Algunos alejamientos ya están definidos. Su concreción es sólo cuestión de días. Otros cambios podrían incorporarse en un replanteo más global del gabinete. El objetivo de esa renovación sería intentar un acercamiento con los sectores medios urbanos, que comenzaron a distanciarse del kirchnerismo en la elección presidencial de 2007. El anuncio de cambios en el equipo de ministros y secretarios de Estado sería un gesto hacia esos votantes. La renovación también sería una forma de responder a la ofensiva unificada de la oposición en el Congreso. Una ofensiva que no se detuvo ante las tradiciones parlamentarias y que encontró unidos al centroderecha y (buena parte del) centroizquierda. “Antes de fin de año habrá novedades”, dio por descontado un funcionario que dialogó con Página/12 sobre los rumores que están circulando en la Casa Rosada. En esas versiones ya hay dos alejamientos que se dan como un hecho. El ministro de Planificación, Julio De Vido, dejaría su cartera en manos del secretario de Obras Públicas, José López. Su nueva función será empezar a recorrer Santa Cruz para preparar su candidatura a gobernador en 2011. El otro caso que se da como un hecho es la partida del secretario de Medios, Enrique Albistur. La pregunta, en todo caso, es si alguien lo reemplazará o su cargo quedará vacante.

La renovación de nombres de la que se está hablando en el Gobierno incluye a otros funcionarios. Algunos son clásicos de cada rumor sobre cambio de gabinete: es el caso del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. En el caso de Moreno, la alternativa que se estaría evaluando en el Ejecutivo es trasladarlo a otra función, y que la nueva responsabilidad implique un menor protagonismo. La serie de cambios que se está evaluando en Balcarce 50 no está desconectada de una conclusión que parece obvia y en la que vienen insistiendo varios funcionarios y dirigentes del oficialismo: la necesidad de dar algunas señales que se hagan eco del humor de la clase media de las grandes ciudades.

De todos los cambios que se barajan, el alejamiento de De Vido para concentrarse en Santa Cruz es visto como un hecho consumado. Una decisión a la que sólo le falta encontrar el momento justo para ser anunciada. Incluso en la Comisión de Obras Públicas de Diputados, por donde han pasado legisladores que tienen mucha confianza con el actual ministro, se da por sentado que el secretario López asumirá en breve la conducción de la cartera de Planificación. El otro cambio que es comentado como inexorable es el alejamiento de Albistur de la Secretaría de Medios. Las versiones son contradictorias al referirse a los probables sucesores. Algunos rumores mencionan al subsecretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro; otros al coordinador de la Unidad Presidente, Rafael Folonier. Pero también se escucha con fuerza la versión de que la secretaría podría quedar vacante por un tiempo y que las decisiones pasarían a la órbita de la Jefatura de Gabinete encabezada por Aníbal Fernández.

Como cada vez que comienzan a surgir rumores sobre renovación de gabinete, tampoco faltan las versiones que se dedican a desmentir todo. “No va a haber cambios”, dijo anoche a Página/12 un allegado de mucha confianza del matrimonio presidencial. Sin embargo, a juzgar por los movimientos que se perciben en la Rosada, a ese pronóstico habría que agregarle un viejo y conocido complemento circunstancial de tiempo. El famoso “por ahora”.