EL PAíS › EN DIPUTADOS, ACYS, PRO Y PJ DISIDENTE PIDIERON EL LLAMADO PRESIDENCIAL A SESIONAR
› Por Miguel Jorquera
La Cámara de Diputados fue ayer escenario de una nueva disputa por el tratamiento de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) con que el Poder Ejecutivo dispuso crear el Fondo del Bicentenario y remover a Martín Redrado de la presidencia del Banco Central. Diputados de la UCR, la Coalición Cívica, el PJ disidente, el PRO, el socialismo y GEN le pidieron formalmente al presidente del cuerpo, el kirchnerista Eduardo Fellner, que solicite a la Presidenta la convocatoria a sesiones extraordinarias para tratar ambos DNU. Si no, afirmaron que insistirán en una “autoconvocatoria” del Congreso para derogarlos, aunque esa estrategia todavía genera dudas en parte del arco opositor. Con la venia de Cristina Fernández, Fellner desactivó la reunión “informal” de jefes de bloque que había prometido para hoy, donde se intentaría buscar una salida política a la judicialización de los decretos.
Los legisladores opositores se sentaron frente a los periodistas en el despacho que la secretaría del bloque radical tiene en el segundo piso del Palacio Legislativo. La puesta en escena fue para presentar públicamente lo que de manera informal le habían adelantado el miércoles por la noche a Fellner –solicitarle a la Presidenta el llamado a extraordinarias–. Además, intentaron despejar sospechas mutuas y bajarles el tono a las acusaciones dentro del propio entramado opositor.
El documento opositor “exhorta a la Presidenta” a que convoque a una sesión extraordinaria para tratar los dos DNU, “sin perjuicio de las facultades implícitas de esta Cámara (Diputados) para autoconvocarse”. De no prosperar el pedido, le solicitarán a Fellner que sea él quien haga la convocatoria “en base al artículo 99 de la Constitución”. Los bloques de la oposición se volverán a reunir el miércoles 20 para evaluar nuevamente la situación y, si no hay respuestas a sus reclamos, comenzarán a diseñar la “autoconvocatoria” de la Cámara baja.
“Es una buena noticia”, sorprendió a los periodistas Patricia Bullrich, que en realidad se refería al supuesto levantamiento del embargo sobre fondos argentinos en los Estados Unidos y no a una salida acordada con el oficialismo. La legisladora no dudó en adjudicarles la medida a las acciones de la oposición: “La ratificación de la institucionalidad, con el funcionamiento del Congreso y la Justicia, ayudó a que la Argentina pueda salvar sus reservas”. Junto a ella estaban el radical Rubén Lanceta, el macrista Federico Pinedo, el lilito Alfonso Prat Gay, Gerardo Milman, del GEN de Margarita Stolbizer, los peronistas disidentes Enrique Thomas y César Albrisi, Alfredo Atanasof, Gustavo Ferrari en representación de Francisco de Narváez, la socialista Mónica Fein y la fueguina Liliana Fadul, del Partido Federal.
Sin nombrarla, Lanceta salió a responder las acusaciones de Elisa Carrió contra el radicalismo, que amenazaron con resquebrajar la unidad del conglomerado opositor. “La UCR no es el abogado de Redrado ni el que lo va a echar. El radicalismo no pacta, no es espurio, es transparente, y generamos acuerdos a la luz del día”, dijo Lanceta. Carrió había dicho que no se sumaría a “la negociación del radicalismo con el Gobierno para intercambiar el tratamiento de los DNU a cambio de la caída de Redrado”. En ese contexto, Bullrich ratificó el “acuerdo” parlamentario con la UCR: “Vamos a llevar propuestas únicas al recinto sobre los dos DNU”. La socialista Fein también dejó en claro su postura contraria al uso de reservas del Banco Central para el pago de deuda, pero evitó pronunciarse sobre la situación de Redrado.
Los legisladores tampoco pudieron evitar las diferencias que el conflicto del Central marcó con los once legisladores de centroizquierda alineados con Pino Solanas (ver aparte). “Su posición no es contradictoria con la propuesta que impulsamos. Pero lo que debe tratar el Congreso son los DNU y esto no invalida agregarle otras cosas al temario”, insistió Lanceta. Sin embargo, la deserción de estos once diputados achicó los márgenes que el conglomerado opositor creía contar para alcanzar quórum propio en una posible “autoconvocatoria” en la Cámara baja. Por eso, los principales bloques opositores decidieron volverse a reunir el miércoles próximo y revisar sus números antes de “tirarse a la pileta”.
Algo parecido surgió en el Senado, donde el interbloque opositor sufrió una baja impensada para arrimarse al quórum propio: la cordobesa Norma Morandini que, de viaje, no juró como senadora, y no podrá sentarse en la banca para autoconvocar una sesión ni podría jurar si la oposición no alcanza el quórum. El resto de los bloques opositores le señalaron esto no muy amablemente en la reunión que Julio Cobos organizó en su despacho y de la que Morandini participó junto a Luis Juez.
Tampoco la oposición cuenta con la certeza de que el bloque que encabeza el senador Carlos Verna los acompañe en la movida. El díscolo peronista de La Pampa dio muestra de independencia del oficialismo, pero también dejó en claro que no está enrolado en una oposición acérrima al Gobierno. Estas dudas volvieron a postergar el tan promocionado anuncio opositor de autoconvocar al Congreso, si el oficialismo insiste en que ambos decretos sean tratados recién cuando comiencen las sesiones ordinarias, en marzo.
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