Pino Solanas pasó sus vacaciones en Canadá, con quince grados bajo cero, pero disfruta de Buenos Aires en enero “porque no hay nadie”. No pasa desapercibido en un bar cerca del Congreso, y la gente se voltea para verlo, algo que seguramente no sucedía con tanta frecuencia antes del gran resultado que obtuvo en las últimas elecciones. En diálogo con Página/12 habló de las perspectivas de su espacio para los dos años que se vienen. “Nos preparamos para gobernar la Argentina”, aseguró.

–¿Cómo fue su experiencia en el campamento de la Juventud Socialista, adonde estuvo hace diez días?

–Fue una gran alegría. Había muchísima gente, tanta muchachada que nos recibía con afecto. Eso es lo que motiva y entusiasma, la generación que se viene. Nosotros le debemos una reparación histórica a la juventud argentina, que fue una de las víctimas principales de la década del ’90.

–Sin embargo, ese entusiasmo no se ve reflejado a la hora de encontrar una renovación entre los dirigentes...

–Es mucho mayor el crecimiento de los simpatizantes que la capacidad de construir cuadros. De todas formas, nosotros nos venimos preparando desde hace siete años, cuando formamos Proyecto Sur como un grupo de reflexión para construir un proyecto nacional. Nos preparamos para gobernar la Argentina.

–¿Creen que están listos para hacerlo en 2011 o piensan en un horizonte más lejano?

–En mayo de este año nunca imaginamos que podíamos llegar a casi el 25 por ciento. Hay un país con una disponibilidad y un vacío político y de ideas, y a la vez una necesidad de renovación de las fuerzas políticas que es una circunstancia histórica y excepcional. Quién puede predecir lo que puede pasar acá. Nosotros nos preparamos para dos escenarios de cara a 2011: gobernar la Argentina y gobernar la ciudad de Buenos Aires. No es ningún disparate la posibilidad de construir un gran espacio que sea alternativo al bipartidismo y ese espacio en su momento dirimirá quiénes lo van a representar. Si el armado es grande y fuerte para llegar en el 2011 iremos a la nacional, si no, ganaremos la ciudad de forma tal que nuestra gestión nos empuje en el 2015.

–¿A quiénes imagina dentro de ese armado?

–Primero está la agenda parlamentaria, que es un primer paso para integraciones mayores. El espacio se construye con grandes afinidades en cuanto al proyecto de país, lo otro vendrá después. Proyecto Sur determinará las candidaturas en noviembre de este año, en su tercer Congreso. Y además esto no es sólo una construcción de fuerzas políticas, aspiramos a un gran espacio con una conjunción de fuerzas políticas, sociales y culturales.

–Usted habló de romper con el bipartidismo, ¿hay lugar para el radicales o peronistas en ese armado?

–Nosotros somos claramente opositores a esta estructura del bipartidismo. No somos opositores al radical o al peronista, que son los ciudadanos con los que se va a nutrir seguramente nuestro espacio. Somos una fuerza patriótica emancipadora. No queremos denominarnos de centroizquierda ni progresistas. Prat Gay se denomina de centroizquierda y progresista. Nosotros podemos explicar cómo se reconstruye la Argentina; es más, somos la única fuerza política que ha instalado un conjunto de temas estratégicos que las demás fuerzas habían silenciado.

–¿No cree que hoy el electorado se preocupa más por otros temas de coyuntura, como la seguridad o el desempleo, y se olvida de los recursos naturales o el medio ambiente?

–Está todo conectado: no se puede atacar la indigencia ni la pobreza si no recuperás las rentas extraordinarias. ¿De donde sacás la plata? De las rentas excepcionales del petróleo y de una reforma fiscal profunda. Hoy el interbloque tiene más de 80 proyectos de ley a presentar en esta dirección.

–Ustedes se juntaron en diciembre con el bloque opositor en contra del Gobierno. ¿No teme que gran parte de la oposición termine avalando el pago de la deuda?

–Por supuesto. Ellos están preocupados por si el guardián del monstruo actuó bien o mal y si hubo una medida adecuada para abrirles la jaula. Eso es totalmente secundario, ninguno habla del monstruo. No hay en la historia argentina un escándalo con tanta red de complicidades y silencios que el tema de la deuda que nace en la dictadura y como hijos de la pavota seguimos pagando.

Entrevista: Nicolás Lantos.