Dom 12.01.2003

EL PAíS  › UNA ENCUESTA MUESTRA QUE PARA UNA MAYORIA
EL ASESINATO DE GARCIA BELSUNCE NO SE RESOLVERA

Impunidad y silencio con doble apellido

Que la víctima sea de una familia de buena posición e influencia social explica para seis de cada diez encuestados por qué la Justicia se mueve en cámara lenta. A la vez, la mitad piensa que habría más resultados si se tratara de “Garcías” y no de “Garcías Belsunce”. La visión crítica de la policía, la familia y la Justicia.

Por Raúl Kollmann y Horacio Cechi

Seis de cada diez personas creen que el homicidio de María Marta García Belsunce no se resolverá nunca y una amplísima mayoría cree que la clave de la impunidad y la lentitud de la Justicia es que se trata de un caso que afecta a una familia de buena posición e influencia social. Además, casi ocho de cada diez personas creen que la familia actúa mal o muy mal, las críticas a la policías son también mayoritarias y entre los consultados la corazonada es que detrás del asesinato hay una cuestión de dinero y negocios financieros.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada en exclusiva para Página/12 por la consultora Ibope OPSM, que lidera Enrique Zuleta Puceiro. En total se entrevistó a 600 personas en Capital y Gran Buenos Aires, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. El trabajo se hizo entre jueves y viernes, se procesó durante el día de ayer y la dirección técnica estuvo a cargo de Isidro Adúriz y Julián Lisa.
Debe tenerse en cuenta que la encuesta busca determinar lo que la gente percibe, las impresiones que tiene. Por supuesto que el ciudadano común no conoce la causa judicial, no opina con pruebas a la vista y tampoco tiene formación en los terrenos legales, pero es muy significativa porque expresa su confianza –o mejor dicho, su desconfianza– respecto de la Justicia y la política en este y otros casos, dice lo que piensa sobre el comportamiento de la familia y marca un poco el clima que existe en la Argentina frente a hechos que creen se están tapando o encubriendo.
Lo primero que llama la atención es el escepticismo: el 60 por ciento piensa que el asesinato de María Marta no se va a esclarecer. Es curioso, porque no se trata de un homicidio en el que el círculo de sospechosos es vastísimo y en el que casi no hay datos. Aquí existe la certeza de que el asesino estaba y seguramente sigue estando en el country Carmel y que el listado en la mira no debe exceder la decena de nombres. Igual, la gente cree que el caso se está tapando y que en hechos similares en la Argentina el culpable se salió con la suya.
La lentitud de la Justicia es una figura instalada en la sociedad y también la mayoría cree, en este caso y en otros, que los ricos y famosos tienen privilegios. Respecto del asesinato de María Marta existe una verdadera polémica, no sólo en el público en general, sino también entre quienes rodean el caso. Algunos insisten en que la actitud correcta es la del juez Julio Lucini, que es quien investiga los certificados de defunción truchos: ya detuvo a once personas, las interrogó, procesó a dos y dejó a todos en libertad porque el delito es excarcelable, aunque algunos pueden volver a ser detenidos en los próximos días. En cambio, el fiscal Diego Molina Pico, que investiga lo más grave, el homicidio, por ahora no sólo no detuvo a nadie sino que ni siquiera llamó a indagatoria a los familiares por haber tapado el crimen.
-Según la óptica de la encuesta, es porque de por medio hay una familia de apellido, dinero y poder.
- En la controversia entre especialistas, algunos sostienen que eso es cierto y que Molina Pico necesita estar muy seguro de lo que va a hacer porque se encontró con fiscales y jueces que son amigos de los García Belsunce, y además éstos tienen abogados de fuste, por lo que se está jugando su carrera. Todo fiscal quiere ser juez, al fin y al cabo.
- Están por otro lado los que defienden al fiscal argumentando que hará las detenciones cuando tenga las pruebas y que lo peor que puede hacer es meter entre rejas a alguien y que después, por falta de evidencia, tenga que largarlo a los pocos días.
- No faltan tampoco quienes creen que si mete tras las rejas al esposo de María Marta, Carlos Carrascosa, y al cuñado, Guillermo Bártoli, ambos cabezas visibles del encubrimiento, la verdad del asesinato va a salir a la luz. Y que el fiscal no avanza en ese terreno por el temor al apellido familiar y al rebote que puede venir de un clan que supuestamente tiene tanta influencia social.
El otro dato de la encuesta es que, por olfato, quienes más se lanzan a dar una opinión creen que detrás del crimen hubo un tema de dinero y negocios financieros. En segundo lugar, bastante lejos, aparece la cuestión pasional. Entre quienes participan de la investigación, la impresión es la contraria: que María Marta tenía alguna relación –la policía insiste en que era con una mujer– y que eso desató un drama pasional. Pero como en verdad el caso no está esclarecido, la pregunta sigue abierta.
Lo que la gente no cree es que hubo un robo, justito lo que la familia está esgrimiendo con más fuerza. De manera que si el caso se encamina hacia allí, lo más probable es que los ciudadanos, en forma abrumadora, se lleven la impresión de que le van a echar la culpa a un perejil.

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