Desde Beijing

Con el marco de una Plaza Tiananmen adornada con banderas argentinas, la presidenta Cristina Kirchner iniciará esta tarde su actividad en China cuando visite la Universidad Internacional de Negocios y Economía, donde la distinguirán con un doctorado honoris causa. Pero el dato relevante de ayer fue la confirmación de la reunión que se realizará mañana –horas antes de la cumbre entre Cristina y su par chino, Hu Jintao– para resolver el principal litigio que hoy afecta la relación bilateral: las medidas de protección tomadas por Argentina que trabaron la entrada de algunos productos chinos y la represalia asiática materializada en el freno a la estratégica compra de aceite de soja.

Del lado argentino estarán en la reunión el canciller Héctor Timerman, la ministra de Producción, Débora Giorgi; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, y el secretario de Industria y Comercio, Eduardo Bianchi. Del lado chino, el canciller, el ministro de Comercio y sus respectivos secretarios. Por dónde podría llegar el acuerdo todavía no se sabe porque ambas partes mantienen sus posturas. “Estamos lejos”, reconocía anoche uno de los funcionarios que vienen negociando el encuentro.

Argentina aplicó el año pasado medidas antidumping a una cantidad de productos chinos que consideró que ingresaban a un precio demasiado bajo, lo que ocasionaba un daño a la industria nacional. Eso no quiere decir que no puedan entrar al país: pueden hacerlo, pero con un costo mínimo. Integran la lista productos pertenecientes a dieciocho rubros diferentes. Para el gobierno chino es una “barbaridad” y lo ejemplifica con dos datos: representa el 64 por ciento de todas las medidas proteccionistas de las que sus productos fueron objeto el año pasado en América latina y el 56 por ciento del comercio congelado en la región. La ministra Giorgi ya rechazó las acusaciones de discriminación comercial. Explica que las medidas abarcan un total de 231 millones de dólares en productos, apenas el 5,6 por ciento de las importaciones chinas a la Argentina. Otro argumento de peso del lado argentino será el creciente superávit chino en el intercambio bilateral.

Anoche, en la comitiva argentina nadie se animaba a arriesgar un resultado, pero subrayaban como signo alentador que se hubiera fijado un encuentro para discutir este tema específico. No es poco lo que está en juego: Argentina exporta a China unos dos mil millones de dólares anuales en aceite de soja, que ahora están en el aire por culpa de este conflicto.

Las banderas

Domingo de verano, las atracciones turísticas de Beijing ayer quedaron copadas por los mismos chinos, llegados de a miles desde distintos lugares del país. Húmedo y neblinoso, el clima no daba para pasear mucho, pero eso no amilanaba a los chinos que recorrían incansablemente las vastedades de la Ciudad Prohibida. Quienes ingresaban por Tiananmen, además de fotografiarse con la típica imagen de Mao de fondo, también lo hacían con las muchas banderas chinas y argentinas que en el sitio histórico daban cuenta de la visita presidencial.

Cristina Kirchner llegó pasadas las 19 (hora local) al aeropuerto de Beijing, luego de una larga travesía aérea que había comenzado dos días antes, tras los festejos por el 9 de Julio en Tucumán. Además de Timerman y Giorgi, la acompañaron los ministros Julio De Vido y Julián Domínguez, el gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, el diputado Carlos Heller, el titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM), Julio Pereyra, y el intendente de Córdoba, Daniel Giacomino, entre otros funcionarios. Algunos ya se encontraban desde días antes en febriles negociaciones para llegar a tiempo con los acuerdos. El más activo ayer fue el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, área donde recae la mayor parte de los documentos que mañana suscribirán ambos mandatarios.

La Presidenta fue directamente al hotel St. Regis, donde la recibieron dos jóvenes empleadas con un arreglo floral de obsequio. Después de agradecer y saludar, Cristina Kirchner subió a su habitación para reponerse de las muchas horas de vuelo y estar lista hoy para la primera actividad oficial. Los ministros también subieron, aunque Timerman bajó al ratito buscando a Chiaradía, quería que lo pusiera al tanto de las novedades.

Esta tarde, a las 16, esperan a la Presidenta en la Universidad Internacional de Negocios y Economía. Está prevista incluso una foto con los estudiantes en la escalinata del edificio. Luego se reunirá con el titular de la Universidad y le pondrán los atuendos protocolares para la ceremonia de entrega del honoris causa. Allí ofrecerá su primer mensaje en tierras chinas y está prometida una tanda de preguntas. Un buen precalentamiento para mañana, cuando será el turno de los empresarios.