Vie 19.02.2010

EL PAíS  › CARLOS AVILA DIJO ANTE EL JUEZ OYARBIDE QUE SOSPECHA QUE LO MANDARON A ESPIAR TYC Y CLARIN

James, todo servicio para empresas

El empresario del fútbol, víctima de las escuchas del policía contratado por Macri en Educación, dijo que lo más probable es que esa misión fuera encomendada por el grupo TyC-Clarín cuando él negociaba con Grondona cambiar los contratos televisivos.

› Por Raúl Kollmann

El juez Norberto Oyarbide le preguntó ayer al empresario Carlos Avila sobre las escuchas telefónicas de las que fue víctima. El ex titular de Torneos y Competencias reiteró lo que ya había adelantado Página/12 cuando se descubrieron las maniobras de espionaje de Ciro James y el ex comisario Jorge Palacios: en aquella época, 2007, Avila mantenía conversaciones con Julio Grondona para armar un canal de fútbol y lo más probable es que las escuchas fueran encomendadas por el grupo TyC-Clarín, interesado en frenar la movida de Avila-Grondona. Esa misma hipótesis la repitió ayer ante Oyarbide, aunque horas más tarde Avila le dijo a este diario que su intención no fue acusar a nadie, ya que no tiene pruebas, sino exponer cuáles eran los hechos en el momento de las escuchas. El nuevo elemento que llevó a Oyarbide a citar al empresario fue el descubrimiento de llamadas entre Palacios y Eugenio Burzaco, hermano de Alejandro, principal directivo de TyC.

En 2007, Avila le propuso a Grondona algo muy parecido a lo que ocurrió en 2009: la ruptura del contrato de la AFA con Torneos-Clarín y el armado de una nueva estructura de transmisiones del fútbol argentino a través de un canal, muy parecido al fundado por Avila, el Golf Channel. Sería el Fútbol Channel. El propio Avila le contó a Oyarbide que esas negociaciones con Grondona duraron varios meses, pero que finalmente el titular de la AFA no se animó a dar ese salto, continuando la relación con Torneos.

Ya desde hace meses, Avila sospecha de que las escuchas ilegales a su celular tenían ese origen, por cuanto también se espió a su yerno, Federico Infante, que quedó trabajando en Torneos y alguien podía suponer que se mantenía allí como una especie de agente de Avila. El empresario tenía otro dato que le llamaba la atención: por esa época, también DirectTV se empezó a mostrar hostil. Es decir que cree que el grupo Torneos-Clarín tenía toda la información de las llamadas y le había iniciado una guerra, en el marco de la cual hasta DirectTV le hizo una denuncia. La frase concreta que usó Avila ayer, ante Oyarbide, fue la siguiente: “Posiblemente las escuchas provengan del grupo Torneos-Clarín porque en ese momento yo estaba negociando con Grondona”.

Horas más tarde, este diario habló con Avila. “Como desde el primer día, yo no acuso a nadie. Enumero los hechos de aquel momento. Es el juzgado el que tiene que encontrar a los responsables”, sostuvo el empresario.

En los últimos días, el análisis de los cruces de llamadas detectó que hubo, a lo largo de dos años, unas 50 comunicaciones entre el comisario Palacios y el ahora jefe de la Metropolitana, Eugenio Burzaco. En principio, el juez puede razonar que no es ilógico que haya dos llamadas por mes entre el policía preferido de Macri y el experto en temas de seguridad de Macri. Sin embargo, en la audiencia de ayer se evaluó que Eugenio es hermano de Alejandro Burzaco y que éste es el principal ejecutivo de Torneos. Por ello se estudiaba la hipótesis de que aquellos llamados entre Eugenio y Palacios pudieran tener relación con el espionaje a Avila. El dato es que alguno de esos diálogos Eugenio-Palacios se produjeron en días en que se retiraron escuchas de Avila en la Side.

La operación de espionaje contra Avila tuvo aspectos grotescos, con metodologías idénticas a las usadas para espiar a Jorge Burstein, dirigente de la agrupación de Familiares de las Víctimas del Atentado contra la AMIA, y contra el propio cuñado del jefe de Gobierno porteño, Daniel Leonardo. Se armaron causas falsas en Misiones, incluso por homicidio o robo a mano armada, involucrando a Avila, Burstein, Leonardo y todos los demás espiados. Sobre la base de esos expedientes, los dos jueces de Misiones, Horacio Gallardo y José Luis Rey, firmaban órdenes a la Side para que interviniera los teléfonos. Luego, Ciro James retiraba las cintas. Se imputó como jefe de toda la maniobra al comisario retirado Palacios, ya que James aparecía como su subordinado y cruzaban varias llamadas por día. Como adelantó este diario, el espionaje a Leonardo es casi seguro que llevará a que sean convocados a declarar el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, y el jefe de Gobierno, Mauricio Macri. Todo indica que eso ocurrirá en marzo. Sucede que hay otro elemento que les juega en contra: James apareció como contratado del Ministerio de Educación de la Ciudad y nadie pudo explicar por qué. Oyarbide afirma que por esa vía se le pagó su participación en la operación de espionaje. La situación del ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, será definida por Oyarbide antes de fin de mes y también se espera el pronunciamiento de la Cámara Federal que deberá expedirse sobre el procesamiento con prisión preventiva, por asociación ilícita, de Palacios y James.

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