La Justicia porteña confirmó ayer la absolución del dirigente de la Federación Tierra y Vivienda Luis D’Elía por el corte de la Avenida Rivadavia que encabezó el año pasado. El fallo comparó esa movilización con las puebladas en Plaza de Mayo de 1811 y del 17 de octubre de 1945, así como con las movilizaciones de Juan Carlos Blumberg. Los jueces de la Cámara en lo Penal Contravencional resaltaron que en esas ocasiones los manifestantes tampoco pidieron permiso para movilizarse y exteriorizar sus reclamos. “Esto significa una derrota grande del macrismo que intentaba ponerle límites al derecho de los pueblos a peticionar”, dijo a Página/12 Luis D’Elía, que recibió la noticia poco antes de viajar a Luxemburgo, donde participará de un foro internacional invitado por una fundación del ex presidente soviético Mijail Gorbachov.

“La movilización organizada por D’Elía no es antijurídica; la misma se ha mantenido dentro de los cauces institucionales, aunque ella hubiere sido masiva y hubiere causado molestias en la circulación de vehículos y transporte público”, argumentó el fallo. La resolución fue dictada por la Sala I de la Cámara en lo Penal Contravencional porteña, en fallo dividido: los magistrados José Sáez Capel y Elizabeth Marum dieron el voto mayoritario, con la disidencia de Marcelo Vázquez.

Los jueces analizaron lo ocurrido el 7 de mayo de 2009, cuando el dirigente social encabezó una movilización desde Liniers hasta la Plaza de Mayo, ocupando todos los carriles de la Avenida Rivadavia. El objetivo de la marcha fue apoyar la candidatura de Néstor Kirchner a diputado y, a la vez, reclamar la inclusión de “más morochos” en las listas kirchneristas. En el juicio oral, D’Elía fue absuelto, pero el fiscal apeló la medida y solicitó que se lo condenara a pagar cinco mil pesos. Ahora, la Cámara deja firme la absolución resuelta por la jueza de primera instancia Cristina Lara.

El tribunal entendió que “en un Estado de Derecho la libertad de expresión no parece que en principio pueda ser limitada por una previa notificación administrativa a la autoridad”. Lo más llamativo del fallo giró en torno de los ejemplos con que argumentaron los camaristas: “Pensar lo contrario hubiera sido como que al Cabildo de Buenos Aires le hubiera tenido que notificar al abogado Joaquín Campana cuando en abril de 1811, acaudillando una riada de gauchos, indios, mulatos y provenientes de la campaña y de los suburbios plebeyos de la ciudad se presentó en Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo) en apoyo de Cornelio Saavedra y los suyos”, afirmó Sáez Capel. “Esa fue la primera real manifestación de nuestra historia patria (...) que 134 años después tendría su expresión mayor en el 17 de octubre de 1945”, con la movilización popular que exigió la libertad de Juan Domingo Perón –una comparación que “asombró positivamente” a D’Elía–.

El juez Sáez Capel también usó como ejemplo las concentraciones convocadas por “el técnico textil” Juan Carlos Blumberg en reclamo de mayor “seguridad” y recordó que ninguna de esas manifestaciones requirió un permiso previo de las autoridades. Además, dio por cierto que la Policía Federal sabía de la marcha, en coincidencia con el argumento de D’Elía, que sostuvo haber avisado al ministro del Interior, Florencio Randazzo, y al jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga. Para culminar, el juez añadió que sería “antihistórico” que el derecho a expresarse dependa de la autorización que dé o no el Estado.

Tras conocer la absolución, D’Elía partirá hoy hacia Luxemburgo, donde presentará en el Foro Político Mundial un documento vinculado con su actividad social, y dará una charla sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.