Previsible como los trajes oscuros de los panelistas fue el debate de los dos precandidatos radicales que este domingo se disputarán el peso de representar a su partido en las próximas elecciones presidenciales. Rodolfo Terragno y Leopoldo Moreau no se maltrataron, no se chicanearon y casi ni opusieron propuestas. Hasta eligieron a Domingo Cavallo como enemigo común. “Se nos daba por desaparecidos, estábamos en venta, en alquiler, pero no es así”, dijo el diputado Moreau para explicar la supervivencia política de su partido. En tanto, su contrincante, lo más fuerte que se atrevió a decir fue que le da “asco un radicalismo llorón con complejo de inferioridad frente al PJ”.
Convocados por el programa “A dos voces” que se emitió ayer a la noche por TN, Terragno y Moreau se sentaron en los extremos opuestos de la mesa. Por sorteo, le tocó hablar primero a Terragno, quien debió contestar cómo es posible que el partido radical resurja luego de la caída de Fernando de la Rúa. Y el senador eligió empezar su alocución con un ataque a los peronistas. “La deuda impagable y el desempleo estructural fue culpa de Carlos Menem, el default lo hizo (Adolfo) Rodríguez Saá, y la salida de la convertibilidad y la pesificación asimétrica la hizo (Eduardo) Duhalde.” Es que para Terragno, el gobierno de la Alianza sólo fue un “paréntesis de 24 meses que cometió el pecado de continuar la política económica”. En tanto, el diputado Moreau contextualizó la crisis partidaria dentro de “la crisis que atraviesa el sistema político en general”.
Para explicar el fracaso de la Alianza, los precandidatos tenían los argumentos preparados. “Desde el radicalismo trabajamos para que De la Rúa nos escuchara”, dijo Moreau. Mojándose los labios, como suele hacer cuando habla, agregó: “El gobierno de De la Rúa cometió el pecado de no cambiar las reglas de juego, no fue el fundador de este modelo pero tenía la obligación de cambiarlo. Y la llegada de Cavallo fue la culminación de lo que había empezado (José Luis) Machinea con el impuestazo y la quita del 13 por ciento de los sueldos estatales”. “Hubo negación de la realidad”, acotó Terragno.
Puestos a hablar sobre los ex radicales Elisa Carrió y Ricardo López Murphy, los correligionarios recurrieron a la ironía. Fueron más despiadados con ellos que con Fernando de la Rúa. “Carrió no me molesta a mí, y a esta altura ya no molesta a nadie”, dijo Leopoldo Moreau. “Son variantes mesiánicas, actitudes de gente sin proyecto”, le endilgó Terragno a su ex compañera de partido. En tanto, Moreau atacó al ex ministro de Defensa de De la Rúa, López Murphy, por su calidad de economista. “Su propuesta es la más pobre porque es la única que desde un punto de vista de la vieja política conservadora sostiene que el país va a salir adelante sólo sin desequilibrio fiscal.”
A la hora de discutir propuestas, Terragno desempolvó uno de sus caballitos de batalla: el modelo “industrial exportador, cosa que nunca se hizo en el país, ya que la Argentina siempre exportó alimentos”. Fue entonces cuando Moreau le recordó que “también hay un mercado interno que sostiene el equilibrio social, para lo que habrá que crear muchos empleos, que en una primera etapa no serán de calidad, pero sí tienen que aumentar la cantidad”. “Hay que pagar muchos salarios”, sentenció. Respecto del sistema financiero, Moreau consideró que “hay que meter mano y fomentar una banca pública de inversión”. Terragno no lo refutó. En verdad, hablaban en paralelo.
Sin estridencias, los candidatos se despidieron con un apretón de manos. “Muy bien, muy civilizado, Rodolfito”, le dijo “el marciano” Moreau a su contendiente apenas se apagaron las luces del estudio.

Informe: Gimena Fuertes.