Mar 07.09.2010

EL PAíS  › TRAS LA REUNIóN CON BULLRICH, EL CONFLICTO EN LOS COLEGIOS AMENAZA CON AMPLIARSE

Tomas de escuelas con final abierto

El ministro de Educación se encontró con que a la reunión asistieron 30 escuelas más de las 26 hasta ahora en conflicto. Su plan no conformó a todos los estudiantes. Hoy habrá asambleas en cada escuela. Y el viernes, nueva reunión con Bullrich.

› Por Carlos Rodríguez

El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, mantuvo ayer una pulseada despareja en el marco del conflicto en 26 escuelas por demandas edilicias. Tuvo que verse, en realidad, con representantes de 53 escuelas, porque algunos secundarios que hasta ahora estaban en silencio se sumaron a los reclamos y amenazan con intensificar el conflicto. De todos modos, anoche Bullrich consideró que el encuentro tuvo “muy buen resultado” y confió en que se está “avanzando hacia una solución”. Lo cierto es que hay escuelas que están de acuerdo con el plan de obras presentado por el gobierno porteño, mientras que otras lo consideran “totalmente insatisfactorio”. El ministro ofreció que se haga un monitoreo conjunto de las obras, con participación de estudiantes y legisladores.

A partir de hoy, el plan Bullrich será testeado en asambleas que se realizarán en cada colegio y la Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios (CUES) no descartaba que se retomaran las tomas en los colegios que rechazarían la oferta oficial. Lo que propicia la CUES es que las medidas sean apoyadas “por todos los colegios, incluso los que están de acuerdo con el plan. Estos deberían actuar en solidaridad con los que no han tenido respuestas positivas y, además, porque todos tenemos desconfianza en las promesas del gobierno. La búsqueda de la unidad es una forma de evitar que nos metan el perro”, anticipó a Página/12 un vocero de la organización que está coordinando la protesta.

Las diferentes posturas se resumen en la opinión de dos referentes estudiantiles. Juan González Montaner, del Mariano Acosta, sostuvo que Bullrich les entregó “un plan de obras para cada colegio en particular y la mayoría fue bien recibido, aunque hay otros que no estuvieron de acuerdo, y por esa razón sus alumnos están dispuestos a volver a las tomas”. González Montaner dijo que, en su caso, tendrían que resolver “un par de detalles” que serán analizados en una asamblea que se va a hacer mañana miércoles. El representante del Mariano Acosta aclaró, a pesar de todo, que “si la mayoría de los colegios rechaza el plan de obras, no-sotros nos vamos a sumar a esa medida, en solidaridad con los compañeros de otros colegios”. En el caso del Mariano Acosta, las obras comenzarían el 15 de este mes y finalizarían en 540 días.

Fernando Ramal, del Normal 1, dio una visión distinta: “Nos entregaron las propuestas, pero a muchos de los que estuvimos en la reunión nos parecieron totalmente insatisfactorias y por esa razón esta semana vamos a analizar en asambleas por escuela la posibilidad de seguir con las tomas, porque ése es el único camino. En todos los colegios estamos de acuerdo en que la solución es para todos por igual o para ninguno. Por eso nosotros creemos que la mayoría de los colegios va a seguir tomada”. Más allá de las diferencias de los pronósticos, todo se va a resolver primero en las asambleas por colegio y luego en una reunión de la CUES.

Los representantes de los colegios que quedaron disconformes con el plan de obras de inmediato presentaron contrapropuestas que el ministro Bullrich se comprometió a analizar de aquí al viernes próximo. Ese día habrá una nueva reunión entre el funcionario porteño y los representantes de los 26 secundarios en conflicto. A la reunión de anoche concurrieron 63 alumnos en representación de 53 escuelas, las 26 que están en conflicto desde hace tres semanas y otras que recién ahora se están organizando a través de sus centros de estudiantes para sumarse al conflicto. También se hizo presente, acompañando a los chicos, una delegación de 15 padres, “algunos de los cuales no están de acuerdo con las tomas, pero igual nos están acompañando”, aclaró Fernando Ramal.

Anoche, luego de la agitada reunión con los estudiantes, el ministro Bullrich dijo en declaraciones a la prensa que era “optimista” respecto del logro de una salida al conflicto estudiantil. Al mismo tiempo, aunque son más las escuelas que podrían entrar en conflicto, sostuvo que “el problema está bajando en intensidad, porque desde hace una semana sólo hay cuatro o cinco escuelas tomadas, sobre las 1200 que tiene la Ciudad de Buenos Aires”. Del mismo modo, insistió en que en las escuelas que fueron tomadas “se van a cumplir los 180 días de clases que marca la ley, aunque haya que estudiar los sábados o seguir hasta diciembre”.

El gobierno porteño se comprometió a iniciar los trabajos de infraestructura en los 26 colegios, en plazos que van de una semana a 30 días a lo sumo, aunque las obras importantes demandarán en algunos casos 240 días y hasta 540 días, como es el caso del Mariano Acosta. De todos modos, los representantes estudiantiles plantearon que el plan “es insatisfactorio porque no alcanza a todos por igual”. Itai Hagman, dirigente universitario que participó ayer de la movilización y del encuentro con Bullrich, confirmó que hay otros colegios secundarios que se sumaron a las deliberaciones “porque, aunque no estuvieron hasta ahora en el conflicto, podrían sumarse porque sus escuelas tienen los mismos problemas edilicios que los demás”. Hagman pertenece a la agrupación Lobo Suelto –en su rama universitaria–, considerada una de las más importantes en el actual conflicto en los secundarios.

Según Hagman, la decisión sobre si se sigue o no la toma se podría tomar recién el viernes próximo, luego de la nueva reunión con el ministro de Educación. En la reunión de ayer, los estudiantes lograron convencer a las autoridades ministeriales de que realicen un monitoreo en las escuelas que hasta ahora no estaban en el conflicto, para analizar la situación edilicia en cada una de ellas. Bullrich propuso a los estudiantes organizar una mesa mensual de diálogo con alumnos, padres y legisladores para el seguimiento de las obras de infraestructura escolar.

Los delegados estudiantiles que se reunieron con Bullrich coincidieron en afirmar, luego del encuentro, que lo que buscan es “que se ejecute la totalidad del presupuesto destinado a infraestructura, que las refacciones se realicen este año y para todos los colegios, con plazos bien establecidos”. Desde el vamos, ese reclamo es imposible de responder satisfactoriamente. Algunas obras, como se dijo, durarán hasta por lo menos el año próximo. Lo que sí puede resolverse rápido son algunas mejoras en los baños, en las instalaciones eléctricas, en la búsqueda de lugares destinados a la materia educación física o en las instalaciones de gas y de estufas, algo que tiene poco valor en esta época del año, cuando ya se termina el invierno.

El ministro Bullrich entregó ayer un plan de obras global, especificado en 38 carillas, que estuvo acompañado por un cuadro de precisiones, obra por obra, colegio por colegio. En el Colegio Nicolás Avellaneda, por ejemplo, hay trabajos menores, como luces de emergencia, matafuegos y recarga de matafuegos o reparación de grietas, que se harían en cinco o diez días, y un plan de recuperación edilicia y ampliación de aulas que demandaría no menos de 270 días.

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