Eduardo Duhalde evitó los ambages.
–Yo no voy a ser el candidato. El candidato sos vos.
Néstor Kirchner lo miró, incrédulo. Pero el Presidente comenzó a llamar delante suyo a gobernadores y también intendentes del conurbano bonaerense. A todos les repitió la frase. Por eso al salir de la quinta de Olivos, el último martes, el gobernador de Santa Cruz sintió que el respaldo esta vez iba en serio. “Es un gesto de suma generosidad, y que tengo que agradecer”, asume ante Página/12.
–¿Es el caballo del comisario?
–No, yo soy el candidato de siempre, ahora con mayor impulso para generar un espacio, un frente nacional y popular. Evidentemente que es gratificante que sectores del peronismo bonaerense, gobernadores como Felipe (Solá) y (Gildo) Insfrán aporten a consolidar este polo de poder.
–¿No teme ser uno de los tantos globos de ensayo que el Gobierno lanza?
–No quiero caer en comparaciones odiosas. Yo soy candidato a presidente llueva o truene. Estoy convencido de que recibiré fuertes apoyos, como los que ya tuve de Duhalde, de Balestrini, de Alak...
–¿Cree que si las encuestas no reflejaran un crecimiento suyo el Gobierno hará nuevas alquimias para evitar los comicios?
–Hablo hace mucho tiempo con Duhalde. Soy el único gobernador que lo acompañó en el proceso de elección de 1999. Después tuvimos diferencias en cuanto a resoluciones de tipo institucional que se llevó adelante en el 2001, después de la salida de la Alianza del Gobierno. Pero siempre mantuve una excelente relación personal, de respeto mutuo. Lo aprecio. Y le aseguro que el 27 de abril hay elecciones porque creo en la palabra del Presidente. Me lo dijo el otro día: “Hay que darle certidumbre al país, certidumbre interna e internacional para que vean que la Argentina es un país serio”.
–¿Qué más le dijo Duhalde cuando dio el guiño a su candidatura?
–Me elogió la capacidad de gestión... Fue generoso conmigo y me apoyó... Me dijo que trabajáramos por la renovación.
–¿Hará fórmula con Felipe Solá?
–No hablamos de la fórmula. Ese tema se va a resolver en dos semanas.
–¿Descarta que sea Chiche Duhalde su compañera, como alguna vez se dijo y como le gustaría al Presidente?
–Ya le dije que todavía no voy a hablar de la fórmula.
–¿De qué hablaron hoy (por ayer) con Solá en La Plata?
–Fue una reunión muy buena. Sentí afecto y respaldo de él.
–¿Hay alguna posibilidad de que las elecciones a gobernador de Buenos Aires se hagan el 27 de abril, de tal forma de mover al “aparato bonaerense” a favor de su candidatura?
–No lo sé.
–Se lo pregunto porque todavía aparece alguna resistencia de parte del “aparato bonaerense”, que prefería la candidatura de Duhalde
–No sé, no sé.
–Anoche algunos le reprochaban el gesto que tuvo el año pasado, al poner un avión de la gobernación para que un diputado suyo votara contra las pretensiones de Duhalde por la controvertida la Ley de Quiebras
–Para mí fue un error derogarla. Yo respeté la posición de Duhalde y él la mía. Nada más. Podemos tener posturas distintas en algunos temas.
–Pero estimo que le gustaría el apoyo del “aparato bonaerense”.
–A mí me gustaría tener el apoyo de todos los compañeros peronistas, de los independientes, del Frepaso... Hoy me llamó Rafael Bielsa para respaldarme... Militantes radicales y vecinales... La cosa es amplia.
Hay muchísimos gobernadores peronistas que ya lo harán público. Me encantaría que me acompañen todos. Pero sobre todo, más que los dirigentes, quiero que me acompañe la gente.
–¿Aun así no quiere saber nada con una interna en el PJ?
–Si ahí habría fraude... Yo siempre dije: padrón general, voto obligatorio y primarias. El país no aguanta un papelón más como pasó en la interna radical.
–Entonces irá a las elecciones por afuera del PJ o proponiendo la llamada “variante Romero”, donde el peronismo puede presentar más de un candidato
–Puede ser “la variante Romero”. Lo que seguro no voy a apoyar son las leyes de lemas tradicionales, porque no dan la legitimidad necesaria al gobierno que viene. Y las internas en el PJ tampoco, porque se harían con padrones que nadie sabe cómo se armaron. Son incontrolables.
–El menemismo no tardó en desafiarlo. Alberto Kohan dijo que Menem le gana en dónde sea y cuándo sea.
–Menem y Kohan no le pueden ganar a nadie porque no pueden salir a la caminar la calle en la Argentina. Menem se tiene que dar cuenta de que su tiempo se termina. Lo mismo Kohan. Lo que estamos construyendo no es para ganarles a ellos sino a los fantasmas del pasado y este modelo tan injusto que nos tocó vivir en la Argentina. Que Menem y Kohan se vayan preparando, que viene un nuevo tiempo. Las encuestas lo van a certificar. Es cierto que hay una corporación cuasimafiosa que no quiere desaparecer del mapa político. Y ahí obviamente incluyo a Menem. Y yo voy a terminar con Menem.
–¿Se considera el único que le puede ganar a Menem?
–Yo voy a trabajar en la construcción de un espacio amplio para garantizar la reconstrucción institucional de la Argentina. Después del “que se vayan todos” creo en esta etapa de la refundación de la Argentina, que tras el proceso de implosión que vivió este país es necesario profundizar. Y voy a terminar con la Argentina de exclusión social, de corrupción estructural, de concentración espectacular, tan injusta como en la peores épocas.
–¿Va a terminar con el “modelo de Menem” y aspectos de este que mantiene el gobierno de Duhalde?
–Sí. Vamos a hacer una construcción absolutamente alternativa a lo que está hoy vigente. Pero también reconocemos que hay aciertos en la gestión de Roberto Lavagna en Economía, Ginés González en Salud y Juanjo Alvarez en Seguridad. Nosotros queremos ser generosos. No es todo blanco y negro.
–Estuvo a punto de aliarse con Elisa Carrió. Hoy aparece más que nunca como uno de sus principales rivales.
–Tengo respeto a la diputada. Coincidimos en distintos momentos el año pasado y no tengo dudas de que vamos a coincidir en el futuro.
–Veo que no se diferencia.
–La respeto muchísimo.
–Si eventualmente fueran a un ballottage, ¿por qué la gente debería votarlo a usted y no a ella?
–No voy a descalificar bajo ningún aspecto a mi adversaria Carrió ni a Rodríguez Saá, que hizo una buena administración pero con quien no coincidimos en algunos temas. Yo voy a hablar de mi proyecto de producción y de trabajo. Con Menem es distinto: digo lo que hizo y que está a la vista porque nadie lo puede ignorar.
–¿Le va a disputar votos a Carrió como candidato de la centroizquierda?
–Yo soy el candidato de los trabajadores y el empresariado nacional. También tengo una excelente relación con la CTA y esto es público.
–Insisto: ¿será el candidato que va a completar lo que hizo Duhalde o el que va a cambiar lo que se viene haciendo?
–Hay que rescatar lo positivo de esta etapa, pero vamos hacia un proceso productivo y de trabajo que es lo que falta.
–Repartió elogios a Lavagna, Ginés González y Alvarez. De ser presidente ¿mantendría en su cargo a alguno de estos ministros?
–No es apropiado hablar de eso.
–¿Cómo se condice su acercamiento con Duhalde, después de haberlo acusado hace un año, con dureza, de haber aplicado el ajuste más feroz que recuerde?
–Con el proceso de implosión de la Argentina esto fue así. Gracias a Dios hay cambios que permiten imaginar ahora un momento distinto...
–También aseguraba a los cuatro vientos que Duhalde quería ser presidente a toda costa.
–El tiene toda la legitimidad para ser candidato. Pero tuvo un gesto importante al renunciar a esa posibilidad para garantizar la institucionalidad de la Argentina.
–En el lugar de José Manuel de la Sota, que ahora se quedó sin el apoyo de Duhalde, ¿usted qué haría?
–No voy a hablar por él.
–¿Cree que Reutemann se encolumará con usted o con Menem?
–Espero que todos los peronistas me apoyen a mí y no al pasado.
–¿Mantiene la misma actitud crítica con los bancos, como la tenía cuando se produjo el corralito?
–Yo había propuesto entonces crear un fondo fiduciario para que los argentinos recuperen el ahorro como corresponde. Claro que insisto con mis críticas y con la necesidad de realizar políticas para que vuelva el crédito y así reactivar la economía. Queremos pasar de un sistema impositivo regresivo a otro progresivo, donde se grave a los que más ganan.
–¿Es de los que pregonan la necesidad de acordar con el FMI o no?
–Si es un acuerdo racional, sí.
–¿Realmente se ve presidente?
–Humildemente le digo: voy a ser presidente.