EL PAíS › PELEA EN EL ACUERDO CíVICO Y SOCIAL POR LA FOTO DE RICARDO ALFONSíN CON CRISTINA KIRCHNER
Elisa Carrió se despachó contra Ricardo Alfonsín por haber compartido un escenario en Chascomús con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los cobistas también lo criticaron. La UCR y el GEN lo defendieron. Los socialistas tampoco lo cuestionaron.
› Por Sebastian Abrevaya
La foto de Ricardo Alfonsín y Cristina Fernández en Chascomús erizó los pelos de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Una vez más, la diputada chaqueña tiró por la borda los tibios avances que habían construido con el diputado radical para reflotar el Acuerdo Cívico y Social: “Nunca le pedimos un favor a un corrupto, porque cuando uno le pide un favor a un corrupto termina pactando la impunidad posterior de De Vido cuando uno llega al gobierno”, lanzó Lilita. Desde el alfonsinismo, el titular del Comité Provincia, Miguel Bazze, le respondió que ser oposición “no significa vivir permanentemente en un estado de guerra santa”. El resto de la UCR también respaldó la actitud de Alfonsín, salvo los dirigentes que responden al vicepresidente Julio Cobos, quienes le criticaron que haya protagonizado una imagen similar a la que ellos mismos dieron durante dos años. El GEN de Margarita Stolbizer salió al cruce de Carrió y defendió la actitud de Alfonsín. Desde el socialismo prefirieron tomar distancia del conflicto, aunque remarcaron su permanente “respeto por las cuestiones institucionales”.
La reacción de la líder de la Coalición Cívica despertó un nuevo choque en el seno del Acuerdo Cívico y Social, la alianza entre la UCR, la CC, el Partido Socialista y el GEN, que duró hasta el día después de las elecciones del 28 de junio de 2009. Junto al jujeño Gerardo Morales, el diputado bonaerense fue uno de los más insistentes en sostener aquella sociedad, que lo llevó el viernes de la semana pasada a participar de un acto con Lilita en Junín. Allí ambos se tiraron flores. Carrió dijo que iban a estar “mucho más juntos de lo que todos creen” y Alfonsín que ya no se pelearía más con ella.
Pero la armonía no duró ni una semana. El último miércoles, Cristina Fernández inauguró una fábrica de bloques de cemento en Chascomús, acompañada por los ministros de Interior, Florencio Randazzo; de Planificación Federal, Julio De Vido; de Agricultura, Julián Domínguez; y de Salud, Juan Luis Manzur. Por parte del radicalismo estaban la intendenta Liliana Denot y Alfonsín. Hubo, además, lugar para un homenaje a Raúl Alfonsín.
“No le acepto ninguna invitación ni al Guasón ni a su esposa”, espetó ayer Carrió, en referencia al ex presidente Néstor Kirchner y la Presidenta. Además de descalificar al titular de la Unasur y a la jefa de Estado, Lilita sugirió que el acto con Alfonsín podría significar pactos de impunidad con el kirchnerismo. “La Argentina de hoy causa mucha risa. Los macristas le piden el juicio político a Macri, la oposición se opone a eso y Ricardito se abraza con De Vido. Lo único que falta es que me ponga de novia con el ‘Gordo’ Valor”, ironizó la chaqueña.
Alfonsín prefirió no confrontar abiertamente con Carrió y consideró que las diferencias en torno de su presencia no ponen en riesgo la unidad del Acuerdo Cívico. “Se pondría en riesgo si no tenemos coincidencias en los programas, si hacemos propuestas diferentes o si nos agraviamos entre nosotros, pero no creo que porque alguien pensara que yo no debía estar en ese acto en mi pueblo”, subrayó. Además, Alfonsín remarcó su perfil opositor y sus discrepancias con la Casa Rosada; por ejemplo, en la aplicación del 82 por ciento móvil para los jubilados que cobran el mínimo.
Fue Miguel Bazze, un incondicional de Alfonsín, el encargado de responderle a la chaqueña y también a los dirigentes del cobismo que manifestaron sus reparos. “La presencia en un acto de Estado con la presidenta de la Nación es una muestra clara de una relación madura entre dirigentes políticos y nunca podría vincularse seriamente a pactos con la impunidad”, aseguró Bazze en alusión a la frase de Carrió, en un comunicado cargado de intencionalidad política.
Además, Bazze respondió con dureza las críticas del cobismo, recordando que fueron ellos los que compartieron listas electorales con el PJ “sin sonrojarse” y que se fueron del partido “detrás de una candidatura”. “Es bueno recordar que Alfonsín nunca integró la comparsa de dirigentes cooptados por el kirchnerismo”, remató el radical bonaerense.
Desde las huestes de Cobos habían aprovechado la foto entre Alfonsín y los funcionarios del gabinete para posicionarse en el marco de la disputa por la candidatura presidencial. El intendente de Junín, Mario Meoni, le había recriminado ser “funcional” al kirchnerismo y recordó su buena relación con el oficialismo. Alfonsín y el senador radical Juan Carlos Marino fueron los únicos opositores que participaron de la cena de gala que ofreció el Gobierno por el Bicentenario de la patria.
Más allá de los cobistas, la UCR cerró filas en respaldo al diputado bonaerense. El secretario general del partido, Jesús Rodríguez, señaló que “no hay nada cuestionable” en su actitud. “Nosotros somos de verdad democráticos, creemos en el diálogo y en la tolerancia. No podemos cuestionar a los caníbales y practicar la antropofagia”, lanzó.
Como en los tiempos de la convocatoria al diálogo político realizado por el Ejecutivo luego de la elección del 28 de junio, Carrió se quedó en absoluta soledad aún dentro de su propia fuerza. Antes de conocerse las declaraciones de Lilita, uno de los dirigentes de su círculo más íntimo relativizó importancia del acontecimiento y hasta naturalizó que Alfonsín participara del acto oficial, ya que se trataba de la ciudad del diputado bonaerense y de su padre, homenajeado durante la actividad.
Producto de aquella diferencia sobre el diálogo, Margarita Stolbizer se alejó de la Coalición Cívica y consolidó su propia fuerza política. Ayer, al conocerse el entredicho consideró que “de ninguna manera se puede poner sospechas ni descalificaciones” sobre Alfonsín y que su participación junto a la Presidenta fue “correcta”. “Si reclamamos diálogo debemos estar dispuestos a dialogar”, concluyó Stolbizer.
Más moderados, como es su costumbre, en el socialismo no quisieron quedar en medio de la controversia. En diálogo con Página/12, el presidente del PS, Rubén Giustiniani, tomó distancia del conflicto, aunque recordó que “el Partido Socialista siempre ha sido muy respetuoso de las cuestiones institucionales”. Además, recordó que bajo esa idea de respeto los socialistas habían participado del diálogo político.
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