Con una ciudad agitada por la cantidad de visitantes, se desarrolló ayer la segunda jornada del congreso “La educación en el Bicentenario”, organizada por la Nación y la provincia de Entre Ríos. Las principales actividades del día estuvieron a cargo de ministros y especialistas que expusieron, en distintas mesas y frente a cientos de docentes, sus miradas sobre los desafíos en materia educativa.

Por la mañana, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, entregó 35 mil libros para escuelas primarias de la provincia. “La Presidenta anunció la semana pasada un ambicioso plan de computadoras –dijo–, pero las computadoras, que son la puerta abierta al siglo XXI, no sustituyen al libro.” Mientras, en el céntrico Teatro 3 de Febrero, comenzaban los paneles del congreso. En un día fresco y ventoso, los asistentes se abalanzaban sobre las mesas con café que los esperaban en el hall del viejo teatro, donde en 1994 se inauguró la Convención Nacional Constituyente. Cerca del mediodía se abrió un debate sobre “Educación y trabajo: actuales desafíos”. La viceministra de Trabajo, Noemí Rial; el ex director del Indec Luis Beccaria y la socióloga María Antonia Gallart debatieron junto a los ministros de Educación de La Pampa y de Misiones.

Beccaria cuestionó el pensamiento económico dominante, que ve una relación lineal entre nivel educativo e ingreso. Para el economista, la educación sólo explica una parte de las diferencias de ingreso. “Existen otras variables económicas y sociales asociadas no sólo al individuo, sino también al puesto de trabajo.” Dio como ejemplo tecnologías que se incorporan a determinados empleos que incrementan la productividad del trabajador sin que eso lleve a un mayor ingreso. Por eso, sostuvo Beccaria, “un buen nivel educativo general es imprescindible para facilitar el crecimiento económico, pero además tenemos que tener puestos para que los que se gradúen puedan ocuparlos”. Y advirtió que “el riesgo es la sobrecalificación”.

Noemí Rial admitió que el sistema educativo no garantiza por sí solo un empleo y que el propio trabajo necesita de actualizaciones permanentes. “La educación es fundamental para adquirir la ciudadanía laboral”, insistió. Rial señaló la importancia de reinsertar en el mundo del trabajo a aquellas personas que en las últimas décadas sufrieron el desempleo estructural y recordó que el Plan Jefas y Jefes de Hogar requería “una contraprestación por medio de trabajos sociales o la terminalidad del sistema educativo”. La viceministra anticipó que “en un mes” se dará de baja el Plan Jefas y Jefes, “algo impensado ocho años atrás”.

Gallart se concentró en lo que llamó el “salto al vacío”, es decir, “cómo la escuela puede acompañar este tránsito al mercado del trabajo de la manera menos traumática posible”. Para la socióloga, el sistema educativo debe ser capaz de integrar aprendizajes para aplicarlos en un marco concreto. “Lo que está faltando mucho es el conocimiento de la realidad, y esto es exigencia, no sólo contención”, afirmó entre aplausos. “Queremos integrar gente, pero no integrarla a cualquier precio –agregó–. Con la asignación universal, hay que hacer un gran esfuerzo para que todos puedan aprender.” Criticó las memorizaciones y resaltó la importancia de la matemática y la comprensión de textos. Con escueta moderación del ministro pampeano, Néstor Torres, el cierre del encuentro quedó a cargo el ministro de Educación de Misiones, Luis Jacobo, que resumió el debate: “El desafío de la época es encontrarle la vuelta al asunto en el período más complejo para el mundo del trabajo”.

El congreso termina hoy con las últimas mesas de especialistas y la proyección de un documental sobre el maestro rural Luis F. Iglesias, producido por el canal Encuentro para celebrar del Día del Maestro.

Informe: Federico Poore.