La decisión del oficialismo de repetir el escenario del voto “no positivo” y forzar el desempate de Julio Cobos en la votación que llevaba las jubilaciones al 82 por ciento del salario mínimo vital y móvil reconfiguró la interna radical entre el vicepresidente y el diputado Ricardo Alfonsín. “El Gobierno siempre buscó confrontar con Julio Cobos y después decidió no pegarle más para que se vaya diluyendo. Ahora cambiaron de estrategia y lo quieren levantar de nuevo porque Ricardito está muy bien en las encuestas”, aseguró ayer un importante operador parlamentario del alfonsinismo. “Resulta claro que hay motivos irracionales por el odio que le tienen a Cobos. Pero se equivocaron porque Cobos va a sumar para la UCR igual que Alfonsín”, interpretó el diputado cobista Daniel Katz.

La caída del vicepresidente en las encuestas y la suba en la popularidad del diputado bonaerense podría tener un punto de inflexión a partir de la nueva votación del mendocino en contra del gobierno nacional. Cobos decidió ayer hablar con algunas radios que lo esperaban en la puerta de su casa, pero evitó confrontar de lleno con el Gobierno (ver aparte). Partió rumbo a Necochea para participar de un acto partidario y luego sumarse a la cena del coloquio de IDEA en Mar del Plata. “El Gobierno está haciendo un gran esfuerzo por hablar de esto y no del veto al 82 por ciento móvil para los jubilados”, sostuvo Katz en diálogo con Página/12. Sin embargo, en la presidencia del Senado revelaron cierta satisfacción de ver a Cobos en la tapa de los diarios como responsable de un aumento a los jubilados que ayer mismo fue vetado por Cristina Fernández.

“La Presidenta se puso en jefa de campaña de Cobos. Lo mejor que nos podía hacer es tildarlo de okupa”, aseguraron en el cobismo, satisfechos con la embestida oficial contra el ex gobernador. Una importante espada del cobismo reconoció, incluso, que ya están en marcha unos sondeos para medir la repercusión de lo sucedido y que los resultados preliminares son “muy positivos”.

Si bien era una de las posibilidades, desde el cobismo admitieron que los “sorprendió” la decisión oficial de hacerlo desempatar a Cobos. En el despacho del vicepresidente sabían que el resultado estaba ajustado, pero creían que terminaría a favor del aumento jubilatorio por uno o dos votos. “Alguien cometió un grave error de cálculo. Si la tradición es esperar detrás de las cortinas hasta que la oposición junte los 37, ¿para qué dio quórum el Gobierno, para perder?”, se preguntó un miembro de la mesa chica del cobismo.

En el entorno del vicepresidente sostienen que lo que sucedió el miércoles significa la victoria del ala dura del kirchnerismo, de “los halcones” sobre “las palomas”, en torno de la mejor estrategia para dejar fuera de carrera al vicepresidente. Los diputados Luis Cigogna y Héctor Recalde planteaban que lo mejor era dejar de hablar del vicepresidente, mientras que sus compañeros Carlos Kunkel o Carlos “Cuto” Moreno apuntaban a desgastarlo con fuertes críticas. “Se dieron cuenta de que subió Alfonsín, pero que Cobos no cayó como ellos esperaban, en definitiva subió la UCR”, analizó un cobista.

Los alfonsinistas coinciden con la hipótesis de que el Gobierno decidió dejar de “ningunear” a Cobos, pero lo atribuyen al crecimiento y la instalación del hijo del ex presidente como candidato de la UCR. Fuentes del radicalismo en el Senado aseguran que el senador kirchnerista Luis Viana había consultado al jefe de bloque Miguel Pichetto para abstenerse y no dejarle el escenario servido a Cobos para alzarse con el triunfo. “Consultaron a la Rosada y les dijeron que dejaran que se produjera el empate”, relató a este diario un radical todoterreno. La misma fuente sugirió que la misteriosa ausencia sin aviso del senador por Catamarca Oscar Castillo estaba vinculada con una especulación del vicepresidente para lograr un empate que le haga ganar el terreno perdido en los últimos meses. Aunque fuentes cercanas a Cobos sostienen que el senador no atendía su teléfono y solamente lograron comunicarse con su secretario privado, los alfonsinistas insisten en que el catamarqueño estaba en Buenos Aires y su ausencia fue coordinada con el titular del Senado. Por la tarde de ayer, Castillo difundió un ambiguo comunicado en el que aseguraba no haber participado de la sesión para no convalidar “una situación de bloqueo mutuo” entre el oficialismo y la oposición.

Entusiasmados por los resultados que muestran algunos sondeos, en el entorno del hijo del ex presidente consideran poco probable que cambie el escenario. “El 80 por ciento del partido ya está con nosotros, no creo que haya modificaciones”, sintetizaron. Lo cierto es que en el alfonsinismo seguirán con detalle cómo impacta el nuevo acontecimiento en la imagen de ambos precandidatos: cuánto crece o decrece cada uno y si en caso de sumarle a Cobos, le resta votos al Gobierno o se los saca a Alfonsín. Los que respaldan la candidatura del dirigente del Morena consideran que el cambio de estrategia oficial se debe a que el hijo del ex presidente podría captar a parte del electorado kirchnerista porque tiene un perfil más “progresista” que el vicepresidente. En ese contexto, Alfonsín mantiene su lanzamiento como candidato para el 26 de octubre en un lugar a confirmar de la Capital Federal y aspira a polarizar con el gobierno nacional para dejar de lado a sus eventuales competidores.

Desde el Comité Nacional que conduce Ernesto Sanz también comparten la idea de que el oficialismo buscó jugar dentro de la interna radical para evitar que Ricardo Alfonsín se consolide definitivamente como el postulante de la UCR para el año próximo.