Después de casi dos semanas de vacaciones, la gran mayoría de los senadores volverán a verse las caras este miércoles, cuando intenten retomar la actividad parlamentaria. Con dos fracasos consecutivos a cuestas, los opositores esperan juntar 37 votos para tener quórum y poder aprobar, entre otras cosas, la coparticipación del impuesto al cheque y el rechazo al DNU del Fondo de Desendeudamiento. Sin embargo, distintas fuentes del conglomerado opositor ratificaron que, aun si no alcanzan ese número, se sentarán en el recinto “a suerte o verdad”, lo que implicaría habilitarle al oficialismo la posibilidad de ratificar el pliego de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central. En el contexto de inestabilidad del Senado, kirchneristas y opositores se animaron a adelantarle a Página/12 que se iniciará la sesión este miércoles, si no hay algún imprevisto en la reunión de Labor Parlamentaria prevista para el martes o el mismo miércoles.

La clave de la semana será la reunión de presidentes de bloque en la que deberán definirse varias cuestiones. Lo principal es el orden de los temas a tratar en el recinto, pero también habrá cuestiones como la distribución de las comisiones en las que el kirchnerismo y sus aliados acarrean varios reclamos para el presidente del cuerpo, Julio Cobos.

La parálisis en el Senado de los últimos meses hizo variar la estrategia opositora, que había optado por dejar sin quórum al oficialismo cuando tenía los votos para aprobar el pliego de Marcó del Pont. Ahora, el titular del bloque radical, Gerardo Morales, anticipó que los 16 senadores del partido estarán sentados en sus bancas y señaló que, si la Cámara Alta no funciona, será por responsabilidad del kirchnerismo.

“Si quieren tratar Acuerdos primero, será Acuerdos primero”, sentenciaron fuentes del bloque de la UCR. Lo cierto es que la última sesión había fracasado porque el arco opositor no quiso que se trataran en primer término los dictámenes provenientes de la Comisión de Acuerdos –como el pliego de la titular del BCRA– por miedo a que el oficialismo se levantara después de la votación y dejara a la oposición sin quórum. Entonces, el arco anti-K sentó a sus 36 senadores y, por segunda vez consecutiva, la ausencia del ex presidente Carlos Menem los dejó a un paso del éxito.

Esta semana, como los radicales y el cordobés Luis Juez adelantaron que, aun si no tienen los 37 votos, estarán dispuestos a dar quórum, la pelota quedó del lado del Frente para la Victoria. Fuentes de ese bloque aseguraron que no tienen una decisión tomada respecto de la votación, pese a que en varias oportunidades el jefe de la bancada, Miguel Pichetto, advirtió que no tratarán proyectos que vayan en contra del gobierno nacional. Sin decirlo se refería a la coparticipación del impuesto al cheque y el rechazo al DNU 298/10. Es decir que el senador rionegrino avisó en su momento que no habilitarán el tratamiento de esos temas.

El germen de la discordia se encuentra en la distribución de las comisiones, las cuales fueron arrebatadas por la oposición la única vez que consiguió sentar a 37 hombres. En esa oportunidad, los anti-K se quedaron con 8 integrantes contra 7 en la mayoría de las comisiones y con 9 contra 6 en tres comisiones claves. Fuentes del oficialismo argumentan que esa distribución viola la “proporcionalidad” de la que habla el reglamento del cuerpo y que, hasta que no se subsane esa injusticia, no hay posibilidad de recuperar una instancia de negociación y acuerdo.

Este tema será otra vez puesto sobre la mesa en la reunión de Labor, en la que los dos senadores fueguinos y el neuquino Horacio Lores volverán a reclamarle a Cobos por no haberlos incluido en ninguna comisión. Cerca del titular del Senado aseguran que inició gestiones con los referentes opositores de la UCR y el PJ disidente, pero ni Morales ni Adolfo Rodríguez Saá se dispusieron a darles un lugar a los aliados K.