EL PAíS
› LA MAYORIA AUTOMATICA ESTA DISPUESTA A VOTAR
La redolarización no se rinde
Sorpresivamente los supremos consiguieron sumar a Boggiano y rechazaron la excusación de Fayt. Con esas dos movidas volvieron a quedar con posibilidades de dictar la nulidad de la pesificación.
› Por Irina Hauser
La Corte Suprema sigue haciendo milagros. Después de tanto hablar y hablar de los conjueces, Sus Señorías se las arreglaron entre ellos solos para volver a juntar las cinco voluntades necesarias para firmar un fallo de redolarización de los depósitos. En una reunión sorpresiva el miércoles a la noche, con el voto de Antonio Boggiano volvió a entrar en acción la mayoría automática menemista, que resolvió rechazar la excusación que había planteado Carlos Fayt después que se supo que tenía un plazo fijo de 200 mil dólares. “Ahora voy a cumplir con mi deber de fallar”, anunció ayer a la tarde Fayt a sus colegas. Les dijo que se siente “con libertad de espíritu” para eso. El tribunal planea reunirse hoy mismo a las 9.30, aunque no hay certezas de que haya una definición inmediata.
En el Gobierno la preocupación por las movilizaciones del 19 y 20 pasó ayer rápidamente a un segundo plano. A última hora en la Casa Rosada analizaban la posibilidad de recusar al ministro Adolfo Vázquez, por supuesto prejuzgamiento, y evaluaban pedir el juicio político de Fayt, por prestarse a resolver un expediente sobre la pesificación y el corralón habiendo ocultado que tenía dinero acorralado en el Banco Nación.
Para que Boggiano pudiera votar la cuestión del apartamiento de Fayt, antes los supremos tuvieron que rechazar la recusación que los abogados de Nito Artaza habían promovido en su contra a raíz de que el Poder Ejecutivo lo postuló para ocupar un cargo en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Boggiano quedó habilitado así para volver a intervenir con los votos de Julio Nazareno, Adolfo Vázquez, Guillermo López, Eduardo Moliné O’Connor y Augusto Belluscio. Luego, los cuatro primeros más Boggiano hicieron lo necesario para obligar a Fayt a que firmara un fallo que ordene la devolución de ahorros en moneda de origen. “Se descarta todo eventual interés en el resultado de la cuestión”, argumentaron los ministros aclarando que Fayt ya se acogió a un canje por bonos de su dinero.
La increíble sucesión de decisiones repentinas en el tribunal –después de las dificultades para lograr una mayoría– que abre la puerta a un fallo redolarizador, refuerza la teoría de que la pulseada Carlos MenemEduardo Duhalde también se juega a través de la Corte. Duhalde advirtió ayer que un fallo contra la pesificación obligaría “a cambiar el modelo económico”. Y dijo esa decisión podría generar planteos para que los deudores tengan que volver afrontar sus deudas en dólares. Un comentario que sabe que crispa a los cortesanos, que ya le prometieron hace rato que el fallo no tendrá ese efecto e inclusive explicitará que sus alcances se limitan a los depósitos bancarios.
También es cierto que, si los supremos otra vez apretaron el acelerador, es por el posible desembarco inminente en la Corte de Juan Carlos Maqueda (en reemplazo del ex juez Gustavo Bossert) cuya presencia podría alterar resultados en ciernes. “Debe ser un pesificador”, especulaban funcionarios judiciales. La postulación del presidente provisional del Senado, además, a algunos de los ministros les cayó como una bomba de tiempo.
Así las cosas, todo el problema que se desató en la Corte desde que Fayt mostró el certificado de su plazo fijo a su colegas, parece rebobinarse. Aquel episodio había sido apenas después de que trascendiera que Fayt daría el quinto voto necesario –se sumaría a Nazareno, Moliné O’Connor, Vázquez y López– para un fallo redolarizador de los depósitos en el expediente iniciado por la ahorrista de Bahía Blanca María Esther Beratz.
La mayoría está dada otra vez, pero el tribunal tiene que sortear una serie de obstáculos antes de fallar, amén de lo que haga el Gobierno. Un tema que podría retardar la firma de una resolución es que entre los jueces si bien hay coincidencia en que “los depósitos deben ser restituidos en su moneda de origen” y que la ejecución de la sentencia debe ser diferida, no hay consenso sobre qué debe decir la Corte en relación con la instrumentación de la devolución de ahorros. Nazareno yVázquez se inclinan por la opción de que sea el Congreso el que fije las reglas para eso, pero Fayt, Moliné O’Connor y López tienden a creer que por más plazos que se pongan eso difícilmente se cumpla. Ellos prefieren dejar abierta la posibilidad de que los bancos negocien con sus clientes y, si no se ponen de acuerdo, que resuelva cómo proceder el juez de grado. En cuanto a Boggiano, aparentemente, no se definió aún. Hace algunos días hizo circular un borrador donde admitía la redolarización, siempre que se devolvieran bonos del Estado y los bancos.
Todo esto sin contar que tampoco está en claro si lo que tratarán es la causa Beratz o el reclamo de San Luis de sus 247 millones de dólares acorralados, o las dos causas. La gobernadora puntana, Alicia Lemme, ya viajó a Estados Unidos para reclamar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la falta de resolución en ese expediente.
Otro tema que podría derivar en escollo remite a los conjueces que fueron sorteados cuando la excusación de Fayt desarticuló el bloque de cinco. Aunque sea por formalidad, la Corte opinaría sobre la excusación de los conjueces Horacio Vigliani y Ricardo Lona, designaría sus reemplazantes y esperaría cinco días a ver si los recusan o se apartan. También tendría que aguardar a que el único conjuez que quedó en pie, Santiago Kiernan, evalúe la pesificación. “La verdad eso es muy relativo: si tenemos cinco votos no hace falta nada de esto y Kiernan puede darnos luz verde para que avancemos como hizo con la excusación de Fayt”, coincidieron dos ministros consultados por Página/12. En un cóctel de fin de año, Nazareno dijo ayer entre balbuceos sobre el desprestigio que azota a la Corte: “Nosotros vamos a encauzar al país”. Un signo de que hoy, o en los próximos acuerdos antes de fin de año, los supremos seguirán apostando a su juego.