“En esa familia lo digitan todo entre Mauricio, Franco y Mariano. Me habían avisado que los Macri eran una mafia”, sostuvo la ex cuñada del jefe de Gobierno Marie France Peña Luque. La testigo de la Comisión Investigadora de la Legislatura (CIE) aseguró que el espionaje era “un modus operandi” de los Macri y aseguró que fue perseguida y escuchada como parte del divorcio con Mariano Macri. También concurrió el oficial de la Metropolitana Ricardo Ferró –a quien acusan de haber participado de un operativo en la dictadura–, quien leyó una carta y se retiró sin contestar las preguntas de los legisladores.

El presidente de la CIE, Martín Hourest, anunció que cambió la fecha de declaración del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, al 3 de diciembre. “De este modo le facilité pasar de los gentiles brazos de Juliana Awada a los de la CIE”, dijo. Luego escucharon la declaración de Peña Luque, que tuvo ribetes de telenovela: la ex cuñada contó cómo su marido la engañó con otra, aseguró que él le dijo que la iba a vigilar la empresa The Ackerman Group mientras vivía en San Pablo, que sus teléfonos tenían interferencias, que sospechaba que la estaban escuchando, que tenía una camioneta con vidrios polarizados en frente de su casa.

Los macristas le acicatearon con el juicio de divorcio: le preguntaron cuánto quería sacar y luego tiraron el número sobre la mesa. También le insistieron sobre sus hijos. “Sé que yo fui espiada”, insistió ella, entre cruce y cruce con los macristas.

–Ahora lo entiendo a Mariano –dijo el macrista Fernando de Andreis y desató una guerra de gritos. Finalmente, Peña Luque dijo que los legisladores del PRO le daban “vergüenza ajena” y se retiró.

La siguió Ferrón, a quien Marcelo Parrilli acusa de haber participado de un operativo en la dictadura que arrestó a la conducción del CELS. El oficial de la Metropolitana se sentó, leyó ininterrumpidamente una declaración, se levantó y se fue sin contestar las preguntas de los legisladores, que era para lo que se lo había citado. Ferrón aseguró que tenía 25 años cuando fue el operativo en la dictadura y que cumplió la orden de un juez. Aseguró que se ocupó de secuestrar “material que se relacione con actividades subversivas” y de detener a “los que a primera vista se consideren responsables”. Entre ellos estaba Parrilli, quien advirtió que “Ferrón es un protegido directo de Guillermo Montenegro”.