EL PAíS › DE NARVAEZ INSISTE CON QUE LAS PUERTAS DEL PERONISMO DISIDENTE ESTAN ABIERTAS PARA EL GOBERNADOR
El diputado del Peronismo Federal pasó de denostar a Scioli a los elogios. Ayer volvió a decir que “si deja el kirchnerismo” seguramente tiene un espacio disponible entre los disidentes. Desde la gobernación no hubo respuesta.
Quizá dudó sobre si había sido lo suficientemente explícito la primera vez. Quizá busca convencerlo con la insistencia. O quizá sólo quiere poner nervioso a sus contrincantes a nivel nacional. El caso es que Francisco de Narváez dejó en claro que su oferta hacia el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, sigue en pie: “Si decide dejar al kirchnerismo, no tengo ninguna duda de que tiene un lugar” en el peronismo opositor.
Por ahora, el gobernador no aceptó el convite.
El empresario de medios cambió sustancialmente su discurso hacia Scioli. De denostarlo sin compasión (“No tiene personalidad, ni carácter para ser gobernador”, fue de lo más suave que le dijo) y cuestionarlo con su prédica sobre la inseguridad en la provincia, pasó sin solución de continuidad a tener un discurso conciliador y hasta seductor hacia el mandatario provincial, por cuyo cargo el Colorado planea competir en 2011.
De Narváez intentó tender puentes para una eventual alianza con Scioli: los dos tienen varios dirigentes en común. El más obvio es José Scioli, hermano y ex secretario de la gobernación bonaerense, que forma parte de la mesa chica de De Narváez y trabaja –entre otras cosas– en su proyecto en la Capital. Otro es el ex ministro de Asuntos Agrarios bonaerense Emilio Monzó, otro de los integrantes del círculo del Colorado, con buenas relaciones con los intendentes peronistas.
De Narváez se ocupó de hacer pública su oferta a Scioli en el último coloquio de IDEA: allí hizo su giro discursivo y dejó de mofarse del gobernador (“Dicen que va a saltar, pero yo lo que vi hasta ahora es que saltó de la provincia de Buenos Aires y apareció en Santa Cruz al lado de Kirchner”, fue otra de sus chistes poco amables). En su lugar, le regaló adjetivos como “equilibrado” y “prudente” y dejó en claro que no descartaba una alianza con él “si se aparta del kirchnerismo”. “El puente es el respeto personal y la diferencia es que Scioli es parte de un gobierno con el cual no comparto la mayoría de las cosas. Tenemos una diferencia política. Pero hay un respeto personal y una amistad con él”, se esforzó por acercar posiciones. Aseguró que si rompiera con Kirchner, entonces no tendría “ninguna diferencia con él”. El ex mandatario Eduardo Duhalde, por su parte, se había mostrado escéptico: dijo que no lo veía a Scioli participando de la interna del Peronismo Federal.
El intento de quebrar la alianza Scioli-Kirchner llega en un momento propicio. Los dos tuvieron un encontronazo público, cuando el ex presidente le preguntó en un acto en el Luna Park “quién le ata las manos”. Como trasfondo, el gobernador da señales de querer ensayar su propia candidatura a presidente, que no admite ni descarta ante las cámaras. Desde las primeras líneas del kirchnerismo –incluidos cinco gobernadores– le respondieron que los candidatos son Cristina Fernández o Néstor Kirchner. Y ningún otro. Hasta ahora, la sangre no llegó al río, pero De Narváez siempre está dispuesto a dar una ayudita.
Ayer el Colorado reiteró su oferta: “Si Daniel Scioli decide, desde su lugar como gobernador de la provincia de Buenos Aires, dejar al kirchnerismo y su metodología e integrarse a un proceso con otros dirigentes que expresamos la moderación y la vocación de transformar positivamente la Argentina, no tengo ninguna duda de que Daniel Scioli tiene un lugar”, lo invitó, con su mejor sonrisa. “Si Scioli es parte del kirchnerismo como lo ha sido durante los últimos siete años, claramente es un límite para mí”, advirtió.
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