EL PAíS › PANORAMA POLíTICO
› Por J. M. Pasquini Durán
No hubo error ni hubo exceso cuando Macri decidió confiarles la seguridad de la ciudad a Fino Palacios y Chamorro. Tampoco lo hubo con Abel Posse, elegido para sustituir a Narodowski en Educación. A cuenta del jefe hay que decir que intentó con otros candidatos para esta sucesión, todos de derecha, pero ninguno aceptó o cumplió los requisitos. Pocos, muy pocos, andan por el país elogiando con el mismo énfasis del ex embajador a la última dictadura militar del siglo XX y tratando de filtrar los objetivos represivos del terrorismo de Estado entre los pliegues, defectos y decepciones de la democracia. Pese a ser miembro de una minoría sectaria de derecha, Posse no está solo: hay poderosos medios que lo alaban y un sector de la población al que le gusta lo que dice. Por sus dichos y hechos, Macri está más cerca de Posse que de Narodowski, se merecen mutuamente, pero a lo mejor, para bienaventuranza de la democracia, la irradiación de estas opciones terminarán por alejar a los demócratas y progres del antiperonismo que, al votar, sólo vieron al joven presidente de Boca Juniors, millonario por herencia, y creyeron que sus aptitudes lo habilitaban para reemplazar a los políticos profesionales. Olvidaron preguntarse cuáles eran las ideas de este rico joven, que ahora aparecen sin disimulo entre la parla culta de su flamante ministro. Si fuera por el nuevo titular de Educación en la Ciudad, habría que ilegalizar a los sindicatos, los docentes en primer lugar, encarcelar a sus dirigentes por polución ambiental, arrancar los aros de las orejas masculinas y prohibir el rock que pudre la cabeza de los jóvenes. ¿Tendrá algo para comentar Gabriela Michetti, el “lado humano del PRO”, como se decía en la campaña?
Por cierto, el sarcasmo está activo en todas partes. El Premio Nobel de la Paz fue entregado a Barack Obama, que hizo suya la invasión de Afganistán con un aporte adicional de treinta mil jóvenes soldados. El sueco que puso la cara durante la ceremonia aclaró que se premian las buenas intenciones aunque no tengan nada que ver con el presente del galardonado. Chile también tiene lo suyo: Michelle Bachelet deja la presidencia con casi el 70 por ciento de popularidad, semejante al porcentaje que se llevó a su casa su antecesor Ricardo Lagos. La Concertación, con socialistas y democristianos en la cabecera, gobierna hace veinte años, lo que eleva el mérito del aprecio popular porque sobrevivió al natural desgaste del ejercicio gubernamental. Sin embargo, las encuestas insisten en que mañana, domingo, ningún candidato alcanzará los votos suficientes y los dos más votados irán a segunda vuelta. Los pronósticos son más decepcionantes: casi sin excepción vaticinan la victoria en el ballottage del postulante conservador. Como advirtió Lagos: “Nada se tiene para siempre y hay que saber cuidar lo conseguido”. También subrayó: “No da lo mismo quién gobierne. Las miradas hacia lo externo a veces se ven parecidas, pero a la hora de resolver los grandes de-safíos sociales las diferencias se notan. Es un tema de sensibilidad política, de valores impregnados en el fondo de las convicciones”. No hay duda de que, como nunca, lo que suceda en Chile tendrá repercusiones en Argentina y en la Unión Sudamericana.
Los apuntes del socialista chileno vienen como anillo al dedo para este momento argentino, cuando se cumplen dos años de gobierno, la mitad del mandato de la presidenta Cristina. Algunos prefieren sumar este período al anterior de Néstor Kirchner, a pesar de las diferencias. “No da lo mismo quién gobierne”, dijo Lagos. Por otra parte, las sociedades cambian de parecer con alguna ligereza y no sólo sobre sus gobiernos sino también sobre los opositores. Para referencia: la magritud de la última convocatoria de la “mesa de enlace” en el Rosedal porteño, pese a que retuvo a la CCC del piquetero Alderete –por suerte, a nadie más desde la izquierda– y sumó a buena parte de la burguesía industrial y de los partidos de oposición de centroderecha, es suficiente evidencia sobre las mudanzas, en menos de dos años, de los sentimientos mayoritarios. ¿Dónde van cuando se alejan de lo que apoyaron, sea del gobierno o de sus enemigos? Por ahora, al limbo, donde aguardarán una ilusión, otra esperanza. Esa expectativa abierta es lo que autoriza todas las hipótesis, desde Cleto Cobos a Kirchner, que se echaron a rodar por las pendientes de la prensa y la política.
El ex presidente parece decidido a confiar su suerte a los intendentes peronistas de los principales distritos, refugiándose a la sombra del aparato partidario en vez de caminar sobre la superficie luminosa de un movimiento más ancho, más largo, más profundo. En sus momentos de éxtasis, cuando le proponían hacer partido del Frente Grande, Chacho Alvarez respondía: “Los aparatos no me gustan porque te aparatean”. Aunque los dichos del joven líder se fueron por la misma alcantarilla que escurrió al gobierno de la Alianza, en esa reflexión hay una síntesis apretada de lo que siente el peronista que se alejó del PJ. Por el contrario, el diputado Néstor cada día se zambulle más en el “pejotismo”, con entusiasmo parecido al que empleaba, en los primeros años de gobierno, para abrazarse con las muchedumbres que lo aplaudían.
En estos dos años pasados hubo errores y aciertos. Entre los primeros fue el tratamiento del conflicto agropecuario a partir del proyecto de retenciones de la resolución 125. De los aciertos, hay dos que pocos niegan: el salario familiar para desocupados y trabajadores informales y la estatización para el sistema solidario de los fondos que acumulaban las AFJP para provecho inmediato de sus directivos y propietarios. Los opositores no quieren quedar rezagados y pretenden, entonces, que la bonificación por hijo alcance una universalidad absoluta. En la cabeza de estos auspiciantes está presente la intención de agasajar a las clases medias, ya que el Gobierno las excluyó de este beneficio y de otros.
En su lugar, hay aumentos de precios para la mercadería de fin de año, además de otras alzas previas, y por si fuera poco, al iniciarse el verano aumentan todos los peajes, como si los concesionarios ofrecieran algún servicio que los justifiquen. Cualquiera que haya viajado por Europa sabe de los servicios que puede ofrecer una autopista con peaje, empezando por el impecable trazado, cartelería y señales del camino. El caso que la calle comenta en alta voz, el accidente letal de la familia Pomar, puso de nuevo en evidencia la precariedad de las rutas argentinas y la negligencia de los órganos de seguridad. Es otro golpe a la sensibilidad lastimada de las clases medias, azotada por una sostenida campaña mediática para generalizar el miedo a la inseguridad urbana. Si el aspirante a la sucesión, el diputado Néstor, cree que el poder de los intendentes peronistas supera a la influencia sobre toda la sociedad del estado de ánimo de las clases medias, se equivoca de un modo muy peligroso.
Debido a que la escandalosa intrusión de Posse en la vida pública de la ciudad atrapó la atención de los medios sensibles a los temas de los derechos humanos, pasó de largo el día mundial que se conmemora el 10 de diciembre porque fue el día que las Naciones Unidas de la segunda posguerra mundial proclamaron la Declaración Universal. Había motivos para detenerse en este jueves, a partir de la segunda o tercera condena, según cómo se cuente, a cadena perpetua para Luciano Benjamín Menéndez con un agregado significativo: deberá cumplir la condena en cárcel común, para lo cual los jueces revocaron el arresto domiciliario. En otro tribunal, esta vez en la ciudad, comenzó el juicio a diecisiete represores de la ESMA, encabezados por el Tigre Acosta y el Cuervo Astiz, responsables, entre miles de crímenes, por la desaparición y muerte de las monjas francesas, las fundadoras de Madres de la Plaza y el escritor Rodolfo Walsh, autor de una “Carta a la Junta” que es una pieza irremplazable para comprender el significado completo del terrorismo de Estado. Walsh es el polo opuesto de Posse. Falta tanto, es cierto, porque hubo 600 centros clandestinos y hay apenas sesenta enjuiciados. No resulta extraño que Taty Almeida, de Línea Fundadora, ocupara la tribuna del jueves para alertar a tantos defensores de derechos humanos: “Tenemos que hacer respetar el voto que eligió a este gobierno democrático porque, lamentablemente, los avances de la derecha son muy grandes”. La Plaza de las Madre es el espacio abierto opuesto al Rosedal de la Sociedad Rural y sus socios. No está mal que cada cual ocupe su debido lugar.
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