EL PAíS › LA CARU APROBó EL PLAN DE MONITOREO PARA BOTNIA
› Por Laura Vales
En una sesión extraordinaria, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) aprobó el plan de monitoreo para UPM-Botnia, así como un segundo plan destinado a controlar la desembocadura del río Gualeguaychú. Se trata de lo que acordaron, el domingo, los cancilleres Héctor Timerman y Luis Almagro al destrabar la negociación. Tras la aprobación, los planes fueron hechos públicos en la página en Internet de la CARU. El esquema de lo acordado para UPM-Botnia consiste en colocar sensores dentro de la planta e instalar 35 estaciones de control en el río –en la zona que rodea a la pastera– para el seguimiento de la calidad de las aguas. Además de aparatos automáticos, se utilizarán seres vivos como organismos centinelas.
La CARU puso como plazo para comenzar la vigilancia del río el próximo 30 de enero. Antes de esa fecha, deberá instalarse el equipamiento sobre el que hubo acuerdo y deberán comenzar, por otra parte, las visitas programadas para tomar muestras en el interior de la planta.
Para comenzar a avanzar en estos puntos, la CARU llamará a una reunión de los presidentes de ambas delegaciones (el argentino Hernán Orduna y el uruguayo Gastón Silbermann) con los integrantes del comité científico, que son quienes deberán implementar el plan.
El Plan de monitoreo del río Uruguay firmado el domingo por los cancilleres y los integrantes del comité científico (dos argentinos y dos uruguayos) tiene tres partes. Una para lo que se hará dentro de UPM-Botnia, la segunda parte para el control del río en la zona de influencia de la pastera y la tercera para la desembocadura del río Gualeguaychú, donde desaguan los efluentes del parque industrial de esa ciudad.
Para el interior de la planta de UPM-Botnia, establece que habrá mediciones continuas del estado de los efluentes mediante aparatos automáticos, a los que se sumará la toma de muestras durante las visitas programadas, doce al año.
Alrededor de la planta, sobre el río, según se lee en el resumen ejecutivo, se instalarán 35 estaciones para el muestreo de las aguas y el seguimiento de peces y bivalvos. En cuanto a la desembocadura del río Gualeguaychú, se establece también que las mediciones para detectar si hay contaminación sea también de carácter continuo.
Algunas de las propuestas que los científicos uruguayos se habían mostrado más remisos en aceptar figuran en el acuerdo bajo la fórmula de “actividad experimental”. Ese es el caso de la utilización de almejas como organismos centinelas, por su sensibilidad a la contaminación.
De la misma manera, entendidas como “actividades experimentales complementarias”, los científicos realizarán tareas para controlar la calidad del aire, a lo que los uruguayos se oponían por no estar contemplado en las normas de la Caru, que regulan el uso del río. Los datos de estas mediciones “experimentales” se harán públicos, pero no serán parte de las conclusiones del programa de monitoreo. Para ser incorporadas a él, la CARU deberá discutir y consensuar primero normas específicas sobre el punto.
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