A pesar de que el presidente Eduardo Duhalde decidió suspender a último momento la llamada “Marcha de la Esperanza” o “Plaza del Sí”, su vocero, Eduardo Amadeo, aseguró que el acto hubiera convocado a “cien mil personas”. Sin embargo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, consideró que la decisión presidencial “fue la correcta”.
El acto, que ya estaba organizado casi en su totalidad por militantes bonaerenses, fue desmantelado por orden del mismo Duhalde “cuando se llegó a la conclusión de que existía serio peligro” de que la manifestación “pudiera ser interpretada por la sociedad en general como un elemento de fractura y disociación”, aseveró el portavoz oficial.
Amadeo aseguró que “estaba todo listo para que miles de decenas de personas vivieran a la Plaza, pero Duhalde pidió que la levantaran” luego de mantener una conversación con los participantes del diálogo social, es decir la Iglesia y parte del mismo gabinete nacional, ya que los ministros Jorge Remes Lenicov y Carlos Ruckauf se opusieron desde un principio.
Por su parte, el secretario general de la presidencia, Aníbal Fernández, declaró que se esperaba que la plaza estuviera “llena hasta las orejas”, a la vez que desmintió que los organizadores del acto duhaldista hayan ofrecido dinero a los manifestantes que concurrieran.
En tanto, la senadora justicialista Mabel Muller explicó que el acto fue armado para respaldar a Duhalde quien “recibe presiones de los poderes económicos importantes”. Pero a su turno, el diputado José María Díaz Bancalari sostuvo que la manifestación se suspendió “porque no se quiere la confrontación sino unidad nacional”. Por último, uno de los que apoyó la decisión del levantamiento del acto fue el gobernador bonaerense Felipe Solá al afirmar que Duhalde “no quiere plazas favorables hasta que resuelva alguno de los grandes problemas que tienen los argentinos”.
A pesar de la frustración del acto Duhalde no se olvidó de agradecer “a sus compañeros el fuerte apoyo brindado a su gestión y a su persona”.