EL PAíS › LA PRESIDENTA LLEGó A MADRID Y HOY PARTICIPA DE LA CUMBRE UNIóN EUROPEA-AMéRICA LATINA
En plena crisis europea, Cristina Fernández mantendrá reuniones bilaterales con los primeros ministros de Grecia, Irlanda, Bélgica y Dinamarca. Pidió “intentar otros caminos”, en alusión a las propuestas del FMI.
› Por Santiago Rodríguez
Desde Madrid
Madrid recibió a Cristina Fernández de Kirchner con un apacible y soleado día de primavera, todo lo contrario del invierno económico que tendrán que pasar los europeos y al que la Presidenta se refirió apenas pisó suelo español. “Es un indicio de locura pensar que con los mismos métodos se van a obtener resultados diferentes”, reflexionó –en una repetición casi textual de lo que ya había dicho en una cumbre del G-20–, en alusión a las recetas que vuelve a plantear el Fondo Monetario Internacional para superar la crisis que se cierne sobre Europa. Anticipó así la postura que llevará mañana y pasado a las deliberaciones que se darán en el marco de la VI Cumbre Unión Europea-América latina y Caribe. Deberá transitar el difícil camino de ratificar lo que siempre ha dicho al respecto sin herir las susceptibilidades del dueño de casa, el primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero, decidido a avanzar con un ajuste que ayer mismo llevó a la CGT –una de las centrales sindicales españolas– a movilizarse por las calles de esta ciudad (ver aparte).
Cristina Kirchner y su comitiva llegaron a la Base Aérea de Torrejón poco después del mediodía y al rato se instalaron en el Hotel Intercontinental, donde se alojó también el presidente chileno, Sebastián Piñera. Las medidas de seguridad implementadas en torno del hotel emplazado sobre el Paseo de la Castellana seguramente se multiplicarán hoy, con el arribo de nuevos pasajeros ilustres. Allí pararán también el francés Nicolas Sarkozy, el brasileño Lula Da Silva y el paraguayo Fernando Lugo.
Junto a la Presidenta vinieron a Madrid Néstor Kirchner, quien tendrá en la cumbre su debut como secretario general de la Unasur; el canciller Jorge Taiana; el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini; y la ministra de Industria, Débora Giorgi. El ministro de Planificación, Julio De Vido, arribará hoy. El de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, llegó antes para presidir un foro vinculado con su área, donde se aprobó un documento que será incluido en la declaración final de la cumbre. También viajaron en la comitiva el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el jefe del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja, Agustín Rossi; y los también diputados José María Díaz Bancalari, Juliana Di Tullio, Mariano West y Dulce Granados, con su esposo e intendente de Ezeiza, Alejandro Granados.
La Presidenta se detuvo a hablar antes de subir a su habitación. Entonces expuso sus expectativas en torno del relanzamiento de las negociaciones para la firma de un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, contó que le habían pedido y tendría reuniones bilaterales con los primeros ministros de Grecia, Irlanda, Bélgica y Dinamarca. También dijo que en el marco de la cumbre se plantearían también “otras discusiones con respecto al momento que se está viviendo”. “Podremos tomarle el pulso un poco más en cuanto a cómo están las cosas aquí y para reflexionar de todo lo que está pasando. Creo que será un buen antecedente para las reuniones del G-20 y nos va a permitir tener una visión más acabada, más completa de cómo están viendo los líderes una situación difícil que se viene prolongando en el tiempo”, agregó.
CFK destacó que la crisis “viene desde el año 2007, para ser más exactos” y agregó: “Merecemos reflexiones tal vez diferentes a las tenidas hasta ahora, porque lo que se ha visto hasta ahora no ha servido para conjurar los problemas que, pareciera ser, tienden a profundizarse en vez de solucionarse”. “Hay que intentar otros caminos”, insistió después y trazó un paralelo: “Esto es como cuando uno está enfermo y va al médico. Si la enfermedad sigue, hay que cambiar de médico o de remedio”. Lo último que hizo antes de perderse en el ascensor fue recordar que “Einstein decía que es un indicio de locura pensar que con los mismos métodos se van a obtener resultados diferentes. Lo dije en la primera reunión del G-20, en Washington, cuando George Bush era presidente de los Estados Unidos”.
Mientras la Presidenta hablaba ante los medios, Kirchner siguió de largo a la habitación. Al rato bajó al lobby, pero tampoco quiso hacer declaraciones. Se pidió un té y se instaló frente a un televisor para ver el partido entre el Málaga y el Real Madrid, que no pudo arrebatarle el título al Barcelona en la última fecha de la liga española. Al rato se sumaron para acompañarlo Abal Medina, West, Barañao y el subsecretario de Medios, Alfredo Scoccimarro. Los Kirchner salieron por la noche a comer con el embajador argentino en España, Carlos Bettini. Fueron a La Albufera, donde se sirven arroces especiales. A la mesa se sentaron también Rossi, Díaz Bancalari y Zanini. La alegría era otra vez para los catalanes. En Madrid no había nada que festejar.
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