El gabinete nacional sale a jugar de lleno en las internas del peronismo en la provincia de Buenos Aires. Después de comentarlo en privado, Aníbal Fernández anunció que también está dispuesto a pelear en las internas bonaerenses. La lista de ministros que podrían presentarse como posibles candidatos incluye ya a Florencio Randazzo y Amado Boudou, una estrategia que en la Rosada dicen alentar para multiplicar las alianzas territoriales del kirchnerismo y reactivar al PJ. ¿Pero el jefe de Gabinete llegará realmente a ser candidato? En el Gobierno recuerdan que, para las elecciones a gobernador de 2007, Néstor Kirchner lo mantuvo entre las alternativas posibles, cabeza a cabeza con Daniel Scioli.

“Yo nunca me bajé”, dijo el jefe de ministros cuando le preguntaron por su virtual candidatura. Señaló que “no estará ausente” en la contienda donde se definirán los nombres que competirán el próximo año en las elecciones. Y respecto del gobernador y su deseo de buscar una reelección en la provincia, aseguró: “Yo tengo el mayor de los respetos y cariño por Scioli, pero creo que tienen que haber otras opciones”.

Aníbal Fernández ingresó así en la enorme lista de precandidatos autoproclamados que pelearán el control de la provincia. Dentro del Gobierno, otros nombres en juego son los de los ministros del Interior y de Economía, que llevan meses reclutando aliados en el interior bonaerense. Las aspiraciones de Fernández aparecieron además en un escenario que, tierra adentro, discute el lanzamiento de la corriente Colina, de Alicia Kirchner, y el pedido de Hugo Moyano de asumir la presidencia del PJ en lugar de Alberto Balestrini.

Una fuente de la Rosada señaló dos datos que legitimarían el ingreso de Fernández en la contienda. Por un lado, sus antecedentes políticos dentro del PJ, con más de 25 años de vida dentro del partido. Por otro lado, sus antecedentes institucionales: Fernández fue intendente de Quilmes, secretario de Gobierno bonaerense y luego ministro de Trabajo de Carlos Ruckauf; senador nacional por la provincia de Buenos Aires; en 2002 entró al gabinete nacional como secretario general de la Presidencia, durante el gobierno de Eduardo Duhalde; ministro de la Producción y luego ministro del Interior de Néstor Kirchner, de Justicia con Cristina Fernández y ahora jefe de Gabinete. “Es uno de los más legitimados para aspirar a ese puesto”, señaló la fuente. Y recordó, por último, que en 2006 él era uno de los posibles candidatos a gobernador, alentado por Kirchner; integraba un listado de nombres junto a Randazzo y a Julio Alak, cuando Scioli aún estaba pensando en la Capital. Cuando los últimos números confirmaron que el actual gobernador tenía mejor imagen, se abandonó esa alternativa.

De todos modos, todavía nada está definido. En el peronismo de la provincia se dice lo mismo que puede escucharse dentro de la Rosada: Fernández puede ser un puente del kirchnerismo con los sectores descontentos con el sciolismo, aquellos que se fueron con Felipe Solá y Eduardo Duhalde. Su incorporación parece responder a las señales que está dando el kirchnerismo para hacer jugar a todos dentro del PJ, activar el partido y mantenerlo como eje del debate político. No es momento, dicen, de decisiones definitivas: “Si en este momento se cierran listas –indica un operador ligado a Sergio Massa–, terminás alentando a los que no entraron a buscar aliados en otro lado”.

Para el sciolismo, en tanto, la estrategia sigue siendo instalar a Francisco de Narváez como el principal oponente. Desde allí, aseguran que la polución de candidatos no es un problema porque compiten entre ellos y porque Scioli sigue siendo el candidato con mejor imagen, “el único –afirman– capaz de ganarle a De Narváez”.