Dom 24.10.2010

EL PAíS  › EL CAMBIO EN EL VINCULO ENTRE NESTOR KIRCHNER Y DANIEL SCIOLI

Una relación con “nuevo equilibrio”

Con cuidado, en medias palabras, en el entorno del gobernador bonaerense admiten que se calmaron las aguas desde el enfrentamiento público con el ex presidente. Las ambigüedades, las especulaciones y las desconfianzas.

› Por Fernando Cibeira

En medio de las versiones que surgen a diario, en el entorno de Daniel Scioli lo máximo que llegan a admitir es que el gobernador mantiene hoy un vínculo diferente con Néstor Kirchner. “La relación tiene un nuevo equilibrio”, analizaba uno de sus principales colaboradores, lo que debía interpretarse como un mayor plano de igualdad entre ambos aunque, al menos por ahora, “sin dejar de reconocer el liderazgo político que ejerce Kirchner”, como añadía. Supuestamente, nada más que este matiz cambió. En La Plata aseguran que continúan formando parte del armado oficial y que todo indica que allí permanecerán. ¿Pero Scioli quiere ser candidato a presidente o a gobernador? “Nuestro proyecto apunta a revalidar lo que se ha hecho en la provincia de Buenos Aires, pero todavía no es tiempo de hablar de candidaturas”, es la ambigua fórmula a la que echan mano. Y de vuelta a las especulaciones.

Lo que actuó como divisoria de aguas fue aquel acto del mes pasado en La Boca en el que Kirchner le reclamó a Scioli que dijera quién le ataba las manos para combatir la inseguridad. Hoy reconocen que aquello fue más traumático de lo que admitieron entonces y que el gobernador quedó afectado. Aún no lo terminan de digerir. “Por ahí a Kirchner le salió sin pensarlo, pero lo cierto es que empezó el discurso avisando que iba a decir cosas que no le gustarían a todos lo que estaban ahí”, recuerdan, como si todavía lo estuvieran escuchando.

A eso le siguió el no menos citado encuentro a solas en Olivos, del que aseguran que Scioli no contó mucho, más allá de que fue muy bueno porque pudieron decirse lo que pensaban y reconstruir la relación. En ese lugar nace la hipótesis del “nuevo equilibrio”, por el que desde entonces pudo verse a un Scioli moviéndose con mayor soltura en eventos tan poco K como el coloquio de Idea o la cena de Conciencia, deslizándose como novia entre las mesas sacándose fotos con “adversarios-amigos” como Eduardo Duhalde o Mauricio Macri, dando pábulo a una nueva tanda de rumores. Los últimos estuvieron alimentados por Francisco de Narváez, hasta hace poco ultracrítico de la gestión bonaerense, que ahora no deja de insistir con que Scioli tiene las puertas abiertas del peronismo opositor.

En el gobierno bonaerense ya no hacen declaraciones al respecto. “No podemos salir a desmentir a cada rato lo que dicen de nosotros”, explica el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, en Mar del Plata, donde anoche compartía una actividad con el gobernador. “Seguimos en lo de siempre, trabajamos y no pensamos en candidaturas”, insiste, como un mantra.

“Lo que dejan en claro esos rumores no es ninguna novedad: la oposición no tiene candidato”, marcan en el entorno del gobernador, donde insisten en la pertenencia de Scioli al armado del oficialismo con las particularidades del caso. “Néstor es una persona difícil, pero Daniel también debe ser difícil a los ojos de Néstor”, dicen desde ese lugar donde todos se llaman por el nombre de pila. En tono comprensivo, narran que si ambos suman es justamente porque son diferentes y así se complementan. Aunque también –de nuevo la ambigüedad– marcan que puede que en los primeros años del gobierno hiciera falta un liderazgo fuerte como el de Kirchner y que ahora sea una etapa para mayor diálogo y consenso, más en el estilo que cultiva el gobernador bonaerense.

“La esencia de las personas no cambia y ellos no han dejado de ser iguales en público”, definen en la gobernación, para marcar cuál puede ser el futuro rumbo de Scioli. Una actitud que distingue a Scioli en su carrera, subrayan, ha sido la fidelidad al proyecto en el que se encuadra. Por eso, frente a los rumores de un alejamiento del oficialismo, piden que se chequee la postura en público de Scioli, aun la post-La Boca. “La actitud de Daniel se mide en los momentos difíciles y él siempre está para ponerle el cuerpo”, responde el vicepresidente del Banco Provincia y portavoz de la gobernación, Gustavo Marangoni. Recuerda que el gobernador fue de las primeras voces del oficialismo que días atrás salió a defender el veto de la presidenta Cristina Fernández a la ley del 82 por ciento móvil a las jubilaciones. “Algunos ahora te vienen a medir el aceite a ver qué tan kirchnerista sos, pero me gustaría saber dónde estuvieron ellos en cada momento complicado durante estos años”, azuzan en la gobernación bonaerense.

Al menos por ahora, entonces, en el entorno de Scioli dan por hecho la continuidad dentro del oficialismo, al que no suelen decirle kirchnerismo. Como al pasar, Marangoni también recordó esta semana que “el peronismo no tiene dueño”. La duda que persiste es si en 2011 buscará revalidar títulos en la provincia o imagina que es el momento para apuntarle a la Casa Rosada, con la primera opción de ser el candidato del justicialismo oficialista y, en caso de que la idea no camine, serlo el de la vertiente anti-K.

“La voluntad de Scioli es completar el cambio que empezó en la provincia”, contesta Marangoni. En la gobernación bonaerense ponían de relieve la megacena que encabezaba anoche Scioli en el Hotel Hermitage de Mar del Plata frente a una importante cantidad de intendentes bonaerenses. Era la presentación oficial del plan que ideó Santiago Montoya para dividir la provincia en nueve regiones con el objetivo de descentralizar la administración. “Esa es una idea a futuro, que va a llevar mucho ponerla en marcha. ¿Alguien perdería tiempo en eso si está pensando en irse?”, argumentaban.

Pero, es innegable, no todos a su alrededor piensan de la misma manera. Hay quienes imaginan un futuro separados del kirchnerismo y hay quienes ven en el próximo turno una chance inmejorable de ir por la Presidencia. “Sí, son los que dicen ‘animémonos y andá’”, ironizaba un funcionario.

Hasta ese punto llegan las definiciones. En cuanto se quiere ir un poco más allá, la respuesta queda en puntos suspensivos. “De candidaturas hablamos el año que viene”, corta Alberto Pérez, en medio de los preparativos para la cena. “Si Scioli se mantiene arriba en las encuestas es porque la gente lo ve que está encima de los problemas de la provincia. Si aparece pensando en candidaturas estaría frito”, insisten. Lo evidente es que Scioli y su entorno ya no se imaginan en un mero rol de reparto para el año que viene.

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