La jerarquía de la Iglesia Católica, a través del vocero del Episcopado, el sacerdote Jorge Oesterheld, salió ayer rápidamente a aclarar que “el 25 de Mayo se va a hacer un tedéum en todas las diócesis y en casi todas las parroquias del país” y que ésa fue una determinación adoptada por todos los obispos en la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal que se celebró en noviembre pasado. Sin embargo, esta información apenas trascendió ahora, después de que la presidenta Cristina Fernández decidiera asistir a la ceremonia de acción de gracias que se realizará en la Basílica de Luján y que el cardenal Jorge Bergoglio anunciara que el mismo día celebrará un tedéum en la Catedral metropolitana. Mientras el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, le quitaron entidad al debate por el tedéum, en declaraciones a una radio el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sostuvo: “No hablamos con Macri del tema, pero si hay tedéum en la Catedral, participaremos con Bergoglio en la Capital”.

El debate en torno del lugar en que se celebra el tedéum (un acto religioso de acción de gracias) se viene planteando desde 2005, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner decidió no asistir a la Catedral metropolitana y sí a la misma ceremonia en otros lugares del país, en un gesto que fue leído como expresión de molestia por lo que se entendió como críticas formuladas por el cardenal Bergoglio desde el púlpito.

La decisión de Cristina Fernández, conocida la semana anterior, de asistir a la Basílica de Luján el 25 de Mayo con ocasión del Bicentenario y apoyada en el argumento de que se trata del templo donde se venera a la Patrona de la Argentina, fue interpretada por algunos medios como una nueva forma de evitar al cardenal Bergoglio. Tras esa medida se conoció la determinación del cardenal de celebrar también un tedéum en la Catedral, indicando sin embargo que no se cursarían invitaciones oficiales a funcionarios para esa oportunidad. Apenas entonces se tuvo noticia, a través de Oesterheld, que el plenario episcopal había dispuesto ya en noviembre pasado celebrar actos de acción de gracias en todas las catedrales como motivo del Bicentenario.

Otras fuentes indicaron que en esa oportunidad también se debatió entre los obispos la posibilidad de proclamar un texto común, a modo de homilía, pero que finalmente esta alternativa se descartó porque habría implicado en los hechos el mismo dificultoso proceso de aprobación que requieren los documentos conjuntos del Episcopado. Cada obispo hará su propia homilía y en algunos casos esas ceremonias serán ecuménicas, con invitación a representantes de otros credos. Así será en Luján, donde el acto lo encabezará el titular de esa diócesis, el arzobispo Agustín Radrizzani. La coordinación entre Iglesia y Gobierno se hará a través del secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y del secretario general de la Conferencia Episcopal, el obispo Enrique Eguía Seguí.

Para Aníbal Fernández, “es innecesario generar una bola para predisponer al Gobierno o a Bergoglio a dar una explicación sobre un tema del que no tienen que decir nada”. El jefe de Gabinete agregó que “no hay que cargar de preconcepto este tema”. Hablando sobre lo mismo, el ministro Randazzo dijo que “para nada” hay molestia con la Iglesia por el tema y recordó la “muy buena reunión” de la Presidenta con las autoridades eclesiásticas encabezadas por Bergoglio. “Pareciera que algunos quieren generar polémicas –sostuvo el ministro–, y nosotros estamos muy alejados de cualquier tipo de polémicas y mucho menos con la cúpula de la Iglesia.”