EL PAíS › EL TESTIMONIO DE JESúS BONET, SECUESTRADO JUNTO A GASTóN GONçALVES
Bonet, quien está detenido por un delito común, tenía 14 años cuando compartió el camión celular con Gonçalves. A él lo torturaron, militaba en la JP y recordó cuando la patota comandada por Patti se llevó a su compañero.
› Por Alejandra Dandan
El de Jesús Bonet era uno de los testimonios más esperados del juicio por el secuestro y el crimen de Gastón Gonçalves. El hombre que ahora tiene cincuenta años tenía catorce cuando quedó secuestrado con el militante de la Juventud Peronista en el camión celular que estuvo estacionado en el predio de la comisaría de Escobar. Ayer declaró como testigo en el juicio contra Luis Abelardo Pa-tti. Aseguró que fue torturado por el ex policía, también dijo que Pa-tti lo torturó a Gastón, que le decía que era oficial segundo de Montoneros y que lo iba a matar.
La audiencia en el descampado de José León Suarez se inició como en las últimas semanas. El ex comisario de Escobar Fernando Meneghini se sentó solo en el sector destinado a cuatro acusados. Los condenados generales Reynaldo Bignone y Omar Riveros no ingresan a la sala y Luis Patti ayer ni siquiera se presentó en su ambulancia. Los médicos de la Clínica Fleni de Escobar donde el represor permanece internado aseguraron en un escrito que por las condiciones de salud deben limitarse sus traslados al “mínimo indispensable”. La jueza Lucila Larrandart, a cargo de la presidencia del Tribunal Oral Federal de San Martín, no lo autorizó de inmediato. Pidió que lo revisaran los peritos de la Corte Suprema de Justicia antes de aceptarlo. Bonet se sentó poco después en el escenario del auditorio municipal Hugo del Carril donde se lleva a cabo el debate. Quedó de espaldas al tendido de imágenes de los desaparecidos y sobrevivientes de Campo de Mayo que siguen ocupando las primeras hileras de la sala. Al público le llamó la atención una imagen de pocos momentos antes. Bonet, que está detenido por una causa del ’94, que no tiene nada que ver con la causa y es una víctima de los delitos de lesa humanidad, entró al auditorio con las manos esposadas: ninguno de los generales condenados o de los represores policías que están acusados entran a la sala de esa misma manera.
Ana Oberlín, de la querella, le preguntó al arrancar si conocía a Gonçalves. “Sí –dijo Bonet–, era amigo mío, militamos durante más de tres años juntos en la Juventud Peronista. El apareció por el barrio cuando yo tenía doce años, llegó al barrio en Garín, donde funcionaba un local político, yo me puse a militar en ese partido con él, también había dos maestras de las que no me acuerdo el nombre.”
A Gastón, recordó, se lo llevaron las fuerzas de seguridad. “Yo estuve secuestrado un mes y pico –dijo después– desde el 27 de marzo.”
En ese momento, Oberlín le preguntó por su secuestro. “Sería de noche –explicó Bonet–, cuando golpearon la puerta, dos personas con armas largas me vendaron la cara, ataron a mi padre, me sacaron en un coche, hicimos muy poco recorrido, y me pusieron en un camión de policía entre Maschwitz y Escobar.”
El camión de policía estuvo detenido, según los datos de la causa, en la comisaría de Escobar. Ubicó adentro del móvil a José, el nombre con el que conocían en la zona a Gastón Gonçalves. Mencionó además a los otros secuestrados que ya declararon en la causa, entre ellos a Daniel Antonio Lagarone, Raúl Marciano y su mujer, Eva Orifici, y explicó que estaban entre otras cuantas personas.
Una noche –continuó– “nos torturaron a mí, a José, a Carlos Souto (otra de las víctimas del caso Pa-tti) y a Lagarone”. Primero lo hicieron con Gastón. “Me comentó que era Patti, porque se conocían y Patti le había levantado la venda, lo había amenazado de muerte y veinte minutos después me torturaron a mí.” Y explicó: Patti “me preguntó si yo sabía quién era él, le dije que no conocía a nadie, me preguntó si Gonçalves era montonero, si Souto era del ERP. Me preguntó por Guillermo D’Amico y por David D’Amico”, los dos hermanos desaparecidos que también se investigan entre las víctimas de Patti.
Durante el tiempo que estuvieron juntos, Gastón le dijo que “Patti lo acusaba de ser segundo oficial de Montoneros, que le había dicho que lo iba a matar”. Desde ahí, Bonet pasó secuestrado a otros espacios, como lo hicieron la mayor parte de los prisioneros del celular. Tras la partida, ninguno volvió a escuchar a Gonçalves, cuyo cuerpo apareció quemado y carbonizado en un camino del río Luján. “No sé si fue esa noche (la del traslado) o al día siguiente –explicó Bonet– que sacaron a una persona del camión, pero no escuché más a Gastón a partir de ese momento.”
No hubo más preguntas de las querellas. Y tampoco hubo preguntas de los abogados defensores de los represores. Sólo la jueza Larrandart, que acostumbra a estar en silencio, volvió a preguntarle por uno de los nombres de la causa: ¿A Souto, lo conocía?, preguntó. “Sí –repitió Bonet–, estaba adentro del camión celular, lo secuestraron esa misma noche, y a él también lo torturaron.”
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