Dom 21.03.2010

EL PAíS  › CFK CONVOCO A SUS LEGISLADORES A EXPLICAR LAS PROPUESTAS

“No saben qué hacer porque no tienen proyecto”

En el almuerzo que brindó en Olivos para los senadores y diputados del oficialismo, la Presidenta planteó su idea de dar “mucho debate, mucha explicitación y relato público de lo que está pasando”. En los próximos días convocará a los gobernadores.

› Por Martín Piqué

Cristina Fernández habló durante casi una hora ante los legisladores que la escucharon repartidos en catorce mesas.

“Se puede ser minoría parlamentaria y mayoría política en la sociedad.” La frase de la Presidenta trazó un horizonte para los legisladores que asistieron al asado en la quinta de Olivos. Tras el reconocimiento de que el oficialismo quedó en minoría en las dos Cámaras del Congreso, la consigna parece ser reforzar el vínculo con la sociedad. La mejor prueba la aportó ayer al mediodía la propia CFK desde la mesa principal del Salón de Convenciones de la quinta presidencial. “La idea fundamental de esta estrategia parlamentaria y democrática es mucho debate, mucha explicitación y relato público de lo que está pasando”, exhortó la jefa de Estado. La escuchaban alrededor de 90 diputados y 32 senadores del Frente para la Victoria, entre ellos el diputado y primer caballero Néstor Kirchner. La Presidenta habló casi una hora antes de que los comensales se largaran a comer el asado con empanadas y vino tinto. “La oposición, tiene mayoría circunstancial, pero no sabe qué hacer porque no tiene proyecto. Su única agenda es la de los medios. Pero no dejemos que choquen al Parlamento como chocaron el país”, instó la Presidenta.

En el Gobierno creen que para reconstruir esa mayoría política mencionada por CFK –lo que suele definirse como “mayoría social”– habrá que cumplir al menos con dos pasos: hablarle directamente a la sociedad para desenmascarar los objetivos del conglomerado opositor, que para el kirchnerismo es cogobernar desde el Congreso imponiendo una agenda opuesta al programa del Frente para la Victoria, y dejar en evidencia la confusión ideológica que reina en el llamado Grupo A. Ayer, en la bienvenida al asado con los legisladores, la Presidenta dedicó buena parte de su discurso a convencer a sus invitados sobre cuáles deben ser los pasos a seguir en ese sentido. El mensaje, según el testimonio de varios comensales, fue concentrarse en la comunicación directa con la sociedad. “Si tenemos que hacer una síntesis de responsabilidades podemos dar un balance positivo al conjunto de la sociedad”, subrayó CFK.

La idea de la Presidenta es contraponer la racionalidad y responsabilidad, que adjudica al Ejecutivo, con las marchas y contramarchas del conglomerado opositor en el Congreso. “Después del 28 de junio, lejos de perder el timón del Estado, avanzamos aún más consagrando reformas estructurales, como la asignación universal por hijo que también nos permite recuperar la actividad económica. Veo un cuadro de situación económica que está marchando muy bien, pero no es que seamos genios, sino que hemos aplicado un modelo económico en el que siempre creímos: mercado interno, poder adquisitivo, exportación, no ajuste y negociar con nuestros acreedores, pero del lado del mostrador de los argentinos. Somos los únicos que lo hicimos”, resumió CFK en el Salón de Convenciones de Olivos. Enseguida llegó el contraste: la referencia a la oposición.

Los invitados se habían repartido en catorce mesas ubicadas a lo largo del salón más amplio de la quinta: cada mesa tenía nueve comensales y estaba identificada con el nombre de un árbol –el ceibo, el sauce y así–, un detalle que no pasó inadvertido para la Presidenta: “¿Y si creamos el Partido Verde?”, preguntó a modo de broma. En la mesa principal se habían ubicado las autoridades de las dos cámaras, Eduardo Fellner y José Pampuro; los jefes de bloques Agustín Rossi y Miguel Pichetto; dos legisladoras en representación del género femenino –la senadora Blanca Osuna y la diputada Roxana Bertone–, más una presencia que fue leída como un desagravio por su desplazamiento en la Comisión Bicameral de revisión de los DNU: la senadora por Tucumán Beatriz Rokjés de Alperovich. El diputado Néstor Kirchner estaba en otra mesa.

Al momento de hablar de la oposición, la Presidenta puso el énfasis en las contradicciones internas de las diversas bancadas del espacio antikirchnerista; también recordó el incumplimiento de ciertos reglamentos del Congreso, como el respeto a la proporcionalidad en la integración de las comisiones. “Nunca se vio nada igual en el Parlamento. Este Grupo A es gente que no sabe qué hacer con lo que tiene, porque no son mayoría política. Nosotros éramos mayoría parlamentaria política porque siempre tuvimos un proyecto y podíamos conducir el Parlamento sin necesidad de cercenar derechos de minorías políticas”, cargó.

Era una forma indirecta de referirse a los cambios en la Bicameral de seguimiento de los DNU: la oposición había desplazado a Rokjés y ubicado en su lugar al senador por Córdoba Luis Juez. Dichas modificaciones luego fueron cuestionadas por la Justicia, a través del fuero Contencioso Administrativo. “Un grupo diverso ha tomado la dirección del Parlamento y realmente ver manejadas de este modo las instituciones me duele porque termina deteriorando la credibilidad de la gente en las instituciones. Esto es un ejercicio para aventuras autoritarias”, advirtió la Presidenta ante los más de 120 legisladores presentes en Olivos. En un momento del discurso, CFK hizo mención a su entrevista con el cardenal Jorge Bergoglio y la cúpula de la Iglesia Católica. Dijo que en esa conversación les había planteado a los purpurados que estaba de acuerdo con el diálogo entre los distintos poderes del Estado, pero que eso no significaba incumplir con el rol que el régimen presidencialista asigna al titular del Ejecutivo: “Les comenté que tenemos una Constitución presidencialista y según esa Constitución la responsable de administrar el país es la Presidenta”. También contó que en un momento les señaló a los obispos la actitud de los opositores y les dijo “a nosotros nos acusan de autoritarios y hegemónicos, pero al lado de ellos somos carmelitas descalzas”.

Repartidos entre las mesas también se habían ubicado los ministros del gabinete. El asado incluía una entrada con dos empanadas, el plato principal que ofrecía opciones –carne de vaca, pollo, cordero patagónico y chivito–, acompañado por ensaladas varias y todo regado por el siempre cumplidor Luigi Bosca. También hubo gaseosas light y agua mineral. Los comensales escucharon la intervención de CFK con mucho interés, el clima era distendido. “Eramos todos compañeros y no faltaron los chistes, pero estábamos muy atentos a la información que iba dando la Presidenta”, contó a Página/12 el diputado y apoderado de la CGT Héctor Recalde.

Mensaje a los gobernadores

Entre los números que destacó la jefa de Estado hubo un dato que fue mencionado con un objetivo inequívoco: que el mensaje llegara a los gobernadores. La Presidenta recordó ante diputados y senadores que en el 2009 el superávit fiscal había quedado afectado por la cesión a las provincias del 30 por ciento de lo que ingresa al Estado nacional por los derechos de exportación a la soja –el Fondo Federal Solidario– y también por la implementación de la asignación universal por hijo.

El discurso de CFK no incluyó ninguna referencia explícita a los gobernadores; tampoco a la presión opositora por coparticipar la totalidad del impuesto al cheque. En los días previos se había especulado con que una de las motivaciones del Ejecutivo para organizar el almuerzo en Olivos era justamente preparar a los bloques del oficialismo para el debate que se viene: la puja por los ingresos fiscales que se obtienen del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, el famoso impuesto al cheque.

Aunque la Presidenta no mencionó el tema, varios de los ministros que estuvieron en Olivos confirmaron que en los próximos días CFK convocará a los gobernadores para discutir algunos temas. Se descuenta que en esa reunión se analizará la relación entre la Nación y las provincias, la situación financiera de los 24 distritos del país y el reparto de impuestos coparticipables. Titular de la cartera política, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, tiene a su cargo la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional. Ayer dialogó con los periodistas que aguardaban sobre la calle Villate, en uno de los accesos a Olivos.

–¿Va a haber algún cambio en la relación con las provincias? –le preguntó Página/12 cuando se retiraba del almuerzo.

–En los próximos días vamos a mantener una reunión con los gobernadores. En términos generales la relación con los gobiernos provinciales es buena. Y le recuerdo que la coparticipación de los recursos transferidos de la Nación a las provincias en 2003 era de 20 mil millones y ahora estamos en 72 mil millones de pesos transferidos en forma automática.

Tanto Randazzo como el ministro de Economía, Amado Boudou, pusieron especial énfasis en dar detalles de las transferencias de fondos que la Nación gira a las provincias. También hablaron de la inversión directa del Estado nacional a través de obra pública, políticas sociales y del rescate a las cajas jubilatorias. El empeño puesto en esa argumentación hace presagiar una pelea simbólica por la bandera del federalismo. ¿El primer capítulo del debate que se viene?

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