Organizaciones sociales, políticas y gremiales realizaron ayer cortes de tránsito y medidas de fuerza en la Autopista Panamericana, en los trenes, en el Aeroparque Metropolitano y en el subte, para repudiar el crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra. Empleados estatales y docentes agremiados en ATE y CTA cumplieron también un paro en todo el país en repudio al crimen, cuestionaron las políticas empresarias de “tercerización” y condenaron la existencia de “matones” en las filas sindicales. Además de la movilización a Plaza de Mayo hubo marchas en Neuquén, Entre Ríos, Mendoza, Mar del Plata, Rosario, Córdoba y Bahía Blanca. Sumado a cortes de calles en las capitales de Jujuy y Tucumán.

Las protestas fueron encabezadas por delegados de base y trabajadores, así como también por partidos, grupos de izquierda y piqueteros, que repudiaron el asesinato del joven de 23 años. La jornada de protestas, que concluyó con la marcha multisectorial a Plaza de Mayo, se inició entre las 6.30 y las 9.30 en el Acceso Norte, a la altura de General Pacheco, donde trabajadores de Kraft Foods y sectores de izquierda cortaron el tránsito en forma total. No se registraron incidentes, pese a que Gendarmería –que destinó un nutrido grupo de efectivos antidisturbios– contaba con una orden judicial para desalojar. “La burocracia sindical de la Unión Ferroviaria de la Lista Verde de José Pedraza es la responsable directa de este asesinato”, acusaron los gremialistas de la ex Terrabusi.

Cerca de las 8, otras organizaciones sociales y delegados cortaron la circulación del ramal del Ferrocarril Belgrano Norte, que une Retiro con Villa Rosa, durante tres horas, en el partido bonaerense de Pilar. Desde las 10, otro grupo de militantes sociales, encabezados por el Polo Obrero, los grupos piqueteros de la Corriente Clasista y Combativa, el MST, Quebracho, MTR y CUBa se concentraron sobre avenida Pavón y marcharon a la zona de Barracas donde fue asesinado Ferreyra. En paralelo, otro grupo hizo un corte, durante una hora, en las vías de la estación de trenes de Avellaneda, impidiendo la circulación de la línea Roca, tanto en el ramal diésel como en el eléctrico. La medida se realizó en repudio del crimen y en demanda de la reincorporación de las personas cesanteadas al grito de “Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical”.

Al mediodía, miembros de la Asociación de Personal Aeronáutico, que agrupa a los trabajadores de tierra, realizaron una retención de tareas durante el recambio de turnos, que provocó algunas demoras en los vuelos de Aerolíneas Argentinas y de LAN. Finalmente, entre las 15 y las 17 los metrodelegados del subte levantaron los molinetes y permitieron viajar gratis a los pasajeros, como forma de repudio al crimen.

La huelga general convocada por CTA contó con un alto acatamiento en la administración pública, escuelas y universidades de todo el país y generó además la adhesión de agrupaciones piqueteras como la CCC y del gremio Luz y Fuerza de Mar del Plata, que cumplió la medida de fuerza durante cuatro horas. El paro dispuesto por la Ctera tuvo una adhesión “superior al 90 por ciento en la Capital Federal y en Buenos Aires”, informaron fuentes gremiales. En Córdoba, la medida de fuerza entre los docentes fue total, al igual que en Rosario. En el resto del país el acatamiento fue dispar. Sumado a esto, los trabajadores realizaron marchas en Entre Ríos, Mendoza, Mar del Plata, Rosario y Córdoba y protagonizaron cortes de calle en Jujuy y Tucumán.

Más de 300 personas integrantes de asociaciones gremiales, políticas y estudiantiles participaron de la movilización que se llevó a cabo en el centro de Bahía Blanca, pasadas las 17. En Córdoba, en tanto, se concentraron miles de manifestantes convocados por los distritos locales de CTA y ATE, Partido Obrero, Izquierda Socialista, Frente Cívico y Social, movimiento Libres del Sur, entre otras. Sin provocar incidentes, se desplazaron por el microcentro de la capital cordobesa y tras protagonizar una “sentada” frente al edificio de la delegación local de la Policía Federal, llegaron hasta las inmediaciones de la Casa de Gobierno, donde volvieron a exteriorizar sus reclamos por el crimen de Ferreyra.