EL PAíS › EL DIRIGENTE FERROVIARIO FUE DETENIDO ACUSADO DE COMANDAR LA PATOTA, EL BARRA ES BUSCADO POR TIRAR
Según la Justicia, uno organizó la agresión a los militantes que buscaban cortar la vía y el otro sería uno de los tres tiradores. No fue señalado por los agredidos: lo habría identificado uno de la patota, arrepentido.
› Por Laura Vales
Pablo Díaz, dirigente de la Unión Ferroviaria y hombre clave de José Pedraza, fue detenido en el marco de la investigación del crimen de Mariano Ferreyra. Díaz fue señalado por numerosos testigos como la persona que comandó la patota que el miércoles atacó a los tercerizados del Roca que, junto a militantes de izquierda, intentaron cortar las vías del tren en Avellaneda. La hipótesis de la investigación es que habría sido además el responsable de reunir a un grupo de barrabravas que hicieron de fuerza de choque de la Unión Ferroviaria. Este es el primer detenido de la causa en la que hay además un prófugo, Cristian Favale, barra de Defensa y Justicia. Según el juzgado, Favale habría sido quien disparó contra el militante del Partido Obrero, causándole la muerte.
A Díaz lo detuvieron ayer por la tarde en Adrogué, en un local de la Unión Ferroviaria. Es el hombre fuerte del sindicato dentro del ramal del Roca y ocupa el cargo de representante de la UF ante la Ugofe, el ente que administra la empresa.
La presencia de Díaz al frente de la patota está documentada por testigos y filmaciones. El miércoles, antes de que Mariano Ferreyra fuera asesinado, hizo de vocero del grupo de la Unión Ferroviaria y advirtió ante las cámaras de televisión que “los trabajadores” no iban a permitir que se cortaran las vías. Hablaba todo el tiempo con un Nextel; fuentes de la investigación aseguraron que recibía órdenes de Juan “el Gallego” Fernández, el adjunto de la Unión Ferroviaria.
El prófugo Cristian Favale habría sido señalado como el autor material del asesinato por un testigo de identidad reservada. Como la causa está bajo secreto de sumario, sobre este punto sólo se conocen por ahora versiones. El testigo sería un integrante del grupo de la Unión Ferroviaria, que habría sido reclutado para impedir el corte de vías, pero que, espantado por el asesinato, se acercó a la fiscalía a declarar. El es quien habría identificado a Favale, de quien habría dicho además que estaba de remera roja.
Una fuente allegada a la investigación dijo a Página/12 que se cree que fue el único tirador y que usó un arma de calibre 38, que es la que hirió a Elsa Rodríguez y de la que también se encontró una vaina en el lugar del enfrentamiento. Los testigos entrevistados por este diario hablan, en cambio, de que hubo hasta tres personas con armas de fuego. La identificación de Favale como tirador no salió de los testigos del PO ni de los trabajadores tercerizados, según pudo constatar este diario.
Favale tiene 37 años, vive en Florencio Varela y le dicen “Gordo” y el “Tatuado”. Es considerado integrante de la segunda línea de la barra brava de Defensa y Justicia. Tiene una página en Facebook, donde ayer su mujer le escribió “Yo confío en vos, amor...” y otros familiares le mandaron mensajes de apoyo. Pero lo que causó una inesperada sacudida política fue que entre las fotos de la página, hay varias donde Favale aparece posando junto al ministro de Economía, Amado Boudou, y el de Educación, Alberto Sileoni. Desde el Gobierno salieron rápidamente a despegarse del prófugo y señalaron que las fotos fueron tomadas en una peña que se realizó en septiembre en la confitería Puerto Rico, ubicada en Alsina al 200. “La organiza Boudou todos los miércoles y es de entrada libre, va cualquiera. Con Favale no hay ninguna relación: él fue a la peña y les pidió sacarse la foto, no hay nada más”, aseguró un vocero. De la misma manera, Favale se cruzó en el lugar con la periodista Sandra Russo y le pidió retratarse con ella.
El barrabrava no fue encontrado en dos allanamientos que se hicieron en Florencio Varela, y anoche la policía continuaba buscándolo.
La hipótesis de la investigación es que Pablo Díaz, como hombre fuerte de la Unión Ferroviaria en el ramal, organizó al grupo agresor. Además de convocar a trabajadores del ferrocarril, habría reclutado a los barrabravas, entre los que llegó Cristian Favale, para apretar a los activistas de izquierda. Durante todo el operativo de apriete, Díaz habría estado en comunicación con el adjunto de la UF, el Gallego Fernández.
No era la primera vez que la patota corría a las agrupaciones de izquierda, opositoras a Pedraza en la interna sindical y que venían liderando el reclamo por el pase a planta permanente de los tercerizados. El mes pasado les habían impedido hacer un acto en el hall de Constitución. Y en la semana previa al asesinato de Mariano Ferreyra habían hecho una campaña pegando en los trenes volantes que advertían: “Los trabajadores no cortamos las vías”.
Para la abogada del PO, Claudia Ferrero, la hipótesis de los investigadores es verosímil. “Coincide con los datos que tenemos. Nosotros sabemos, por nuestros testigos, que la mayoría de la patota estuvo formada por trabajadores del taller de Remedios de Escalada, que son miembros de la lista Verde (de Pedraza), que a la patota la comandaba Díaz, y nuestra impresión es que los que dispararon eran tipos contratados, barrabravas. Sabemos además que existe un mail que mandó Pedraza (el secretario general de la Unión Ferroviaria) a la patronal, solicitando que la empresa le diera el día libre a 120 trabajadores para que fueran a impedir el corte de las vías”. Ese mail es el que buscó la Gendarmería el jueves, cuando allanó las oficinas de la Ugofe, de donde también se llevó legajos.
En el expediente hay testigos de dos vertientes: por un lado están los damnificados, que van reconstruyendo lo que sucedió el miércoles. Ellos cuentan que al ser atacados por la patota se defendieron, por lo que en la cuadra de Perdriel y Luján los dos grupos se agarraron a los golpes, con palos y piedras, hasta que las agrupaciones de izquierda (estaban el PO, el Movimiento Teresa Rodríguez, Convergencia de Izquierda y trabajadores despedidos) lograron hacer retroceder a los de la Unión Ferroviaria. Entonces, cuando los de la UF tuvieron que recular, dos o tres integrantes de la patota sacaron las armas y les dispararon. Además de causar la muerte de Ferreyra, hirieron a Elsa Rodríguez –quien quedó en coma con un balazo en la cabeza–, a Nelson Aguirre y a Ariel Pintos.
La otra vertiente de testigos son trabajadores del Roca cercanos a la lista Verde, que son los que conocen con nombre y apellido a los integrantes de la patota. También declaró en el expediente Alfonso Severo, que trabajó en el Roca hasta hace un año, donde ocupó un cargo de dirección como gerente de área de Ferrobaires. Severo denunció que la semana pasada le balearon la casa, y asegura que en el Roca operan grupos armados de la Unión Ferroviaria junto a barrabravas de Banfield, de Defensa y Justicia y de Lanús. Según Severo, estas patotas están vinculadas al duhaldismo a través de figura de Alberto Tressa.
Estas son las dos líneas que aparecen en el expediente. Todavía está por verse si ambas coinciden, si todas las sospechas tienen sustento y si entre los damnificados hay quien pueda reconocer a los que hicieron fuego. En la causa, bajo secreto de sumario anoche se continuaban realizando instrucciones. Además del detenido Díaz y del prófugo, hay otros sospechosos que están bajo la lupa judicial.
Muchos de ellos son dirigentes de la Unión Ferroviaria en los Talleres de Remedios de Escalada, como Jorge Krasacoski, que es congresal suplente de la seccional Sur del Gran Buenos Aires y los delegados de los Talleres Ricardo Arias y Gustavo Alcorce. Otro integrante de la patota ya identificado es Aldo Amuchéstegui, quien habría formado parte de la barra brava de Banfield y es encargado de coches de los Talleres. También se está tirando del hilo de un grupo que, comandado por Héctor Carruega, quien trabaja en Ferrobaires, ha sido denunciado por aprietes y amenazas.
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