Mié 25.11.2009

EL PAíS  › EL MARIDO DE SANDRA MACRI PRESENTó EL MAIL QUE LE ENVIARON DESDE EL GOBIERNO PORTEñO PARA QUE DESVINCULE A MACRI DE LAS ESCUCHAS

Libreto escrito a medida para que repita el cuñado

Daniel Leonardo ratificó ante Oyarbide que recibió un correo electrónico del despacho del jefe de Gobierno con el texto de lo que debía decir para proteger a Mauricio Macri en la causa por espionaje. Fuentes del macrismo confirmaron que el mail es auténtico.

› Por Irina Hauser y Raúl Kollmann

Fuentes del gobierno de Mauricio Macri confirmaron anoche que es auténtico el mail enviado por una secretaria personal del jefe de Gobierno porteño a su cuñado, Daniel Leonardo, indicándole la forma en la que debía despegar a Macri de las escuchas telefónicas ilegales. Era un comunicado que se suponía que debía difundir como si lo hubiera escrito él. Decía: “Quiero dejar en claro que en ningún momento he vinculado al señor jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en presuntas acciones de espionaje contra mi persona durante la declaración testimonial que brindé ayer en ante el juez Norberto Oyarbide”. Cuando el juez citó a Leonardo a principio de mes para informarle que le habían pinchado el teléfono, el cuñado fue categórico: “Creo, sin posibilidad de error, que el Sr. Franco Macri habrá hablado con Mauricio Macri a los efectos de que violaran mi intimidad por medio de la pinchadura de teléfono”, aseguró. Al día siguiente cambió la versión y públicamente dijo algo muy parecido al comunicado.

La realidad es que la escucha que más compromete a Macri es justamente la de su cuñado. Es que la de Sergio Burstein, integrante de la agrupación Familiares, se le podría adjudicar a un interés del propio Jorge “Fino” Palacios, jefe de quien fue mano de obra en toda la operación de espionaje, Ciro James. Palacios estaba a punto de ser procesado por encubrimiento en la causa AMIA. Las otras pinchaduras, a Carlos Avila, a dos gerentes de Supermercados Coto, al empresario de una multinacional, a la esposa de un anticuario en pleno proceso de divorcio y buena parte de las demás ya comprobadas, pueden atribuirse a espionaje empresarial o personal. Pero toda esa argumentación tiene un obstáculo insalvable: Ciro James, el mismo personaje que protagonizó el espionaje a los otros, realizó el que le tocaba de cerca al propio Macri. Y además, era subalterno de Palacios, el comisario defendido una y mil veces por Macri.

El domingo, en el diario La Nación, el jefe de Gobierno directamente le echó la culpa a su padre, Franco: “Hay una carta de mi padre –dijo– en la que está la respuesta. Es un conflicto de mi padre y este señor y mi padre relata que contrató a una agencia de seguridad norteamericana. Ustedes interpreten lo que les parezca. Si es verdad que este señor Ciro James envía casetes a pedido de la agencia americana es un conflicto del que no me hago cargo y no tengo absolutamente nada que ver”. En estas palabras, de hecho, Macri acusó a su padre de un delito: el espionaje ilegal. Y todo indica que en el juzgado de Oyarbide, tarde o temprano, le pedirán explicaciones a Franco y también a Mauricio. Al primero, porque su yerno directamente lo acusa por el espionaje. Y al segundo, porque le preguntarán qué elementos tiene para señalar a Franco, su padre, como autor del espionaje.

Cuando Oyarbide citó a Leonardo a principio de mes para notificarle que había tenido el teléfono pinchado entre mayo y junio del año pasado, Leonardo acusó de entrada a la familia Macri. Dijo que su suegro siempre se opuso a su matrimonio con Sandra Macri –con quien se casó en 2004– y que lo amenazó varias veces. Toda la pelea giraba en torno del dinero y tuvo su pico el año pasado cuando su esposa estuvo internada, muy mal de salud, y Franco le ofreció dinero para que se alejara de ella, según su relato. Fue para la misma época en que grabaron sus conversaciones. declaró en aquella oportunidad.

Leonardo informó ayer en el juzgado que pocas horas después de hacer aquella afirmación en los tribunales de Retiro pasaron varias cosas. Primero, su mujer le contó que recibió un llamado de sus hermanos Mariano y Mauricio “con tono agresivo” para reprocharle que Leonardo “los había involucrado”. Al día siguiente, Sandra le dijo: “Esto te lo da Mauricio, mandalo por la prensa urgente”. Después del párrafo inicial en que, supuestamente, dejaba en claro que no involucró a Mauricio Macri, el texto continuó de la siguiente manera: “Admito haber mantenido situaciones controversiales con el señor Franco Macri, padre de mi esposa Sandra, pero de ningún modo eso alteró mi relación con el señor Mauricio Macri ni me colocó en posiciones de enfrentamiento o enemistad personal con él. Por el contrario, siempre sostuvimos un trato cordial y respetuoso y nunca pensé, declaré o denuncié que pudiera estar involucrado en acciones tendientes a vulnerar mi intimidad”.

Ante el juez, Leonardo afirmó ayer que desechó el pedido que provenía del jefe de Gobierno porteño. “Cuando leo el mail, mi señora me dice que le relate eso a la prensa, por pedido de Mauricio. A lo que le contesté que yo no lo iba a hacer, que no era una criatura ni un niño de jardín para que le dicten lo que tiene que decir y que iba a aportar esa carta al tribunal”, repasó en el juzgado, donde entregó el texto. Como remitente, figura la casilla de correo electrónico de Ana Moschini, secretaria privada del jefe de Gobierno. Leonardo dijo que recibió un mensaje de la secretaria en su celular, de parte de su cuñado. Lo respondió, pero nunca logró hablar con él. La mujer, explicó, es una “persona de confianza de la familia”, que había sido secretaria de Franco Macri en Socma y luego, tras una reducción de personal, pasó a trabajar con Mauricio. Moschini fue citada por el juez Oyarbide para ver si reconoce haber mandado el e-mail en cuestión y debería presentarse hoy.

Cerca del jefe de Gobierno porteño admitieron que el mail es auténtico. Los hombres de Macri argumentan que al día siguiente de la declaración de Leonardo ante Oyarbide, Sandra Macri llamó a su hermano Mauricio para pedirle disculpas y señalarle que no había sido su intención incriminarlo. En ese diálogo telefónico, Sandra le dijo a Mauricio que no sabía como reparar lo hecho y el jefe de Gobierno le habría sugerido que saque un comunicado aclarando la situación.

–Lo que pasa es que Daniel no sabe cómo decirlo, no encuentra las palabras. ¿Por qué no nos redactan ustedes el comunicado? –habría pedido Sandra, según la asombrosa versión de los hombres de Macri.

En función de eso, alguien del entorno del jefe de Gobierno redactó el texto en el que Leonardo desvinculó a Macri de las escuchas que le hicieron, ese texto se le entregó a la secretaria privada de Macri y ella se lo envió por mail a Sandra y su marido.

A los pocos días de su testimonio original ante Oyarbide, Leonardo suavizó sus críticas a Mauricio. En un reportaje con Página/12 incluso sostuvo: “Yo no culpo (por las pinchaduras telefónicas) al ingeniero Macri, o sea mi cuñado”.

Todas estas idas y vueltas sugieren que alguna negociación hubo después de la declaración de Leonardo involucrando a Mauricio. Está claro que el cuñado torció su declaración, por lo menos en forma pública, pero ahora terminó entregando el mail al juzgado, con lo que nuevamente pateó el tablero.

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