Dom 24.10.2010

EL PAíS  › LA OPOSICIóN BUSCA ACELERAR SU OFENSIVA LEGISLATIVA SESIONANDO A PLENO DURANTE NOVIEMBRE

Senado trabajando en contra a tiempo completo

Para que el año no cierre con el feo recuerdo del 82 móvil y el veto, los anti K quieren poner en la agenda los superpoderes, la Magistratura, el Presupuesto, los ATN y la reglamentación de los decretos presidenciales.

› Por Sebastian Abrevaya

El Senado tendrá, sin embargo, dificultades para sesionar cada semana hasta fin de año. Imagen: DyN

La oposición en el Senado no quiere terminar el año con el recuerdo del 82 por ciento móvil para los jubilados –vetado por la Presidenta– como máximo logro del fogoneado recambio legislativo. Por eso los caciques del Grupo A buscarán intensificar la actividad parlamentaria en noviembre y hasta se entusiasman con la posibilidad de sesionar todas las semanas, algo que no consiguieron en lo que va del año. La reglamentación de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), los superpoderes, el Presupuesto y la reforma del Consejo de la Magistratura son algunos de los temas en agenda que podrían plantearse para las próximas sesiones.

En principio, la semana próxima el Senado no sesionará debido al Censo del miércoles 27. De todas maneras, los opositores tienen en los días venideros la ardua tarea de conseguir dictamen en algunos de estos temas, que son considerados “conflictivos” para el gobierno nacional. Durante el último debate, en el que se trataron temas vinculados con la inseguridad, el pleno del cuerpo resolvió convocar al plenario de comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales para el 2 de noviembre, con el objetivo de juntar las 8 firmas necesarias sobre la reforma del Consejo de la Magistratura, que ya fue aprobada por Diputados. La norma establece, entre otras cosas, que el Consejo de la Magistratura pasará de 13 a 18 miembros, ocho de los cuales son integrantes de la “corporación judicial” y siete electos por la voluntad popular. Fuentes de la oposición aseguraron que la intención es insistir con la media sanción de la Cámara baja y así convertir en ley la reforma.

Respecto de los DNU, también con media sanción de Diputados, la reglamentación planteada por el arco opositor establece un criterio mucho más riguroso para la plena vigencia de esa herramienta del Poder Ejecutivo: la aprobación expresa de ambas Cámaras. Hasta ahora, sólo era necesaria una de ellas. Además, establece un plazo de 60 días para que el Congreso se expida mientras que en la actualidad siguen en vigencia hasta tanto no haya una determinación del Parlamento. A diferencia del Consejo de la Magistratura, el Senado ya cuenta con dictamen de comisión sobre esta iniciativa, por lo que ya podría tratarse el 3 o el 10 del mes próximo, si es que el Grupo A junta los 37 senadores necesarios para el quórum.

Ese será el máximo obstáculo para los bloques opositores en el Senado, alcanzar los senadores para habilitar la sesión. Hasta ahora, sólo en un puñado de situaciones ha logrado vencer la resistencia del oficialismo ante temas rechazados por el Ejecutivo. En la última sesión, la del aumento del 82 por ciento móvil para los jubilados, el Frente para la Victoria que conduce Miguel Pichetto bajó al recinto ante la inminencia de que la oposición consiguiera el número mágico, incluso con la ayuda de alguno de sus integrantes. Como en cada sesión, el delicado equilibrio de la Cámara alta exige revisar caso por caso el porotómetro.

Por fuera de ese combo de proyectos institucionales, la oposición aspira a colar en el último tramo del año dos temas económicos: la eliminación de los superpoderes y el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Ambos temas irán de la mano del debate respecto del Presupuesto Nacional. La Cámara alta deberá esperar que se apruebe en Diputados, aunque por los anticipos del Grupo A en el oficialismo ya barajan la idea de gestionar en 2011 sin presupuesto, con una prórroga del actual.

Si queda tiempo, el conglomerado opositor apunta también a tratar el proyecto de normalización del Indec, que ya fue aprobado por el Senado, pero cuyo texto será modificado a la brevedad en Diputados y deberá volver “en segunda revisión”, tal como dice la jerga parlamentaria. Los caciques de la Cámara alta no ocultaron su enojo por la actitud de Proyecto Sur, que por su insistencia en hacerle modificaciones, le quitó la posibilidad de una victoria al Grupo A en un contexto de magros resultados.

Más allá de la manifestación de deseos, en cada uno de estos casos el antikirchnerismo deberá traspirar la camiseta para lograr quórum y conseguir la aprobación. Llegando ya a fin de año, el kirchnerismo sólo tuvo la estruendosa deserción de Adriana Bortolozzi y, con sus internas, mantiene su bloque de 31 legisladores, además de tres aliados estables y un aliado eventual. Los opositores, en cambio, juntan unas inestables 36 voluntades. Deberán hacer su máximo esfuerzo a tentar a algún senador del otro bando para habilitar las sesiones. Los casos más sensibles son los del chubutense Marcelo Guinle o el misionero Luis Viana, del FpV, y el aliado neuquino Horacio Lores, entre otros.

La ansiedad opositora tiene un motivo claro: el año que viene, con el calendario electoral desdoblado del nacional en muchas provincias, tanto oficialistas como opositores coinciden en que la actividad parlamentaria disminuirá considerablemente producto de las campañas políticas.

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