Cristina Kirchner sentó a su izquierda a Hermes Binner y a la derecha a Fabiana Ríos. Intercalados entre ministros y funcionarios de la primera línea del Gobierno quedaron Ricardo Colombi y Eduardo Brizuela del Moral. La Presidenta repasó los datos del dinero que Nación envía a las provincias, subrayó las transferencias a Santa Fe y se detuvo en la política: pidió que la oposición tenga “cierta lógica”, recordó que el PJ perdió en el ’97 ante el Frepaso pero que “sin embargo mantuvo en el Congreso una línea política”. Y argumentó: “No lo veíamos a Chacho Alvarez con Alsogaray, y ahora eso es lo que sucede”.

Fue el almuerzo número dos en Olivos. CFK recibió ayer a la primera tanda de gobernadores no alineados. Los mandatarios de Santa Fe, el socialista Binner; de Corrientes, el radical Colombi; de Tierra del Fuego, Ríos, del ARI, y de Catamarca, el cobista Brizuela del Moral, permanecieron alrededor de la mesa cuadrada, desde las 13.30 hasta las 16. Luego de la entrada de ensaladas, hubo un plato con medallones de lomo y papas salvajes durante el cual Cristina, que había pedido una porción de pollo, reaccionó por el comentario de un invitado: “¡A mí me va a caer mal el pollo que acabo de comer!”.

Del relato de varios presentes, surge la impresión de un encuentro donde todo el mundo dijo lo que quería decir. CFK hizo alguna autocrítica del rol de los propios en alguna Legislatura provincial, mencionó a Julio Cobos, deslizó un “nos quisieron tumbar” y en ese contexto les pidió a los cuatro que mantienen alineamientos variables con la Rosada un compromiso de gobernabilidad. Como estaba previsto, los mandatarios reclamaron más fondos y hubo chances para que cada gobernador replicara con energía aquello en lo que no estuvo de acuerdo.

Uno de esos frentes lo ocupó Binner, con las finanzas de su provincia. Binner llegaba con la postura de coparticipar todos los fondos del impuesto al cheque y con un juicio abierto contra la Nación por los fondos adeudados del Anses. Ese punto no cambió: aseguró que seguirá adelante con el proceso. CFK intentó mostrar la contraparte. Recordó que la Nación aportó 500 millones de pesos en subsidios a productores de Córdoba y Santa Fe durante la crisis por el precio de la leche. Habló del presente, de las negociaciones con China, del dumping y que Nación es la que está llevando adelante las gestiones por el aceite de soja. “Vos estás orgulloso –le dijo ella–, y yo también, por eso los estamos defendiendo.” Y agregó una novedad. Si las cosas no prosperan, Argentina evalúa un plan B: aumentar el corte del aceite para biodiésel en plan de sustitución de importaciones y evitar la importación de gasoil.

El Ejecutivo sabía, finalmente, que con Binner venía un reclamo de fondos. Los días previos, comparaban a Santa Fe con Buenos Aires y advertían que el problema de Binner es que no hizo las reformas impositivas para gravar a las grandes industrias y el inmobiliario rural, que sí hizo Daniel Scioli. Binner replicó ácidamente: no pudo hacerlo, dijo, porque se lo impidió el bloque K de su provincia.

Fabiana Ríos mantiene una provincia en rojo, en la que además el ARI es una primera minoría, dijo, acostumbrada a perder la gobernabilidad. Cuando CFK planteó los problemas de gobernabilidad, ella dijo, palabras más palabras menos, según los testigos: “No es una novedad para mí, porque en la provincia el kirchnerismo juega de la misma manera”.

Entre CFK y Ríos hay una relación estrecha. El Gobierno transfiere adelantos del Tesoro nacional cuando hace falta: “Cómo no lo voy a hacer”, dicen que dijo Cristina, “antes me muero”.

Colombi necesita el acceso al Programa de Asistencia Financiera (PAF) para refinanciar las deudas que arrastra Corrientes desde el 2002, y fue por los fondos. Además, su primo Arturo le dejó la herencia de una deuda de 500 millones de pesos con proveedores, incluidos los de hospitales y comedores escolares. En Corrientes dicen que tocan fondo, mostró los números al límite.

El pedido de Catamarca es una prórroga para la Promoción Industrial. A cuatro provincias se le vencen los plazos: Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y San Luis. Los mandatarios están buscando la prórroga para extender los beneficios “presionados por los empresarios locales que amenazan con levantar las industrias”, dicen en Gobierno. Brizuela del Moral pidió por Catamarca y por La Rioja. CFK respondió con un desafío: podríamos extender la prórroga a los empresarios que generen más puestos de trabajo, dijo y miró a Débora Giorgi, ministra de Producción, sentada entre los comensales.

Poco después llegó el reclamo político de la Presidenta. “Les pido que tengan en cuenta una lógica”, dijo. “Necesitamos volver a tener coherencia.” Habló de una “crisis política”, que “el trabajo del Gobierno tiene intentos destituyentes”. “¡Si Alfonsín los viera!”, se quejó.

Quedó establecido, además, un compromiso de trabajo por los Fondos de Coparticipación. CKF habló dos veces del proyecto del salteño Juan Manuel Urtubey para bajar en cinco años a la mitad el índice de NBI. Recordó que hay provincias con zonas sin energía como La Rioja en un “país deformado”, con una ciudad de Buenos Aires con trenes, subtes, que cuando no funcionan la gente puede pagarse un taxi, o con muestras gratis. “¡Después que no me venga a decir Macri que se siente discriminado!”, se quejó adelantándose tal vez al último encuentro, el del próximo jueves 15, con tres gobernadores definidamente opositores: Mauricio Macri (Buenos Aires), Mario Das Neves (Chubut) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis).