EL PAíS › ACTO DE RESPALDO AL JUEZ ESPAÑOL BALTASAR GARZON EN EL CENTRO CULTURAL HAROLDO CONTI DE LA EX ESMA
Organizaciones defensoras de los derechos humanos le agradecieron al magistrado la apertura de juicios en España cuando en la Argentina estaba vedada la Justicia por delitos de lesa humanidad. Lo apoyaron en su decisión de investigar los crímenes franquistas.
› Por Laura Vales
“Debemos huir de ese gran mal que afectó el siglo XX, la indiferencia. No podemos –y los jueces menos que nadie– volver la cara hacia otra parte”, dijo ayer Baltasar Garzón en el acto de homenaje que organismos de derechos humanos y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación realizaron para respaldarlo. Esta es la primera visita del juez a la Argentina luego de sufrir en su país una ofensiva judicial de la derecha española por la que fue suspendido, acusado de prevaricato, por haber abierto una investigación sobre los crímenes del franquismo. El auditorio del Centro Cultural Haroldo Conti estuvo lleno a pesar del frío polar. Cubiertos por gorros y envueltos en bufandas, cientos de personas, muchos de ellos familiares de las víctimas de la dictadura, se reunieron en el antiguo predio de la ESMA para escucharlo.
Garzón llegó algo tarde, demorado por el tránsito del centro porteño. De traje gris y corbata morada, apenas algunas canas más marcaban el tiempo pasado desde su última visita a Buenos Aires. El juez escuchó los reconocimientos de los oradores que lo antecedieron y después habló él mismo sobre su situación.
“Estoy bien, porque no tengo derecho a encontrarme mal. Las víctimas, que tanto han sufrido, sí tienen derecho a sentirse mal”, aseguró. También se mostró convencido de que la investigación de los crímenes del franquismo no está cerrada definitivamente: “Habrá que continuar luchando por aquello que uno cree que es justo”.
El homenaje fue convocado por Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Comisión Provincial por la Memoria, Familiares, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Servicio de Paz y Justicia, junto con la secretaría ya mencionada. Representantes de estos organismos compartieron con él el panel.
El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, fue el primero en hablar. Mencionó tres razones para reconocer al juez. Le agradeció porque cuando en la Argentina las leyes de Obediencia Debida y Punto Final impedían la posibilidad de buscar justicia, él abrió en España las causas contra los represores argentinos. “El muro de impunidad empezó a resquebrajarse el día en que Baltasar Garzón mandó el exhorto para detener a cuarenta y tantos represores”, recordó. Habló después del aporte que el juez español hizo así “al desarrollo de la justicia universal, cuando ésta empalidecía como un concepto teórico, sin desarrollo real”. Y finalmente defendió la investigación de los crímenes del franquismo, al apuntar que “la memoria histórica de España forma parte de la memoria del pueblo argentino”.
Estela de Carlotto recordó cómo las Abuelas fueron recibidas por Garzón cuando en la Argentina todos los juicios estaban frenados. “Queremos decirle que no está solo”, aseguró la titular de Abuelas. Garzón “se tiene que llevar este calor para que no decaiga, porque es un ser humano que siente el dolor. Pero se tiene que llevar esto para que lo fortalezca, como él nos dio fuerzas a nosotras cuando íbamos a verlo.”
Horacio Verbitsky apuntó que el Poder Judicial español aceptó que Garzón abriera los juicios contra los represores argentinos o contra Pinochet porque eran cosas “que ocurrían en Sudamérica”; pero en cambio reaccionó cuando, con el mismo criterio, el juez se metió a investigar crímenes ocurridos “en el centro europeo”. Para el titular del CELS, “esto es ofensivo para el pueblo español”.
“Garzón ha hecho un aporte fundamental para la lucha del pueblo argentino, y nosotros estamos en deuda con España”, agregó. “Desde acá, desde el culismundi, tenemos la obligación de decir que lo que está ocurriendo en España es vergonzoso.”
Haydée Castelú, de Madres; Aldo Etchegoyen, de la APDH; Cristina Muro, de Familiares, y Hugo Cañón, de la Comisión Provincial de la Memoria fueron otros de los oradores. Como ex fiscal, Cañón defendió el valor de los jueces que actúan para defender a las víctimas. “Aspiramos a tener este perfil de juez, no la figura del juez equidistante del derecho romano, sino el juez que toma partido, desde la ley, por la parte vulnerable”, argumentó.
Más tarde, Garzón retomaría ese concepto: “Ser juez, ante todo, es una profesión para defender a las víctimas. Diciendo esto no se está violando ningún principio de igualdad. No hay que tratar igualmente a los desiguales. El juez es el último recurso al que llegan las víctimas”.
El juez español, que hoy participará del acto por el 16 aniversario del atentado a la AMIA, se llevó del homenaje un acta de solidaridad firmada por 982 organizaciones y personalidades. Ayer, prefirió hablar de los principios de la justicia universal antes que del proceso que le siguen en España. Garzón hizo un solo comentario sobre el freno que le pusieron a su intención de investigar al franquismo. Fue cuando dijo que un país “no puede construirse sobre el olvido”.
“Procedo de un país que ha sufrido durante muchos años la ley del silencio, la ley de la impunidad, que después avanzó por los cauces de una democracia, pero en un olvido permanente de las víctimas”, señaló. “Las víctimas merecen una respuesta y una protección, que se tiene que dar desde muchos ángulos, pero, desde luego, desde la Justicia.”
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