Vie 27.11.2009

EL PAíS  › ANA MOSCHINI, LA SECRETARIA PRIVADA DEL JEFE DE GOBIERNO, DIJO QUE EL LA MANDO A ENVIARLE UN MAIL A DANIEL LEONARDO

No hay nada más lindo que la familia unita

Ante el juez Oyarbide, Moschini repitió que el texto en el que se le da letra al esposo de Sandra Macri para que deslinde a Mauricio de las escuchas ilegales lo envió ella desde la Jefatura de Gobierno. La Cámara ratificó a Oyarbide en la causa.

› Por Irina Hauser y
Raúl Kollmann

“Me lo dio (Mauricio) Macri y me ordenó mandárselo a su hermana.” Con ese relato, Ana Moschini, la secretaria privada del jefe de Gobierno porteño, confirmó ante el juez Norberto Oyarbide que a pedido de Macri envió, primero por fax y después por e-mail, un texto preparado para que su cuñado, Daniel Leonardo, lo desvinculara del escándalo del espionaje.

Era un comunicado de prensa que se suponía que el parapsicólogo debía difundir como si lo hubiera escrito él. Tenía como objetivo bajarle el tono a su primera declaración judicial, en la que acusó de la pinchadura ilegal de su celular a su suegro Franco Macri y sugirió la complicidad de su cuñado Mauricio. Leonardo optó por entregarle a la Justicia el comunicado redactado por Macri.

Moschini es una mujer bajita, de unos setenta años y pelo castaño oscuro, que ayer vestía trajecito y lleva años trabajando para el clan familiar. Su testimonio dejó a Mauricio Macri en una situación complicada en la causa en la que se investigan las pinchaduras ilegales. La escucha a Leonardo es la que lo toca más de cerca. Las grabaciones las gestionó y las retiró de la SIDE Ciro James, un ex de policía federal del riñón del ex jefe de la Policía Metropolitana, Jorge “Fino” Palacios.

Oyarbide comprobó la participación de James en diez casos de espionaje telefónico, muchos de los cuales parecen esconder intereses empresariales o personales (como las del empresario Carlos Avila, las de los gerentes de Coto o la esposa de un anticuario en pleno divorcio, entre otras). Pero hay una escucha puntual, la que se le hizo hace poco más de tres meses a Sergio Burstein –de Familiares de las Víctimas del atentado a la AMIA–, donde las pruebas apuntan a que James y Palacios, ahora presos, actuaron en tándem. De hecho se comunicaban todo el tiempo. El comisario retirado estaba por ser procesado por encubrimiento del atentado a la AMIA y Burstein reclamaba su desplazamiento de la policía porteña.

La intervención al teléfono del parapsicólogo fue entre mayo y junio del año pasado. Entonces el Fino ya trabajaba en el armado de la Metropolitana, aunque estaba cerca de Macri desde mucho antes como jefe de seguridad de Boca Juniors. Los investigadores razonan que, suponiendo que la escucha la contrató Franco Macri, el vínculo con Palacios pasaba por su hijo Mauricio. Y la lógica indica, dicen, que sería muy raro que la dupla James-Palacios no haya consultado o puesto sobre aviso al jefe de gobierno, tratándose de su cuñado. A lo que se agrega el dato de que, una semana después de que se iniciara la escucha a Leonardo, James fue nombrado como (supuesto) asesor legal en el Ministerio de Educación porteño, donde jamás firmó un dictamen.

“Anita”, como le dicen a Moschini, testificó que por pedido de Macri le mandó a su hermana Sandra un texto titulado “Comunicado de Prensa”, redactado como si lo hubiera escrito su esposo, Leonardo. Primero, contó la mujer que goza de gran confianza en la familia, intentó mandarlo por fax dos veces. Como no logró que llegara bien, lo mandó por correo electrónico. Macri, agregó la mujer, intentó tres veces, sin éxito, hablar por teléfono con él después del envío.

El comunicado empezaba así: “Quiero dejar en claro que en ningún momento he vinculado al señor jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en presuntas acciones de espionaje contra mi persona durante la declaración testimonial que brindé ayer ante el juez Norberto Oyarbide”. En el siguiente párrafo hablaba del suegro: “Admito haber mantenido situaciones controversiales con el señor Franco Macri, padre de mi esposa Sandra, pero de ningún modo eso alteró mi relación con el señor Mauricio Macri, ni me colocó en situaciones de enfrentamiento o enemistad personal con él. Por el contrario, siempre sostuvimos un trato cordial y respetuoso, y nunca pensé, declaré o denuncié que pudiera estar involucrado en acciones tendientes a vulnerar mi intimidad”.

El e-mail fue enviado, reconoció la secretaria, el día posterior a la primera declaración judicial de Leonardo, cuando fue notificado de la pinchadura. En esa ocasión había sido contundente: “Creo, sin posibilidad de error, que el señor Franco Macri habrá hablado con Mauricio a los efectos de que violaran mi intimidad por medio de la pinchadura de teléfono”. Incluso dijo que tanto su suegro como su cuñado querían “que desaparezca de la familia”. Toda la pelea pasaba por la plata, por la fortuna familiar, dijo. Según Leonardo, Franco Macri siempre se opuso a su matrimonio con Sandra, con quien se casó en 2004, y lo amenazó más de una vez. Ante Oyarbide precisó que el año pasado, cuando su esposa estuvo internada muy enferma, su suegro llegó a ofrecerle todo el dinero que quisiera para que se alejara de ella. Coincide, señaló, con el período de las escuchas.

Moschini fue al juzgado acompañada por Matías Molinero, subsecretario del ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, de quien había sido secretario en el mismo juzgado que ahora investiga el espionaje. La mujer contextualizó el envío del e-mail con una explicación muy similar a la que dieron a Página/12 cerca del jefe de gobierno el día que Leonardo le entregó el texto a Oyarbide. “Sandra le había pedido (a Macri) que le redactara el comunicado”, dijo la secretaria. Según los allegados a Macri, Sandra lo había llamado después de la declaración de su esposo para pedirle disculpas y decirle que no había tenido intención de incriminarlo. Entonces él le sugirió que para remendar la situación podía sacar un comunicado. A lo que ella contestó, según la versión PRO, algo así: “Es que Daniel no sabe cómo decirlo. ¿Por qué no redactan ustedes el comunicado?”.

Con el papel en la mano, Leonardo declaró bajo juramento algo muy distinto: que su mujer le había comentado que sus hermanos Mariano y Mauricio la habían llamado con un “tono agresivo” para reprocharle que él “los había involucrado”. Después, repasó el cuñado de Macri, ella apareció con el comunicado. “Esto te lo manda Mauricio, mandalo por la prensa urgente”, dice que fueron sus palabras. A lo que cuenta que respondió que “no lo iba a hacer, que no era una criatura ni un niño de jardín para que le dicten lo que tiene que decir, y que iba a aportar esa carta al tribunal”.

Lo cierto es que en los días posteriores a su relato original ante Oyarbide, el parapsicólogo moderó sus comentarios públicos con relación a Mauricio Macri. En un reportaje que le dio a este diario unas horas antes de que lo balearan en la puerta de su casa, sostuvo: “Yo no culpo (por las pinchaduras telefónicas) al ingeniero Macri, o sea a mi cuñado”. A su suegro, sin embargo, nunca dejó de señalarlo por el espionaje y por amenazas previas que denunció.

Mauricio Macri también le echó la culpa de las escuchas a su padre en un reportaje que publicó el domingo último el diario La Nación. “Hay una carta de mi padre –dijo– en la que está la respuesta. Es un conflicto de mi padre y este señor, y mi padre relata que contrató a una agencia de seguridad norteamericana. Ustedes interpreten lo que les parezca. Si es verdad que este señor Ciro James envía casetes a pedido de la agencia americana es un conflicto del que no me hago cargo y no tengo absolutamente nada que ver.” Semejante declaración deja en situación de nítida ilegalidad a Franco.

Ciro James es en la investigación judicial, hasta ahora, el hilo conductor de todas las escuchas ilegales detectadas. Era el que gestionaba las pinchaduras, conseguía órdenes judiciales y buscaba las grabaciones en la SIDE. Cuando lo detuvieron, estaba por entrar a la Policía Metropolitana de la mano del Fino Palacios, a quien Macri defendió hasta el cansancio. Ana Moschini aseguró que al jefe de Gobierno nunca le pasó un llamado de Palacios y que sus personas de mayor confianza son sus ministros. Como sea, todo indica que en el juzgado de Oyarbide, tarde o temprano, le pedirán explicaciones a Franco –señalado por su yerno y su abogado Luis Conde– y también a Mauricio. La Cámara Federal ayer ratificó al juez –que había sido recusado– al frente del expediente (ver recuadro).

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