funcionarios del Ministerio de Interior abrirían el debate, por la tarde llegaría Randazzo para ampliar las consultas y al día siguiente (por hoy) se firmaría el dictamen de mayoría, en donde no aceptaría más modificaciones que las más de 50 que ya habían realizado en la Cámara baja a propuesta de diputados de distintos partidos políticos. La oposición le recriminó duramente a Pichetto el compromiso que había asumido días atrás, cuando afirmó que la reforma se trataría en el Senado el año próximo.
Los reproches continuaron en público, durante un corto tramo del plenario en el que participaron oficialistas y opositores. “¿Por qué no esperan hasta abril? A fines de marzo podemos empezar a discutir la reforma, con el compromiso nuestro”, preguntó y propuso Morales, después de afirmar que “concuerdo con los cambios filosóficos, conceptuales de la reforma”.
Luego el senador radical reclamó la implementación de la boleta única, una autoridad de aplicación independiente y que el Ministerio de Interior no concentre más facultades, además de que las internas no fueran abiertas y que la dirimieran los afiliados de los partidos.
Pichetto contraatacó: “Hay politicólogos, muchos de los cuales fueron voceros de las dictaduras, que dicen que esta reforma no es un avance, que el oficialismo es antidemocrático, dogmático y oportunista y que la oposición no sirve para nada. Este escenario de crispación y conflicto impide que los diputados de la oposición puedan acordar coincidencias mínimas sobre una ley”.
Pero no hubo margen para el acuerdo. El miércoles 2 volverán a repetir los argumentos de uno y otro lado en el recinto de la Cámara alta. Aunque ese día el oficialismo considera que tendrá los números necesarios para hacer prevalecer los suyos.
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