EL PAíS › TRES DIPUTADOS OPINAN SOBRE EL FUNCIONAMIENTO DEL CONGRESO
La conformación del quórum y su rechazo a facilitarlo como estrategia política. El posible recorte en las dietas. La “paralización” del Congreso. Las propuestas para destrabar el conflicto.
Martín Sabbatella,
Nuevo Encuentro Popular y Solidario
–¿Negar la conformación del quórum es una herramienta parlamentaria válida?
–Es una herramienta parlamentaria que han usado todos, de uno y otro lado. Pero esto no es un problema reglamentario, acá se necesita una solución política para que el Congreso funcione.
–¿Cuál sería la forma de destrabar el conflicto?
–Discutiendo la cuestión de fondo, que es el uso de reservas. Ya pasaron cuatro meses discutiendo cuestiones reglamentarias con todo lo que esto implica. Por un lado el oficialismo, insistiendo en que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) debe salir sí o sí. Por el otro la oposición, que apuesta al desgaste del Gobierno frenando el uso de reservas y sin que se sepa qué alternativa proponen al conflicto. Lo que pasa es que si se discute el uso de reservas, la oposición conservadora de derecha tiene que dejar en claro que su postura es el ajuste económico, achicando el gasto público y el endeudamiento a tasa más altas.
–La oposición también acusa a su bloque de haber negado el quórum para sesionar.
–Nosotros fuimos a la reunión de Labor Pzarlamentaria dispuestos a lograr un acuerdo político para ir al recinto a debatir. Pero sin acuerdo, íbamos a terminar como en la sesión anterior, en que se llegó al colmo de discutir hasta las cinco de la mañana cuestiones reglamentarias como si se necesita mayoría simple o dos tercios para rechazar un decreto que ya había sido derogado y para terminar judicializando las decisiones políticas que la Cámara adopte. Y con estas posturas encontradas no iba a haber acuerdo nunca.
–Usted presentó un proyecto para autorizar el uso de reservas. ¿Por qué?
–Estamos a favor del uso de reservas, pero decidimos presentar el proyecto de ley para facilitar un acuerdo político y discutir el tema de fondo y no la herramienta, que es la cuestionada por la mayoría de los sectores opositores.
–Pero, incluso desde otros sectores de centroizquierda, rechazan la propuesta porque “es funcional” a la estrategia oficialista.
–Eduardo Macaluse (del interbloque de Proyecto Sur) hizo en la reunión de Labor Parlamentaria una propuesta sensata que respaldamos: discutir al mismo tiempo el DNU y el proyecto de ley. Una posibilidad concreta de que desde los bloques de centroizquierda, aunque no coincidamos en el tema de fondo, se aportara a destrabar el conflicto y que el Congreso funcione. Ahora, en lo que no coincidimos es en que se haya sometido la alternativa a la voluntad de los sectores que sólo quieren desgastar al Gobierno y que, por supuesto, no dudaron en oponerse. No creemos que se pueda avanzar con propuestas progresistas en el marco de alianzas como las del Grupo A. Gravar la renta extraordinaria no se va a conseguir con la Coalición Cívica, el PRO y el PJ disidente.
–¿Cuál es la salida para destrabar esta situación en el Congreso?
–Acordar reglas de juego claras y en base a eso construir las mayorías alrededor de cada propuesta. No hay ningún bloque que pueda alcanzar mayoría en el Congreso por sí solo. La negociación es parte del ejercicio democrático. Esto no funciona si no hay acuerdo político y la única forma de destrabarlo es lográndolo.
–¿Hay que recortar las dietas a quienes falten a las sesiones?
–Si esto solucionara algo, lo pensaría. Pero los problemas políticos no se solucionan por decisiones reglamentarias o judicializándolos. Ni tampoco destraba el funcionamiento del Congreso.
Patricia Fadel,
Frente para la Victoria
–¿Negar el quórum es o no una herramienta parlamentaria válida?
–Por supuesto, es válido y legítimo. Tanto para cualquier gobierno como para la oposición. De la misma forma que la necesidad de formar quórum para legislar: todos los cuerpos legislativos del mundo tienen un piso para sesionar y aprobar proyectos. Es una herramienta constitucional. Hace bien, si no existiese, se podrían juntar 50 voluntades y hacer lo que se les ocurra.
–La oposición los critica por hacerlo a repetición.
–Es una forma de no hacerse cargo. Son ellos quienes tienen mayoría, quienes deben asumir la responsabilidad y tienen poca conciencia real de lo que significa la tarea de reunir quórum en el recinto. Hasta diciembre pasado, el oficialismo era el encargado de formar el quórum, aunque no teníamos mayoría absoluta como afirman. Eramos, como ahora, la primera minoría y debíamos sumar voluntades de aliados para sesionar, porque el grueso de la agenda legislativa la fijábamos nosotros. Ahora ellos son los que fijan una agenda que perjudica al gobierno nacional y su plan de trabajo, sin darnos opciones de poder plantear alternativas. No nos pueden pedir que avalemos eso.
–Los acusan de querer clausurar el Congreso porque quedaron en minoría.
–Ellos quieren imponer su agenda legislativa y tienen más de 130 diputados para hacerlo. Sin embargo, pidieron dos sesiones especiales y no pudieron juntarlos para sesionar. Lo mismo pasó el miércoles pasado. Se oponen a que se usen las reservas para pagar vencimientos de deuda pública que no contrajo este gobierno y coparticipar el ciento por ciento del impuesto al cheque desfinanciando al gobierno nacional sin plantear alternativas para suplir esos ingresos. La verdad es que las propuestas de la oposición dan miedo: de esta manera empujan al Gobierno al default o a la política de ajuste. Nosotros no rehusamos al debate, pero no se lo vamos a facilitar. Vamos a usar todas las herramientas válidas para defender al Gobierno.
–¿Cómo se sale de esto para que el Congreso funcione?
–Nosotros también tenemos una agenda parlamentaria. Queremos impulsar el proyecto de (Martín) Sabbatella para el uso de reservas, si no quieren que esto se haga por DNU, a pesar de que muchos coinciden con la medida. Pero, si bien tenemos la presidencia de algunas, la oposición tiene mayoría en todas las comisiones y no parecen dispuestos a darnos alternativas. Igual que avanzar en la modificación de la ley de quiebras y el nuevo reglamento para las empleadas del servicio doméstico. Nosotros también queremos que el Congreso funcione.
–¿Pero cómo se destraba?
–Vamos a apelar a los sectores más racionales de la oposición para que el Gobierno pueda seguir haciendo cosas. Algunos de los bloques mayoritarios tienen aspiraciones legítimas de llegar a ser gobierno y si lo logran tampoco querrán enfrentarse a una situación de obstrucción permanente sino de colaboración. Eso es lo mismo que le pedimos nosotros.
–¿Hay que recortar las dietas a quienes falten a las sesiones?
–Debe ser una responsabilidad de cada legislador nacional. En mi caso personal tengo asistencia perfecta. Pero considero que no se debería llegar a una actitud de este tipo, casi policial, y aunque esta posibilidad exista en el reglamento del Senado, nunca ha sido una práctica permanente. Creo que no ayuda al Congreso ni a la democracia.
Silvana Giúdici,
Unión Cívica Radical
–¿Negar el quórum es o no una herramienta parlamentaria válida?
–Sí, si se sostiene como último recurso, cuando la mayoría absoluta, como había sucedido hasta ahora, impone sus propias condiciones. Entonces, no te queda otra que pararte e irte. Es una herramienta válida que indica un límite. Es como un juego que vos estás dispuesto a jugar, pero si se violan las reglas de ese juego, vos te vas. Es un mecanismo, pero no se puede hacer de ese recurso distintivo un recurso de acción parlamentaria permanente.
–Si es una herramienta válida y la oposición ha recurrido a ella, ¿por qué ahora cuestionan al oficialismo por utilizar ese recurso?
–Nosotros asumimos una actitud de compromiso, hemos compartido con ellos el inicio de muchísimas sesiones, aunque esto cambió bastante a partir de la actitud que adoptó Cristina (Fernández de Kirchner). Ibamos a las reuniones de Labor Parlamentaria con la intención también de discutir nuestro temario, pero el oficialismo optó por las sesiones especiales para tratar sólo sus proyectos y no respetar los siete días de tiempo reglamentario para que éstos lleguen al recinto. Así han aprobado, con convocatorias excepcionales, el Presupuesto, las facultades delegadas y hasta la reestatización de Aerolíneas. Por eso, sin acuerdo, como minoría no dábamos quórum. Es un mecanismo institucional. Pero ahora el oficialismo lo utiliza como una forma de extorsión.
–El argumento es que la oposición se ha proclamado mayoría, le quitó al oficialismo la mayoría en todas las comisiones legislativas y que ahora la responsabilidad de reunir quórum es de ustedes.
–El oficialismo ha tratado de imponer esto de que los mayores costos políticos los paga la oposición porque es inepta, boba y que no sabe hacer funcionar el Congreso. Pero en realidad el oficialismo no quiere que el Congreso funcione. Es cierto que en Diputados es nuestra obligación formar quórum, pero en el Senado la cosa es distinta, y ellos han transformado eso de rehusar el quórum como una extorsión. Creo que es una estrategia de corto plazo.
–¿Cómo se destraba esto para que el Congreso funcione?
–En Diputados en la primera oportunidad en que la oposición trate en el recinto lo que se propone. Y eso va a suceder el martes próximo.
–Pero hasta ahora no lo lograron.
–Nosotros actuamos de buena fe y no pensamos que esto iba a ser a cara de perro. Para aprobar las facultades delegadas al Ejecutivo, el oficialismo tardó 4 horas y 15 minutos, y el otro día (el diputado Agustín) Rossi se aferró al reglamento para dar por fracasada una sesión pasada la media hora. Es cierto que el reglamento lo establece, pero con esto sólo ganaron una semana y sirvió para que varios diputados, sobre todo de los de centroizquierda, que creían en la posibilidad de una convivencia pacífica, ya no piensen así. Se equivocaron.
–¿Hay que recortar las dietas a quienes falten a las sesiones?
–En el Senado hay un artículo del reglamento que lo establece. Pero no sé si ése es el mecanismo adecuado, creo que no hay que llegar a los extremos. No lo digo por una cuestión meramente económica o personal, porque yo no falto nunca. Como legisladores tenemos la obligación de sesionar. Pero sería un retroceso. La verdad es que el costo lo pagamos todos, porque la sociedad no distingue entre oficialistas y opositores si el Congreso no funciona.
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