Mar 02.02.2010

EL PAíS  › EL JEFE DE GOBIERNO PORTEñO SIGUE COQUETEANDO CON SU SALTO A LA NACIóN

Macri sueña con la presidencia

“Con doce años en Boca y dos en la gestión pública”, el ingeniero se siente en condiciones de ir por más si logra “armar algo interesante con el PRO”. Macri dijo que le gustaría enfrentarse en un ballottage con el ex presidente Néstor Kirchner.

“Las promesas no son mi fuerte, mi fuerte tienen que ser los hechos: lo que estoy haciendo me tiene que llevar a mí al lugar que corresponda”, aseguró el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, en un intento por decir que su futuro está ineludiblemente en la presidencia de la Nación. Con esas declaraciones, Macri volvió a jugar ayer con su eventual candidatura para 2011, aunque una vez más evitó concretar su lanzamiento. Para el jefe de Gobierno porteño, su carrera hacia la Casa Rosada dependerá de si logra “armar algo interesante con el PRO” a nivel nacional. En ese caso, el mandatario dijo que va a estar “absolutamente listo” para asumir el desafío. Ante la desintegración de la alianza que armó hace apenas medio año con su socio de Unión-PRO, Francisco de Narváez, señaló que “cada uno está probando a ver hasta dónde llega y cuáles son sus posibilidades”.

El líder del PRO obedece prolijamente los consejos de su principal asesor, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, de no lanzar formalmente su candidatura: “Todavía no soy candidato, pero es cierto que siempre los bosteros en el segundo tiempo jugamos mejor que en el primero”, bromeó el ex presidente de Boca, pensando en un eventual ballottage frente a Néstor Kirchner. Fanático de la parábola futbolística, Macri reiteró que “el sueño del pibe es llegar a una segunda vuelta con Kirchner porque es el que no puede ganar”.

En las múltiples exposiciones públicas que realizó ayer, el jefe de Gobierno dijo que está “entusiasmado” con la gestión y aprovechó para elogiarse: “Debe haber pocos a esta altura que tengan una trayectoria tan larga y extendida que me lleve a tal nivel de conocimiento con la gente como la mía”, se ensalzó el jefe comunal. Una vez más, siguiendo el asesoramiento de Durán Barba, Macri remarcó su alto grado de conocimiento y dejó atrás los permanentes traspiés en la ciudad, como la fugaz designación de Abel Posse como ministro de Educación o la del procesado Jorge “Fino” Palacios como jefe de la Policía Metropolitana.

En un repaso por su trayectoria, recordó que estuvo doce años al frente de Boca y que, sumado a los dos años en la ciudad, acumula 14 años “diariamente frente a la opinión pública, sin secretos”. “Se conoce hasta mi familia, con lo bueno y con lo malo. Soy una persona muy pública”, insistió Macri, quien varios años antes de ser jefe de Gobierno porteño ya salía en las fotos de los eventos top del revistas del corazón desde Punta del Este.

“PRO viene a pensar para adelante. Hay muchos problemas sin resolver como para andar persiguiendo fantasmas del pasado. La energía es una: si uno la pone en priorizar el pasado, perseguir el pasado, no se la tiene para construir el futuro”, aseguró Macri, quien no pierde oportunidad para pegarle al gobierno nacional. Para el mandatario porteño “cuando la gente a uno lo vota, lo vota en la esperanza de que las cosas van a cambiar. Persiguiendo a los fantasmas del pasado las cosas no cambian. Para eso, además, está la Justicia”, sostuvo.

En concreto, los problemas de gestión de Macri provocaron un corto circuito con su principal socio político. De Narváez cuestionó algunas de sus medidas, como su aval al matrimonio gay y las idas y vueltas en las decisiones de gobierno. Con la cotización en baja del líder de PRO, el empresario colombiano empezó a divulgar sus posibilidades de competir por la presidencia y alentó la postulación del senador santafesino Carlos Reutemann. Aunque formalmente todavía no rompieron, De Narváez busca un barco en el cual salvar su candidatura a gobernador bonaerense en el caso de que naufraguen definitivamente los deseos del jefe de Gobierno porteño.

La relación del macrismo con el PJ disidente sigue siendo una incógnita aún no develada. El alejamiento de De Narváez y previamente del ex gobernador bonaerense Felipe Solá, integrantes del trío que venció a Néstor Kirchner en julio pasado, dejó al PRO sin socios ni referentes políticos convocantes en el mayor distrito del país. En ese contexto, el macrismo tampoco logra consolidarse en otras provincias.

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