EL PAíS › EL JUEZ OYARBIDE DIFUNDIó LOS FUNDAMENTOS DEL PROCESAMIENTO DE MAURICIO MACRI POR ESCUCHAS ILEGALES
La resolución le atribuyó al jefe de Gobierno responsabilidad por las escuchas a su cuñado, Daniel Leonardo, y a Sergio Burstein. Destaca el rol del comisario Jorge “Fino” Palacios, designado por Macri, como jefe del espía Ciro James.
› Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
El juez Norberto Oyarbide le atribuyó a Mauricio Macri responsabilidad en las escuchas ilegales a su cuñado, Daniel Leonardo, y al dirigente de la agrupación Familiares de las Víctimas de la AMIA, Sergio Burstein, en base a una secuencia de hechos descriptos en los fundamentos del procesamiento dados a conocer ayer. El policía de su máxima confianza, Jorge Palacios, era jefe de Ciro James y se muestra en las llamadas telefónicas que cada paso que daba James venía precedido de una comunicación de Palacios. Las escuchas a Leonardo se hacen por un conflicto interno en la familia Macri, algo que denuncia el propio Leonardo. Justo cuando intervienen el teléfono de Leonardo, Ciro James resultó designado en forma insólita en el Ministerio de Educación, donde no hizo ningún trabajo y las pruebas de que estaba allí por orden superior son categóricas. Respecto de Burstein, también se verifica que el número lo proporciona Palacios y de inmediato James se comunica a Misiones para que intervengan el teléfono. Según Oyarbide, el móvil fue monitorear los diálogos de Burstein relacionados con la causa AMIA, porque si Palacios resultaba procesado, como efectivamente ocurrió, eso afectaría a la administración Macri.
A lo largo de 70 páginas, Oyarbide y su secretario letrado, Gustavo Russo, fundamentaron el procesamiento del jefe de Gobierno porteño. La acusación fue por violación de secreto, abuso de autoridad, falsificación de documentos y ser partícipe de una asociación ilícita.
Respecto de Leonardo, la secuencia es la siguiente:
Daniel Leonardo acusa a Macri. Oyarbide transcribe: “Atribuyo la pinchadura de teléfono a la relación que tengo con la familia Macri, por medio de mi esposa Sandra Cristina Macri, ya que desde el inicio de nuestra relación, el padre, Franco Macri, se opuso [...] es por ello que creo, sin posibilidad de error, que el Sr. Franco Macri habrá hablado con Mauricio Macri a los efectos de que violaran mi intimidad por medio de pinchadura de teléfono”.
Después de que Leonardo acusó a Macri, hubo una operación para que retirara la acusación. El cuñado sostiene que lo presionaron para que leyera ante la prensa un desmentido, cuyo texto se le mandó por mail. Así se señala en los fundamentos: “Debe resaltarse el particular modo elegido por Mauricio Macri a los efectos de que Néstor Leonardo desmienta públicamente hechos que pudieran involucrar al imputado en autos, los que habían sido expuestos por el propio Leonardo ante esta sede en declaración juramentada. Sin perjuicio de ello, la víctima no accedió a transitar el camino más fácil, por el contrario concurrió ante estos estrados acompañando una impresión del mail que recibió y no leyó ante la prensa”.
El gran protagonista de las escuchas, Ciro James, aparece entonces en el centro de la escena de la operación. Macri declaró que no lo conocía, que tampoco sabía de su contratación en el Ministerio de Educación y desconocía que estaba por ingresar a la Metropolitana.
En el expediente aparece acreditado que el ex ministro de Educación Mariano Narodowski y su ex jefa de Gabinete Roxana Barroso, sostuvieron que James integraba un grupo de abogados de la Universidad de La Matanza, que asesorarían al ministerio. Sin embargo, el secretario Legal y Técnico de la Universidad dijo que nunca recomendaron a James y que no sabían siquiera que James trabajaba en Educación.
Declararon tres abogados de la Universidad de La Matanza. Los tres dijeron que entregaban trabajos mensuales que se llamaban avance de obra, pero James admitió que “no recuerda haber firmado ningún trabajo”. Todos coinciden en que nunca vieron a James en el ministerio e incluso hay contradicciones entre Narodowski y Barroso respecto del trabajo, los horarios y la presencia de James en el ministerio.
El juez hace un resumen. “Hasta aquí se encuentra acreditado, con el grado de precariedad propio de esta instancia, lo siguiente: la inexistencia de constancias respecto de la labor de James en el Ministerio de Educación, la falta de precisiones respecto del origen de la recomendación para que fuera contratado, que percibía el monto máximo permitido para la modalidad de contratación celebrada, que el asesoramiento que prestaba era ‘de carácter informal’, que en un primer momento se ocultó su condición de empleado del Ministerio, que Mauricio Macri intentó desvincularse de la escucha telefónica de su cuñado a través de un comunicado de prensa falso y que afirmó públicamente que era un infiltrado en su gobierno. Así, la totalidad de los argumentos señalados, que encuentran respaldo en el cúmulo probatorio reunido en autos, me permiten colegir que sólo una persona –Mauricio Macri– podría estar interesada en tener acceso a las conversaciones de Néstor Daniel Leonardo y, a la vez, tener un nivel de injerencia, propio de su función pública, que permita llevar a cabo la contratación de James dentro de la órbita del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.”
Continúa el magistrado. “Leonardo hizo referencia, en su testimonio, a las reiteradas ocasiones en que Franco Macri quiso comprar su disolución matrimonial. Como consecuencia de esta conversación –que derivó en una pelea matrimonial entre su esposa, Sandra Macri, y el resto de la familia– se le retiró a Sandra el pago de dividendos que cobra como accionista de la empresa SOCMA, donde detenta un 20 por ciento de las acciones, como así también los intereses de un fideicomiso que tenía fuera del país. Como podrá verse, Leonardo plantea la problemática en torno a su relación matrimonial con Sandra Macri como un asunto de vital trascendencia en el seno de su familia, siendo ello lo que lo llevó a sostener que cree, sin posibilidad de error, que Franco Macri, a través de Mauricio Macri habrían violado su intimidad interviniendo su teléfono.”
Oyarbide hace una secuencia elocuente:
El 2 de mayo de 2008 se pide en Misiones la intervención del teléfono de Daniel Leonardo, sobre la base de una falsa causa por homicidio.
El 8 de mayo el juez misionero ordena la intervención del teléfono.
El 9 de mayo se abre el expediente de contratación de Ciro James en el Ministerio de Educación.
El 23 de mayo la SIDE interviene el teléfono de Leonardo.
El 30 de mayo la Ciudad acepta el contrato de James en el Ministerio de Educación.
El juez concluye que la contratación fue para darle cobertura legal a la actividad ilícita de James y retribuir dicha tarea. A la postura pública de Macri de que a James lo infiltró la Policía Federal, Oyarbide contrapone un argumento sencillo: “Fue el propio Jorge Palacios quien recomendó e incorporó a James a la Policía Metropolitana”.
Respecto de Burstein, el magistrado señala que Macri estaba interesado en escucharlo para hacer un seguimiento de la causa AMIA, ya que un eventual procesamiento de Palacios podría derivar en un grave problema para su gobierno.
En ese tramo del texto, Oyarbide también presenta una secuencia llamativa:
El 6 de agosto de 2009, Palacios llama a James.
Este le devuelve de inmediato el llamado.
La lógica indica que en esa comunicación Palacios le pasó a James el número de Burstein.
En el minuto siguiente, James llama a Burstein, obviamente para chequear que ese teléfono fuera el de Burstein. Es seguro que lo llamó haciéndose pasar por un promotor o alguna excusa semejante.
No bien termina el diálogo, James llama a Misiones y les pide a los policías de esa provincia que gestionen en el juzgado la intervención del teléfono.
El juez de Misiones pide la intervención ese mismo día.
Al día siguiente se produce la misma serie de llamados, pero a la inversa. De Misiones se comunican con James y éste con Palacios.
Los llamados se producen después de las 21, lo que indica que no tenían que ver con un simple aspirante a entrar a la Metropolitana, como pretendió argumentar Palacios.
Oyarbide señala que, ya desde los tiempos de Boca Juniors, Palacios era su estrecho colaborador, así como lo fue el ex gerente del club, Andrés Ibarra. Este último aparece como jefe administrativo del Ministerio de Educación, justo el lugar en el que resultó contratado James, con un sueldo de 6000 pesos por mes.
El juez no dejó de transcribir una notoria declaración de Roberto Digón, ex directivo de Boca, enfrentado a Macri. “Ya en tiempos en que Palacios estaba en club, era conocido como un as en las pinchaduras telefónicas.”
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