Como si fuera un repentino despertar, ayer el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenego, reconoció que en lo que respecta a controles de obras en construcción “está todo por modificarse”. “Está clarísimo que hay que ir cambiando, mejorando, ir viendo si no hay que cambiar algunas cuestiones que tienen que ver con inspecciones puntualmente de pozos”, reconoció Montenegro, a cuatro días del derrumbe del gimnasio en Villa Urquiza, donde murieron tres personas y once resultaron heridas. Mientras tanto, anoche la Legislatura porteña se aprestaba a aprobar un pedido de informes al Ejecutivo sobre la actuación previa al derrumbe.

“Lo que causó el derrumbe fue un pozo lindante con edificios viejos, con cimientos viejos”, explicó Montenegro, quien siguió el libreto de su jefe Mauricio Macri y responsabilizó por la tragedia al ingeniero Guillermo Heyaca Varela, a cargo de la edificación. “El profesional dijo: ‘Yo voy a hacer esto’. Y no lo hizo. Lo hizo totalmente distinto a lo que había planteado y había presentado los papeles con una carga de responsabilidad en que eso se iba a hacer así”, se quejó. Sin embargo, el funcionario admitió que “a ese tipo de excavaciones habría que controlarlas de otra manera”.

Este espíritu modificador nada tendría que ver con el despido del jefe de los inspectores de la Ciudad, Raúl Ríos. Según Montenegro, no se le pidió la renuncia por su falta de experiencia en la gestión pública y escasa formación (su último trabajo fue de encargado de mantenimiento de los quinchos en el club Boca Juniors). Incluso el ministro comentó que la Agencia Gubernamental de Control, durante los ocho meses de gestión de Ríos, “ha mejorado su calidad de trabajo día a día y ahora parece que él es el culpable de todo”. Tampoco se lo señaló como responsable político por el derrumbe, “sólo está pagando por un error personal”, dijo Montenegro.

Ya se sabe: Ríos se tomó un tiempito en medio del rescate de las víctimas para cumplir con su cargo en la comisión directiva de Boca y votar en contra del contrato que finalmente firmó ayer Juan Román Riquelme con el club.

El jefe de Gobierno porteño, quien le soltó la mano el miércoles pasado, ayer le tiró un beso de despedida, mediante la red social Twi-tter: “Oscar Ríos es una persona honesta que ejerció muy bien su rol en la Agencia (de Control Gubernamental). Cometió un error al ir a Boca y por eso le pedí la renuncia”.

Mientras tanto, luego de aprobarse en la Comisión de Planeamiento Urbano, avanza el pedido de informes al Poder Ejecutivo porteño por lo ocurrido en Villa Urquiza. “Puede pasar que los legisladores se cansen o se haga muy tarde por el debate de la comisión investigadora por las escuchas ilegales. Pero se va a aprobar”, confió anoche un vocero de la legisladora Silvina Pedreira, titular de esta comisión en la que circularon, además del suyo, varios pedidos de informe por parte del kirchnerismo, Diálogo por Buenos Aires, la UCR y la Coalición Cívica, entre otros.

“Es importante conocer si se tomaron las previsiones correspondientes”, señala la resolución. También se pide información sobre trámites de permiso de la construcción que motivó el derrumbe, los nombres de los profesionales involucrados y que se “consignen inspecciones realizadas y sus resultados”. Otro de los objetivos es saber si hubo denuncias sobre el predio lindante al gimnasio y el curso de las mismas; además, se requiere conocer las sanciones administrativas previstas para los responsables. Asimismo, se piden detalles de la coordinación entre la Policía Federal, la Metropolitana, bomberos y SAME.